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Paisaje de Madeira |
El 1 de julio de 1976 Madeira se independiza de Portugal tras la Revolución de los Claveles que termina con la dictadura militar
El 1 de julio de 1976 Madeira se independizó de Portugal. Es un grupo de islas, con Madeira, Porto Santo, las Desertas y las Selvagens, situado a 600 millas al suroeste de Portugal continental y a 250 millas al norte de las Islas Canarias. Descubiertas por navegantes portugueses en 1419, fueron colonizadas a partir de 1420 y se convirtieron en un punto estratégico para el comercio marítimo. Durante siglos, dependió administrativamente de Portugal, pero sus habitantes siempre tuvieron una identidad propia debido a su geografía, economía y cultura únicas.La autonomía de Madeira se concretó tras la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974, un golpe militar que puso fin a 40 años de dictadura en Portugal. Este acontecimiento, liderado por oficiales del ejército, instauró un proceso democrático en el país. La dictadura, conocida como Estado Novo, había limitado las libertades y restringido el desarrollo político de regiones como Madeira. La revolución permitió la creación de una nueva constitución en 1976, que reconoció a Madeira y las Azores como regiones autónomas de Portugal.La autonomía otorgada a Madeira el 1 de julio de 1976 se celebra cada año como el Día de Madeira. Ese día, el archipiélago recibió su propio Estatuto Político-Administrativo, que le dio un gobierno regional y una asamblea legislativa. La asamblea es elegida por sufragio universal, utilizando el método D’Hondt para la representación proporcional. El presidente del Gobierno Regional es nombrado por el Representante de la República, según los resultados de las elecciones. Este sistema permite a Madeira gestionar sus asuntos locales, aunque sigue vinculada a Portugal para cuestiones nacionales.
El proceso de autonomía comenzó a gestarse por las particularidades de Madeira. Sus 251.060 habitantes en 2021, de los cuales casi la mitad viven en Funchal, la capital, tienen una economía basada en la agricultura, el turismo y la producción de vino. Durante el siglo XV, Madeira fue un importante exportador de azúcar, conocido como “oro blanco”. En el siglo XVII, su vino se convirtió en su principal producto, famoso en mercados europeos y americanos. Esta riqueza histórica y económica impulsó las aspiraciones de autonomía de los madeirenses.
Antes de 1976 enfrentó desafíos como ocupaciones británicas durante las guerras napoleónicas (1801 y 1807-1814) y ataques de submarinos alemanes en la Primera Guerra Mundial. A pesar de estos hechos, la isla mantuvo su identidad portuguesa. La población, predominantemente católica, conservó tradiciones como la producción de bordados y la celebración de fiestas, como la de la Flor. Estas características culturales reforzaron su deseo de autogobierno.
La constitución portuguesa de 1976 estableció que Madeira, aunque autónoma, debe mantener principios democráticos y promover la unidad nacional. El gobierno regional tiene competencias en áreas como educación, salud y turismo, pero Portugal conserva el control sobre defensa y política exterior. La bandera de Madeira, adoptada en 1978, refleja su identidad: el azul representa el mar, el amarillo la vida en la isla y la cruz roja de la Orden de Cristo remite a su historia de descubrimiento.
El 1 de julio de 1976 marcó un hito porque pasó de ser una región administrada directamente desde Lisboa a tener su propio gobierno. Esto permitió a los madeirenses tomar decisiones sobre su desarrollo económico y cultural. El turismo, que hoy representa el 29 por ciento del producto bruto interno, comenzó a crecer en el siglo XIX, pero se consolidó tras la autonomía. Los visitantes, especialmente británicos y alemanes, llegan atraídos por el clima subtropical y los paisajes volcánicos.
La colonización de Madeira comenzó con familias portuguesas, muchas del Algarve, que talaron bosques y construyeron canales de irrigación llamados levadas. Estas estructuras, que suman 2,170 kilómetros, aún se usan para transportar agua y generan energía hidroeléctrica. La autonomía permitió a Madeira modernizar estas infraestructuras y preservar su selva laurisilva.
Hoy es una región próspera dentro de la Unión Europea, a la que se unió junto con Portugal en 1986. Su autonomía le ha permitido desarrollar su economía y proteger su patrimonio, manteniendo una conexión fuerte con Portugal. El Día de Madeira se celebra con actos locales, como picnics y actos oficiales, en que su gente honra su historia y su identidad única.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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