Maquillándose para la guerra
Un vídeo que muestra a palestinos maquillándose para mostrar al mundo cómo los tratan los israelíes, desnuda parte de un pensamiento malsano
No es semitismo o antisemitismo, amigos, es una guerra, y en ellas gana algunas veces el que toma las posiciones que pretende, desaloja a los enemigos de las que tiene o recupera aquello que fue el motivo de la contienda: el orgullo nacional, una porción de tierra o cautivos que el otro bando tomó. Lo que es seguro, es que en la guerra que actualmente sostienen los israelíes contra los terroristas de Gaza, del lado palestino se usan las armas que durante todo el siglo XX y parte de este, ha usado la izquierda para erigirse en víctima.
Los movimientos de izquierda se han puesto tantas veces en su papel de mártires, que nadie cree cuando están del otro lado, es decir, cuando trabajan como destructores del orden, de la paz establecida.
La primera camisa que se pone un hombre de izquierda para debatir sus ideas, es la de un inmolado por defender sus creencias. Pero es camisa nomás, porque siempre, pero siempre, siempre que uno de ellos ha llegado al poder, lo primero que hizo fue conservarlo a como diera lugar, aunque eso conllevara el hambre, la miseria y la destrucción de su pueblo, de José Stalin a Pol Pot, de Mao Tsé Tung a Fidel, de Chávez a Kim Jong-un o comoquiera que se llame el coreano. Siempre es la misma historia, si sus ideas no entran con razones, tienen los fusiles para hacer tronar el pensamiento ajeno desparramando sus sesos de un balazo. Si usted no cree que ellos son los inmolados de toda guerra, ahí están el cine, la televisión, la fotografía, para terminar de convencerlo, don.
La guerra tiene esas cosas: las pruebas que presentan los de este lado son concluyentes y no hay cómo rebatirlas. Las del otro lado son mentiras, montajes, puestas en escena para que el ojo crea que vio lo que en realidad no ha visto.
Como el vídeo que muestra a los palestinos maquillándose para mostrar los horrores de la guerra. Que la izquierda mundial tendrá la precaución de no mirar o la desfachatez de avisar que se trata de una farsa israelí para desacreditarlos. Pero, va de nuevo, no es semitismo o antisemitismo, es la izquierda intentando, como siempre, sembrar la destrucción para, supuestamente, erigir un mundo más justo sobre las cenizas del anterior.
Y no va a funcionar así sus líderes sean ángeles bajados del Cielo, porque la fantasía que ofrecen como meta, el Paraíso Marxista, en sí mismo es una provocación a la inteligencia de cualquiera, un ningún lugar rastrero, vil e impracticable, contrario a la naturaleza humana, contrario a la idea de Dios, contrario a la vida, contrario a todo.
Si no cree en el vídeo que aquí se muestra, está en todo su derecho, si sus ojos lo engañan, bien por usted. Porque, además si algo caracteriza al pensamiento de izquierda es que siempre tiene un ojo tuerto y ve solamente lo que quiere.
©Juan Manuel Aragón
No existe "la verdad". Cada pandilla de traumatizados irredimibles, despliega su percepción del mundo en acuerdo con mayores o menores desconciertos internos. Para beneficio de las mafias armamentísticas. La única posibilidad de evitar masacres como las de Palestina, Ucrania, Yemen, Armenia y otras, es reunir a las pandillas ante mesas de diálogo. Como intentan hacer la ONU y nuestro Papa Francisco.
ResponderEliminarSí existe "la verdad", solo que la izquierda basa su prédica en subjetivarla. En este conflicto los israelies no son una pandilla de traumatizados irredimibles y la última institución en la que se podría confiar para resolver nada es la ONU. Lo del Papa ni lo comento, porque pensar que judíos y musulmanes van a permitir que el mundo vea que el mayor líder católico les arregla un conflicto generado por profundas connotaciones e incompatibilidades religiosas, es utópico.
EliminarEl problema contemporáneo es la verdad publicada que es similar la opinión publicada. Cada vez más occidente vulnera derechos esenciales y el de la libertad de expresión más grave el de pensar se ven cercenados por quienes involuntariamente se ubican del lado correcto o del oponente sin saber que no lo saben fueron inducidos
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