Ir al contenido principal

ORIGEN INCIERTO Grises, anónimos, despreciados

"Anónimo", de Rody Beltrán

“Somos comunes, corrientes y normales hijos de cualquier vecino, todos Fernández de la guía”


La verdad es que, como muchos en este país, no estamos muy seguros sobre nuestro origen. Hay quienes afirman que llegamos con Cristóbal Colón, otros dicen que nuestros antepasados primero vinieron a Estados Unidos, luego el presidente Domingo Faustino Sarmiento hizo traer unos cuantos a Buenos Aires y nos desperdigamos por todas partes. Otros cuentan que Emilio Bieckert, el de las cervezas traía de su pago a algunos encerrados, como no quería pagar lo que le exigían para dejarnos entrar al país, nos abrió las jaulas y nos soltó en el puerto.
Somos los más comunes en las ciudades, una mayoría vocinglera alegra las mañanas de los argentinos, en un grito difuso que no quiere decir mucho. Al principio había algunos que no nos querían, decían que votábamos y todo, pero con el tiempo aprendieron y aprendimos a convivir en paz y armonía.
No nos recuerdan mitos, leyendas, fábulas, quimeras, supersticiones, narraciones, utopías, tradiciones, invenciones, novelas, patrañas, fantasías, novelones, apologías ni ninguna de esas entelequias con que se divierten los ricos, famosos y reputados hombres y mujeres de la sociedad de abolengos muertos. Somos comunes, corrientes y normales hijos de cualquier vecino, todos Fernández de la guía.
¿Ha visto esos tipos oscuros que pasan en colectivos todas las mañanas rumbo al trabajo? Bueno, esos somos nosotros, tristes empleaditos de tienda, vendedores del mercado Armonía, zapateros, policías, oficinistas, municipales, mozos de bares, mecánicos, laburantes de una farmacia, cocineros, enfermeras, dueños de tristes pollerías de un barrio del otro lado de la ciudad, periodistas de un pobre diario de provincias, plomeros, carpinteros, estudiantes.
No tenemos el glamur de los canarios ni la alegría de las catitas ni la locuacidad de los loros ni el triste porte del cuervo ni el juguetón copete del cardenal ni la humildad del churri ni los colores de las cotorritas australianas ni el grito engañero del tero ni el lúgubre llamado del kakuy ni la velocidad del avestruz.
Siempre fuimos hábiles en la lucha por la supervivencia, para seguir siendo nosotros mismos en las calles de las ciudades, manteniéndonos en nuestra esencia de seres comunes y corrientes. Cada uno de nosotros es igual a sí mismo, uno solo, siendo parecidito a otros cientos de miles, como en esos juegos para hallar las siete diferencias.
También somos carne de cañón de las movilizaciones de los políticos a sus actos partidarios y quienes se quejan por esto, se olvidan de que también fuimos candidatos a ser carne molida en Las Malvinas y nuestros padres dieron la vida por Juan Perón, por Hipólito Yrigoyen, por Juan Manuel de Rosas, por José de San Martín y por Cornelio Saavedra. Menos por Bernardino Rivadavia, porque nunca nos gustaron los locos y salvajes unitarios y su sed de muerte, sangre y desolación.
Las calles están repletas de nosotros, seres grises, anónimos, despreciados por la historia del futuro, esa que se escribe en cuadernos con hojas de oro. Llenamos las tribunas los domingos de fútbol, soñamos en voz baja nuestros anhelos de hacer a los pichones mejores que nosotros, compramos televisores en mil comodísimas, larguísimas y estiradísimas cuotas, hacemos picnics en el parque, tiramos cohetes para Navidad y Año Nuevo y nos emborrachamos con el vino barato que venden los almacenes rasposos de las orillas, un cuarto de mortadela y tres cabezas de pan francés.
Los ornitólogos dicen que somos pájaros inteligentes, vivarachos y curiosos. Somos sedentarios y a la vez gregarios. Vivimos en lugares habitados por otros, nunca en desiertos sin nada ni nadie a la vista, porque le tenemos odio a la soledad. Y si nos ven en calles, parques, jardines, huertas, granjas, fincas, es porque estamos buscando la comida. Muchos dirán que somos el obrero recolector de la basura, otros nos confundirán con los jardineros o los cuidadores de los predios que habitamos. En todo caso somos el morochaje que pinta las casas, vende praliné en las esquinas, fratacha en lo alto de los edificios, suda en las veladas de Maco festejando a San Esteban, vende chipacos luego de siestas ardientes, hace fila para comprar una entrada en el baile de Villa Hortensia, camina con fe a la fiesta de San Mailín, ata el sulky para ir al pueblo a hacer las compras y se emociona cuando oye la voz de Bonifacio Hoyos, hijo dilecto de Clodomira, brotando de la radio, entre tantas y tantas actividades de nuestra alegre vida de gorriones parejos, uno igual a otro, a otro, a otro, a otro, a otro y así hasta dar vuelta la manzana y llegar al mismo lugar.
Nos alimentamos de cualquier cosa, incluso comida que hallamos en el suelo, caminamos a los brincos y a veces somos muy rápidos. Al anochecer nos reunimos para dormir, usualmente en algún árbol o matorral espeso, y armamos bastante algarabía hasta que cada pájaro se asienta en su sitio.
Luego vemos televisión un rato y dormimos hasta el día siguiente.
©Juan Manuel Aragón
Plaza Borges, barrio Huaico Hondo, 26 de octubre del 2022

