Ir al contenido principal

1821 CALENDARIO NACIONAL Rivarola

Reedición de una obra de Rivarola

El 24 de septiembre de 1821 muere Pantaleón Rivarola, sacerdote y pensador rioplatense, autor de obras literarias de carácter histórico


El 24 de septiembre de 1821 murió Pantaleón Rivarola. Fue un sacerdote y pensador rioplatense que tuvo un papel relevante en la enseñanza de la filosofía, además de ser autor de obras literarias de carácter histórico que, aunque polémicas en su calidad poética, han sido reconocidas por su valor testimonial. Entre sus contribuciones más notables destaca su Romance sobre la Reconquista de Buenos Aires en memoria y homenaje a la lucha contra las Invasiones Inglesas al Río de la Plata.
Había nacido el 27 de julio de 1754 en Buenos Aires. Era hijo de Juan José Rivarola y Cayetana Villa, familia que, como muchas de la época, pertenecía a la clase acomodada que tenía acceso a la educación formal. Su formación académica comenzó en su ciudad natal, donde cursó humanidades, base de la educación ilustrada del siglo XVIII, que consistía en una sólida formación en latín, retórica y gramática.
Posteriormente se trasladó al Colegio de Monserrat, en la provincia de Córdoba, un centro de estudios de gran prestigio fundado por la Compañía de Jesús. Allí continuó con su formación antes de viajar a Chile, donde ingresó a la Universidad de San Felipe, la principal institución educativa de la época en ese país. En 1774, obtuvo el doctorado en Derecho Civil y Canónico, especialidades jurídicas fundamentales para los miembros del clero que, como él, se preparaban para una vida en el servicio religioso y académico. En ese mismo período fue nombrado catedrático de Leyes y Notario Mayor del Santo Oficio, es decir, la Inquisición en América. Dos años más tarde, en 1776, se doctoró en teología.
Su ordenación como sacerdote tuvo lugar en Charcas, otra ciudad de gran importancia en la vida intelectual y religiosa del virreinato, y el 20 de octubre de 1778 fue ordenado presbítero por el obispo Francisco Ramos de Herboso. Regresó a Buenos Aires al año siguiente, en 1779, y rápidamente se incorporó al ámbito educativo de la ciudad, siendo nombrado Catedrático de Filosofía en el Colegio de San Carlos, una de las instituciones educativas más relevantes de la región. Entre sus alumnos más destacados figuran Melchor Fernández, Alejo Castex y Juan José Castelli, este último futuro líder de la Revolución de Mayo y orador influyente en la historia de la independencia argentina.
Se destacó no solo como docente, sino también como intelectual en sintonía con los avances científicos y filosóficos de su tiempo. Se conservan apuntes de sus clases de metafísica dictadas alrededor de 1780, recopilados por su alumno José Julián Guerra. Estos apuntes revelan el conocimiento de Rivarola sobre figuras clave del pensamiento europeo como René Descartes, Isaac Newton, Christian Wolff, Gottfried Leibniz y Pierre Gassendi. Esto indica que, a diferencia de muchos de sus contemporáneos, Rivarola se apartaba de una enseñanza filosófica estrictamente escolástica, incorporando ideas modernas.
En 1788 dejó su cátedra para asumir un nuevo cargo: capellán del tercer Batallón del Regimiento de Infantería de Buenos Aires, conocido como el “Fijo”. Desde esta posición, siguió involucrado en actividades literarias y religiosas, publicando en 1790 una obra titulada Novena del glorioso San Martín Obispo, Patrón Principal de la muy Ilustre y Noble Ciudad de la Santísima Trinidad, obra de devoción dedicada al patrono de Buenos Aires.
Sin embargo, el episodio más destacado de su vida literaria ocurrió tras las invasiones inglesas de 1806 y 1807, que conmovieron el Virreinato del Río de la Plata y movilizaron a los criollos a la defensa de su tierra. Durante este período, Rivarola escribió su famoso Romance sobre la Reconquista de Buenos Aires, obra dedicada tanto a la ciudad como al Cabildo de Buenos Aires. Aunque se publicó bajo seudónimo, la obra, impresa en la Imprenta de los Niños Expósitos, se popularizó rápidamente. Junto a este romance, Rivarola también compuso La gloriosa defensa, dedicada a Santiago de Liniers, el héroe de la reconquista, además de otras obras que relatan esas invasiones.
El jesuita e historiador Guillermo Furlong analizaría más tarde la obra de Rivarola, reconociendo su valor como pensador, pero cuestionando sus puntos poéticos. Furlong describió a Rivarola como un “pésimo versificador”, aunque valoró su Romance sobre la Reconquista de Buenos Aires.
En 1808 fue nombrado teólogo asistente real y agregado al Estado Mayor de Buenos Aires, lo que le permitió participar en el cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, un momento crucial en la Revolución de Mayo que marcaría el inicio de la lucha por la independencia de la Argentina. Sin embargo, su voto en este evento fue ambiguo: aunque no se oponía a la revolución, tampoco expresó un apoyo explícito, declarando que obedecería a quien representara a la autoridad legítima, en referencia al rey Fernando VII, cautivo en ese momento.
A pesar de su legalidad inicial, terminó apoyando la Revolución de Mayo, participando en la formación del ejército auxiliar patriota. Tras la muerte del obispo Benito Lué y Riega en 1812, fue nombrado vocal de la Junta Conservadora de la Libertad de Imprenta, además de asumir el rectorado del Seminario y colaborar en el sostenimiento de la Biblioteca Pública, lo que demuestra su compromiso con el desarrollo. cultural y educativo del naciente país.
No obstante, su vida religiosa sufrió un revés en 1816, cuando se le privó de las licencias para confesar, al ser considerado enemigo de la libertad o, al menos, indiferente a su destino. A pesar de esta censura, continuó influyendo en la vida intelectual de Buenos Aires hasta su muerte. Fue sepultado en la iglesia de San Ignacio, en Buenos Aires, un lugar histórico que aún hoy resguarda parte de la memoria colonial y republicana del país.
Fue también hermano de Francisco Bruno de Rivarola.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

