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EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS II El terremoto de 1817

Actual templo de la catedral santiagueña

Qué consecuencias tuvo un grave sismo ocurrido a principios del siglo XIX en Santiago del Estero


Por Alfredo Peláez
El 4 de julio de 1817, a la una y media de la tarde hubo un memorable terremoto que se prolongó hasta el 11, con intervalo de 4 horas, que provocó daños en la ciudad y en 25 leguas a la redonda, agrietándose la tierra. El movimiento tuvo una intensidad que, medida hoy, le habrían adjudicado 8 grados en la escala de Mercalli.
El sismo provocó la destrucción de varios edificios como los templos de La Merced y Matriz (actual Catedral) lo que motivó a que el Cabildo declarara el 11 de Julio de ese año como vicepatrono de la ciudad a San Gregorio Taumaturgo, invocado por la feligresía luego de terremotos e inundaciones. Su imagen aún es venerada en el altar de la Virgen del Valle en la Catedral.
Ese año no fue precisamente el mejor para Santiago del Estero, ya que en enero y febrero azotaron la ciudad vientos huracanados que sembraron destrucción y pánico. El terrible sismo del 4 de julio tuvo réplicas que se repitieron hasta el 11 de julio en intervalos de cuatro horas.
También se vio reducido prácticamente a escombros el templo de La Merced, tras lo cual tuvo que ser reconstruido completamente. A causa de la destrucción de la Catedral, sus oficios fueron trasladados a La Merced en 1823. Era la cuarta vez que el templo mayor era destruido por acción de la naturaleza o incendios. El quinto y actual templo se inauguró en 1877.
El 30 de agosto de ese mismo año, Manuel Belgrano ascendió a Ibarra a sargento mayor graduado y lo nombró comandante general de la frontera de Santiago. Cuando se presenta para hacerse cargo del puesto que le discernieran, acababa de producirse el terremoto. Habían quedado familias despavoridas al raso.
Llegó a la provincia cuando los ánimos estaban atribulados por semejantes desastres y, antes de marchar a la frontera para pelear contra los abipones, se puso al frente de las tareas de reconstrucción de la ciudad, lo que le valió el reconocimiento de muchos de sus vecinos.

La Catedral
La Catedral fue sede de la primera diócesis argentina creada por el Papa Pío V en 1570, asiento del Obispado del Tucumán hasta 1699 y sede del primer Sínodo celebrado en el país en 1597. Destruida por un incendio, fue reconstruida en 1617. En ella se consagró el primer Obispo de Buenos Aires.
Antigua catedral de la diócesis
Fue arrasada por inundaciones del río Dulce en su primitivo emplazamiento. En 1686 se construye la cuarta Iglesia en este lugar, la que fue destruida a su vez por el terremoto de 1817.
Luego, bajo el celo personal del gobernador Manuel Taboada se construye el actual templo que se inaugura en 1877. En aquella oportunidad el gobernador Taboada convoca a los hermanos Agustín y Nicolás Cánepa, provenientes del cantón de Ticino, para la construcción de la Casa de Gobierno (1868), e Iglesia Catedral. Ellos construyen también las iglesias de Santo Domingo en Tucumán y en Córdoba y la Legislatura Tucumana.
En 1937, aproximadamente, el artista pintor Fraternali, de nacionalidad italiana, realiza la pintura decorativa y dorada a la hoja en todo el Templo. No se cuenta con la documentación que acreditaría la versión de que Menghi habría participado también en su pintura.
Alrededor de 1970 se realiza una refacción civil y de pintura del templo. Participan en ella los arquitectos Roberto Delgado (h) y Anselmo Vezzozi.
En 1994 y con motivo del Congreso Eucarístico Nacional fueron seleccionados cinco artistas plásticos de reconocida trayectoria en el ámbito provincial para la primera restauración general de la Catedral Basílica, los que conformaron el equipo Catedral de Restauración. Ellos fueron Mario Martínez, Alejandro Díaz, Ricardo Touriño, Adriana Ramos Taboada y Rodolfo Soria, con el apoyo técnico del arquitecto Oscar Luna.

