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URITU Drama ecológico

Cotorrita argentina

Las catitas se han convertido en una especie invasora en la capital de los santiagueños: al parecer quieren desplazar a las palomas y los gorriones


El catastro delimitó las tierras de la capital de los santiagueños, de tal suerte que todos sabemos que aquí termina mi casa y empieza la del vecino, luego viene el otro y después el otro y el otro, y así sucesivamente hasta el Zanjón. Todos sabemos que esta es la casa de Juan, aquella la de Pedro y más allá la de don Luis. Lo que no es nuestro, como las calles, los paseos, las plazas, es de todos.
Ahá, hasta aquí muy bien, pero, ¿y el aire? El espacio que ocupan los 10 metros por 30 de su lote, es suyo hasta la luna.
En el limpio cielo de Santiago, se están librando, en estos momentos, ruidosas batallas por el control del aire de la ciudad dentro una guerra sin cuartel que podría tener consecuencias imprevisibles el día de mañana. Por si no lo ha notado, don, las catitas están pintando de verde el azul firmamento de la ciudad.
De manera oficial, según san Google, se llama cotorra argentina, para los científicos es Myiopsitta monachus, en otros lados le dicen perico monje, cata o cotorra ventigrís, en inglés es parrot y en quichua, uritu.
La desaparición casi total de los bosques santiagueños, provocó que las últimas que quedaban en los campos, se trasladaran a ciudades como Santiago y La Banda en las que, sobre todo después del mediodía, imponen sus unánimes conversaciones.
Aunque no se sabe de alguien que esté llevando la contabilidad, a simple vista y de manera lenta pero sostenida, han empezado a desplazar a las palomas mensajeras, que antes les decían “de Castilla”.
En la ciudad no hacen sus característicos nidos colgantes con la puerta hacia abajo, fabricados con ramas y espinas del monte, sino que se ingeniaron y los fabrican en el sobaco de las ramas, acomodando las cáscaras de los eucaliptos, plantas por las que tienen una especial preferencia.
Es fascinante observar las guerras y luchas por la supervivencia de innumerables animales que viven cerca del hombre: ratas, hormigas, cucarachas, piojos, están metidos en muchas casas, buscando siempre la manera de burlar las trampas y venenos que les ofrecen las amas de casa.
Perros y gatos viven adentro y por eso son los privilegiados, también hay en calles y techos, pero son los descastados, los desclasados, los proletarios. En el aire, principalmente vivían los gorriones y las palomas, los quetuvíes y los pájaros carpinteros, en precaria armonía, todos dependiendo más o menos, de los desechos que no aprovechan los vecinos.
Es posible que aquella avenencia se haya hecho pedazos en los últimos tiempos. Como que las catitas mañaneras se ensañan con los higos del fondo de la casa del vecino, quitando el alimento a otros pájaros, a las abejas, y privando a mi familia de los dulces que hace mi mujer con la sabrosa fruta bíblica robada.
Aunque no se crea, hemos exportado las catitas al otro lado del mar, como que están incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. En Madrid hicieron un plan para erradicarlas a un costo de entre 6 y 8 euros por animal y calculaban gastar 100.000 en total. En estado Unidos se han censado entre 150 mil y 200 mil y en Chile, que no había, ahora viven desde Arica a Puerto Montt (sí, el de “sentado frente al mar, mil besos yo le di”).
El problema en Santiago es que quizás terminen con otras especies invasoras, las palomas mensajeras y los gorriones, y con las autóctonas, como quetuvíes, pájaros carpinteros y alguna otra más.
Pero usted quizás está preocupado por la supremacía rusa sobre los cielos ucranianos, bueno, deje de pensar en eso y averigüe qué pasa con las catitas en la ciudad, qué daños le podrían ocasionar a la huertita del fondo y qué hará para defenderse de esta plaga verde.
De última, ganen los rusos, ganen los ucranianos o —lo más probable— salgan empatados, las catitas seguirán ganando la guerra a las palomas y usté tendrá que lidiar con ellas.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Por aquí también han ganado terreno. Las quemas en las islas del Paraná frente a Rosario y el cambio climático en general, las han traído en masa

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    Respuestas
    1. No podía faltar el comentario aludiendo al cambio climático como la causa de lo que sea que a alguien se le ocurra mencionar como un problema.
      Este de las catas santiagueñas es de los más ridículos que he leído.
      Voy a mandar el comentario a la página www.whatsupwiththat.com que colecciona todos las consecuencias y problemas sin sentido, que se atribuyen al famoso cambio climático.

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