RELIGIÓN Por qué la masonería no es una inocente asociación

Masones (imagen de ilustración) A veces se debe recordar conceptos simples que están en la base de una creencia, pues hay gente que deliberada o inadvertidamente los olvida o los ignora Para quien crea que no hay nada malo en la masonería, que muchos próceres fueron sus afiliados, cabe hacer una lista de los presidentes y vice que fueron masones o hermanos tres puntos, como también los llaman. Presidentes, Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento (presidente de 1868 a1874 que renunció a la masonería antes de asumir, porque era incompatible con el juramento católico que debía formular y que en ese tiempo era obligatorio), Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen y Agustín Pedro Justo. Vicepresidentes argentinos afiliados a la masonería fueron Salvador María del Carril, Juan Esteban Pedernera, Marcos Pa...

RECURRENCIA Tu perro es sólo un perro

Choco sin raza, obvio No es parte de tu familia, nunca lo será, porque la familia es el proyecto de vida que forman un hombre y una mujer para tener hijos y criarlos sanos y buenos Es sólo un perro, es sólo un perro, es sólo un perro. No, jamás será un ser humano, aunque pasen mil años él, su cría y la cría de sus crías, jamás serán gente. Seguirá siendo un perro, un triste perro. Un animal, ¿entiendes? Es animal y por lo tanto irracional, no razona, no piensa como vos, tu marido o tu señora. Y aunque estamos en pleno tiempo de autopercepción sensiblera, compasiva y tierna, no lo voy a reconocer como tu hijo. No es tu hijo. ¿Vos lo ves así?, bien por vos, para mí no lo es. Dile Pedrito o María Eugenia, para mí es lo mismo, es decir un perro, un pichicho, un choco, un firulais, como lo llaman los mejicanos. Y no, no me gusta tu perro, no es agradable, ¿no ves que tiene cara de perro?, ¿cómo quieres que me guste? Tampoco voy a tener la cortesía de decirte que es lindo. Porque, disculpame...

SAUDADES El cuadro de la abuela

Frente de una casa antigua “En el medio, como chorizos superpuestos y una tras otras, la pieza de los padres, después la de los abuelos, la de los tíos…” Me gusta el liviano aire que portan las casas viejas, que tienen un aparente desorden en las cocinas con el que las abuelas suelen confundir a la gente que llega por primera vez. Me gusta cuando las conozco, cuando me dejan pasar a ese lugar sagrado, que solamente era profanado por los íntimos, y también por el electricista, el gasista, el plomero, cuando llegaban, tras un pedido de auxilio. En ocasiones, como esta madrugada de domingo en que escribo mi diaria crónica, algo en el aire trae el recuerdo de aquello y crece en el pecho un rencor añejo, por las cosas que no están, porque no hicimos mucho para retenerlas y porque, de alguna manera que no sabría explicar, podríamos haber cubierto de eternidad aquellos tiempos y no lo hicimos, ¡caracho! Le cuento por si lo ha olvidado o no lo experimentó, en esas casas había una sala española...

1998 AGENDA PROVINCIAL Tragedia

El Tabycast El 10 de abril de 1998, se desata una tragedia en un departamento del TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató a la niña, se tiró por el balcón y murió El 10 de abril de 1998, se desató una tragedia en un departamento del edificio TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató de dos disparos la niña y se tiró por el balcón, muriendo casi al instante. A las 8 y 10 de la noche, Diego José Zaín, que tenía 24 años, llegó al departamento en que la joven, Ana Lugones Castiglione, de 19 años, vivía con la hija de ambos, Dolores de 4, y su abuela Carmen Garay. Estaban separados, su abuela no estaba en Santiago y una amiga que debía visitarla a esa hora, se había demorado. La niña había nacido el 8 de marzo de 1995 y el padre la llevó de vuelta al departamento del cuarto piso del TabyCast, frente a la plaza Libertad. Cuando Zaín tocó el portero eléctrico, la joven sintió miedo, porque él ya la había amenazado y en ese moment...

DESPEDIDA Hasta la próxima Chacarera Musha (con vídeo)

Velorio de Musha, con música A último momento, cuando ya no quedaba mucho por hacer, se pensó en traerlo a La Banda, pero ya era tarde, la enfermedad estaba ganando Por Alfredo Peláez, “Fredy” Tenía un aprecio especial por Musha. Muchos años de amistad. Era como de la familia. Vi todas las fotos y leí todo los posteos que se publicaron en las redes con motivo de su fallecimiento. De todas la que más me gusto, fue una despedida que decía: "Hasta la próxima chacarera". Y sí. "Musha" Carabajal era pura chacarera. En los escenarios, solía gritar anta cada tema con voz impuesta: "Chacareraaa…". De su círculo íntimo, me contaron, que cuando ya no había nada que hacer, cuando la situación era irreversible, se pensó con SADAIC en trasladarlo a La Banda para que se apague su vida en la tierra que lo vio nacer un 2 de junio de 1952. Fue imposible. "Musha" ya no podía moverse. La terrible enfermedad que padecía le estaba ganando la batalla final. A sus amig...