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2018 ALMANAQUE MUNDIAL Dobrev

Dobri Dobrev
El 13 de febrero del 2018 murió Dobri Dobrev, un búlgaro que tuvo una vida sencilla y pasó sus últimos años pidiendo limosnas que entregaba a iglesias de su país

El 13 de febrero del 2018 murió Dobri Dimitrov Dobrev o, más sencillamente, Dobri Dobrev. También apodado "el santo de Baylovo", es reconocido como "el abuelo Dobri" o "Elder Dobri". Había nacido el 20 de julio de 1914 en el pequeño pueblo de Baylovo, cerca de Sofía, Bulgaria.
Su vida estuvo marcada por la sencillez y la generosidad desinteresada, como que pasó sus últimos años pidiendo limosnas que entregaba a iglesias de su país.
Desde joven, su existencia fue forjada en la adversidad; su padre, Dimitar, murió en la Primera Guerra Mundial, dejando a su madre, Katerina, para criar a sus hijos sola. La Segunda Guerra Mundial también dejó una marca indeleble en su vida cuando, durante un bombardeo en Sofía, un proyectil explotó cerca de él, causando que perdiera casi toda su audición.
Casado alrededor de 1940, tuvo cuatro hijos, aunque solo dos le sobrevivieron. Su vida dio un giro espiritual significativo al finalizar el siglo XX. En el año 2000, decidió renunciar a todos sus bienes materiales, donándoselos a la Iglesia Ortodoxa, y comenzó su misión de mendigar en las calles de Sofía para recaudar fondos para causas benéficas.
Cada día, caminaba unos 20 kilómetros desde Baylovo hasta la Catedral de Alexander Nevsky en el centro de Sofía: se sentaba o permanecía de pie, a menudo con un aspecto desgastado pero digno, pidiendo limosna.
Todo lo que recogía, lo donaba a obras de caridad, orfanatos, monasterios e iglesias sin guardarse ni un centavo. En su esfuerzo por ayudar, sus donaciones alcanzaron cifras notables: donó 10.000 leva búlgaras a la iglesia de los santos Cirilo y Metodio en su pueblo natal, 25.000 leva para la restauración del Monasterio de Madre María de Eleshnishki y 35.700 leva para la Catedral de Alexander Nevsky, siendo esta última la mayor donación en la historia de la catedral, con más de 100 años de existencia.
Su vida era de una simplicidad extrema; vivía en una pequeña y modesta extensión de la iglesia de los santos Cirilo y Metodio en Baylovo; dormía sobre una tabla de madera, reflejando su compromiso con el ascetismo. Su dieta era frugal, y su sustento se basaba en una pequeña pensión estatal completada con la bondad de los demás.
Su legado tras su muerte ha sido de gran veneración. En el 2018, tras su fallecimiento en el monasterio de Kremikovtsi, se convirtió en una figura de culto, con cientos de personas asistiendo a su funeral y pidiendo su canonización. El documental "The Silent Angel", estrenado en el 2019, narra su vida y su impacto en la sociedad búlgara, capturando su esencia y su misión.
No solo es recordado por su caridad sino también por su moralidad y su estilo de vida ascético, que han servido de ejemplo para muchos en Bulgaria. Su imagen ha sido inmortalizada en un mural pintado por el artista callejero Nassimo en Sofía y en un vitral en la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Elmhurst, Illinois, donde se lo representa como un santo. Además, hay un proyecto para erigir una estatua en su honor en la capital búlgara, un testimonio del profundo respeto y admiración que despierta en su comunidad.
La veneración popular de Dobri Dobrev como un santo ha sido tal que, desde su muerte, ha habido un fuerte pedido para su canonización formal en la Iglesia Ortodoxa Búlgara. Su vida, marcada por el sacrificio y la generosidad, sigue siendo un faro de inspiración y un recordatorio de la pureza de corazón y la profunda fe que pueden mover montañas de bondad en un mundo que a menudo parece olvidar tales valores.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

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