Consecuencias
Aquel terremoto es causa, junto con el salitre, que no haya ningún edificio en Santiago más viejo que esa fecha. La celda—capilla de San Francisco Solano es una construcción que data del siglo XX, levantada donde estuvo la anterior y de la que solamente quedaban recuerdos del lugar de su emplazamiento. Otra consecuencia fue que, justamente después del socorro que prestó Ibarra a los santiagueños, fuera visto con buenos ojos cuando, un tiempo después, se levantara contra los tucumanos para proclamar la autonomía de la provincia.
Si hay que señalar otra derivación, podría decirse que ese terremoto fue motivo de atraso para esta ciudad, cada tanto castigada por las crecidas del río Dulce. Muchas de las familias que habían sido tradicionales se mudaron a otras provincias o se fueron a vivir al campo, dejándola despoblada y sola durante más de un eterno siglo. Hasta el día de hoy, apellidos que fueron señeros en la historia de la ciudad, son comunes en otras villas y pequeños pueblos de Santiago.
Los historiadores modernos, afectos a encontrar culpables del atraso provinciano en sus odiadas “élites”, podrían estudiar con más detenimiento el sismo que cubrió a Santiago de un polvo de olvido e incuria que lentamente, y no sin muchos dolores, quizás se está diluyendo por estos días.
©Ramírez de Velasco y el autor

Comentarios

  1. Muy buena información no la sabia gracias .muy buena pluma.
    Arq Maria aurora lopez ramos taboada

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  2. Interesante información

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  3. Yo pienso que hay un poco de cada cosa. Mucho antes de ese terremoto, apenas en los primeros 30 años de vida de Santiago, había evidencias de una pasividad y sumisión que es histórica y nos viene desde nuestro pasado colonial………….se puede decir, aunque no nos guste reconocerlo, que está en nuestro ADN cultural.

    Como ejemplo puedo citar el texto de una página del capítulo "Conclusiones", del libro "Santiago del Estero: Orígenes de un hagiogeotopónimo y de la ciudad que el mismo nombra" del Dr. Historiador Vicente Oddo, que dice lo siguiente:

    "Acabamos de escudriñar a través suyo la génesis de una ciudad poseedora de un nombre en verdad egregio, de intento asentada ella en un lugar geográficamente inapropiado, pero en su momento políticamente oportuno; víctima la misma durante su desasosegada plasmación de desmesuradas ambiciones personales, de obsecuencias individuales, de especulaciones particulares, de intereses subalternos u oportunismos egoístas. Y beneficiaria al tiempo que dadora, también de sacrificios altruistamente incomparables.
    Recién dificultosamente parteada, tuvo ella que sufrir ahogantes autocracias, arbitrarios nepotismos, morosas burocracias.
    Nada en absoluto sucede, sin que tenga alguna modificación consecuente. Cuando el suceso es malo, la consecuencia por lo regular no es buena.
    Muchos inaugurales y posteriores acontecimientos locales desfavorables, nos dejaron secuelas lugareñas negativas.
    "…....Cierto es que las podas inclementes que se efectuaron a los bienes de la santiagueñidad le permitieron a la misma por lo menos ahondar y engrosar sus raíces, vigorizándose el tronco, como ocurre con los árboles. Solo que, para el caso, se afectó con la inopinada reiteración y la cruel desaprensión de las mutilaciones el apetecible frutar natural"

    Nuevamente aclaro que en su libro, el Dr. Oddo solo se refiere al período desde la fundación hasta 1581, o sea apenas 28 años.
    Recomiendo leer el libro, tiene datos muy interesantes del accionar de Valdivia desde Chile, y los propósitos para enviar a Francisco de Aguirre a tomar el asentamiento fundado por Juan Núñez de Prado.

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  4. Muy interesante descripción.

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