Marcel Proust |
El 10 de julio de 1871 nace Marcel Proust, novelista francés, conocido por su obra maestra, "En busca del tiempo perdido”
El 10 de julio de 1871 nació Marcel Proust, en Auteuil, cerca de París, Francia. Fue un novelista francés, conocido por su obra maestra, "En busca del tiempo perdido”, novela de siete volúmenes basada en su vida y narrada de manera psicológica y alegórica.
Era hijo de Adrien Proust, destacado médico de ascendencia católica provincial, y Jeanne Weil, de una adinerada familia judía. Sufrió de asma desde 1880, lo que afectó su vida desde temprana edad. Pasó sus vacaciones infantiles en Illiers y Auteuil, que se convirtieron en el Combray de su novela, y en resorts costeros en Normandía con su abuela materna. Murió el 18 de noviembre de 1922 en París.Estudió en el Lycée Condorcet, y escribió para revistas escolares, se enamoró de Marie de Benardaky y conoció a amigos cuyas madres eran anfitrionas de la alta sociedad. Influido por su maestro de filosofía Alphonse Darlu, disfrutó del servicio militar en Orléans entre 1889 y 1890, y estudió en la Escuela de Ciencias Políticas, obteniendo licencias en derecho, en 1893, y en literatura (1895). Durante estos años, su pensamiento fue influenciado por los filósofos Henri Bergson, Paul Desjardins y el historiador Albert Sorel. Frecuentó los salones burgueses de Madames Straus, Arman de Caillavet, Aubernon y Madeleine Lemaire, observando los círculos más exclusivos de la nobleza.En 1896, publicó "Les Plaisirs et les jours" (Placeres y días), una colección de cuentos que había aparecido en revistas como "Le Banquet" y "La Revue Blanche". Entre 1895 y 1899, escribió "Jean Santeuil", una novela autobiográfica inacabada que anticipaba "En busca". Su gradual alejamiento de la vida social coincidió con un deterioro de su salud y su participación en el caso Dreyfus, cuando ayudó a organizar peticiones y asistió al abogado de Dreyfus, mostrando su valentía y crítica a la sociedad aristocrática.
En 1899, el descubrimiento de la crítica de arte de John Ruskin lo llevó a abandonar "Jean Santeuil" y a buscar una nueva revelación en la belleza de la naturaleza y la arquitectura gótica. Visitó Venecia y las iglesias de Francia, traduciendo "La Biblia de Amiens" y "Sésamo y lirios" de Ruskin, con prólogos que mostraban el tono de su prosa madura. La muerte de su padre en 1903 y de su madre en 1905 lo dejó desconsolado, pero financieramente independiente para intentar su gran novela.
Tras varios intentos y revisiones, en 1909, una experiencia con el sabor del té y una magdalena revivió un recuerdo de infancia, inspirándolo a comenzar "En busca del tiempo perdido". La primera versión de "Du côté de chez Swann" fue rechazada por varias editoriales antes de ser publicada a sus expensas en 1913 por Bernard Grasset, logrando cierto éxito. Durante la Primera Guerra Mundial, revisó y enriqueció el resto de su novela, transformándola en una de las mayores obras de la literatura moderna. En 1919, "À l’ombre des jeunes filles en fleurs" ganó el Prix Goncourt, catapultando su fama.
Murió de neumonía, mientras revisaba "La Prisonnière". Las últimas tres partes de su novela se publicaron póstumamente: "La Prisonnière" (1923), "Albertine disparue" (1925) y "Le Temps retrouvé" (1927). Su vasta correspondencia, que aún espera ser publicada en su totalidad, es significativa tanto por su estilo como por ser el material del que construyó su mundo ficticio. "À la recherche" cuenta la vida de Proust como una búsqueda alegórica de la verdad, revelando la unidad subyacente y el significado universal de sus experiencias.
El narrador comienza con un único recuerdo de infancia que se expande a través de incidentes de memoria involuntaria, redescubriendo personas y lugares de su juventud. La novela explora temas como el amor, los celos, y la decadencia de la sociedad aristocrática, culminando en una reflexión sobre la importancia y la belleza eterna de la vida cotidiana. La obra de Proust ha influido profundamente en la novela del siglo XX, destacando su estilo único y su capacidad para transformar su pasado en una exploración universal de la condición humana.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
En 1899, el descubrimiento de la crítica de arte de John Ruskin lo llevó a abandonar "Jean Santeuil" y a buscar una nueva revelación en la belleza de la naturaleza y la arquitectura gótica. Visitó Venecia y las iglesias de Francia, traduciendo "La Biblia de Amiens" y "Sésamo y lirios" de Ruskin, con prólogos que mostraban el tono de su prosa madura. La muerte de su padre en 1903 y de su madre en 1905 lo dejó desconsolado, pero financieramente independiente para intentar su gran novela.
Tras varios intentos y revisiones, en 1909, una experiencia con el sabor del té y una magdalena revivió un recuerdo de infancia, inspirándolo a comenzar "En busca del tiempo perdido". La primera versión de "Du côté de chez Swann" fue rechazada por varias editoriales antes de ser publicada a sus expensas en 1913 por Bernard Grasset, logrando cierto éxito. Durante la Primera Guerra Mundial, revisó y enriqueció el resto de su novela, transformándola en una de las mayores obras de la literatura moderna. En 1919, "À l’ombre des jeunes filles en fleurs" ganó el Prix Goncourt, catapultando su fama.
Murió de neumonía, mientras revisaba "La Prisonnière". Las últimas tres partes de su novela se publicaron póstumamente: "La Prisonnière" (1923), "Albertine disparue" (1925) y "Le Temps retrouvé" (1927). Su vasta correspondencia, que aún espera ser publicada en su totalidad, es significativa tanto por su estilo como por ser el material del que construyó su mundo ficticio. "À la recherche" cuenta la vida de Proust como una búsqueda alegórica de la verdad, revelando la unidad subyacente y el significado universal de sus experiencias.
El narrador comienza con un único recuerdo de infancia que se expande a través de incidentes de memoria involuntaria, redescubriendo personas y lugares de su juventud. La novela explora temas como el amor, los celos, y la decadencia de la sociedad aristocrática, culminando en una reflexión sobre la importancia y la belleza eterna de la vida cotidiana. La obra de Proust ha influido profundamente en la novela del siglo XX, destacando su estilo único y su capacidad para transformar su pasado en una exploración universal de la condición humana.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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