Comentarios

  1. No alcanzan las palabras, para expresar lo hermoso de esto que escribiste. Es una belleza. Gracias por permitirnos leerte.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

1972. Negrita

María Lastenia Lascano de Atterbury Esta nota fue publicada el 17 de agosto de 1992 en el diario “El Liberal”, la imagen fue proporcionada por Carlos Atterbury a quien se agradece por su amabilidad Por Juan Manuel Aragón padre del autor de este blog Vivimos una época de liberación de la mujer. La mujer se cree tan libre que ni siquiera debe actuar como a la mujer le corresponde, sino que tiene la libertad de adoptar las conductas de los varones. Cuanto más varonil la mujer más liberada estará de su condición propia. ¿Qué es lo propio de la mujer? Apelando a una autoridad podemos oírlo a San Pedro: "vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa". La fe y la virtud parecen no ser suficientes, y el apóstol agrega: "añadid a vuestra fe virtud, a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio prop...

AVÍOS Sin falsos cacareos

La entrada de Hernán Cortés en México, de Augusto Ferrer-Dalmau Traída por los españoles, adoptada por los indios, olvidada por el idioma; una historia de hambre saciado sin templos ni abalorios Ignorada por casi todos, junto con los curas, me encargué de que los indios no se comieran los unos a los otros como estaban acostumbrados. Usted dirá que practicaban la antropofagia porque tenían religiones macabras que los obligaban a ello, aunque también puede ser porque les faltaban proteínas y vine a suplir esa falta. Después me convertí en algo común y corriente: en todas las casas siempre había varias, en algunas llegó a haber cientos. Soy fácil de mantener, a cualquier clima me acostumbro. Vivo en los Andes y en el llano, en el pantano, en el secadal, en el bosque y en el chaco, en el campo y la ciudad, siempre al lado del hombre, nunca lejos de él. Los españoles me trajeron a América en sus barcos y luego me llevaron por dondequiera que anduvieran, avío de sus correrías, despertador de...

CUARTIROLO El sabor que se esfumó

El recordado cuartirolo De las pizzas gruesas y contundentes de antes a las finitas de hoy, historia de un cambio que no tiene vuelta De viejo uno se viene a enterar de que en la Argentina no se fabrica más el queso cuartirolo de la infancia, el que traía maicena en la cáscara, con ese gustito tan rico que sabía tener. Resulta que es oriundo de la Lombardía, Italia, y tiene denominación de origen protegida desde 1996, que es más o menos el tiempo en que dejó de aparecer en los almacenes de este bendito país. Se lo produce desde el siglo X, cuando se elaboraba al final del verano con leche de vacas alimentadas con "erba quartirola", el pasto fresco que crecía luego del tercer o cuarto corte de heno, antes del invierno, en los valles prealpinos de Lombardía. Esta hierba, rica y aromática, confería a la leche un sabor distintivo que lo cubría, y de ahí su nombre. Aquí ha pasado a llamarse cremoso, para no embromar a los productores lombardos, en el entendimiento de que las amas ...

1905 AGENDA PROVINCIAL Rava

Horacio Germinal Rava El 15 de agosto de 1905 nace Horacio Germinal Rava, abogado, poeta, escritor, socialista, apasionado por la cultura El 15 de agosto de 1905 nació Horacio Germinal Rava en Santiago del Estero. Fue un abogado y escritor, cuya vida transcurrió en su ciudad natal hasta su muerte el 16 de junio de 1994. Su existencia estuvo marcada por una profunda dedicación tanto a su profesión jurídica como a su pasión por las letras y la cultura. Desde joven, mostró un interés notable por combinar su formación académica con un compromiso social que lo llevó a desempeñar papeles diversos, dejando una huella significativa en la sociedad santiagueña. Ejerció como abogado, pero su labor no se limitó al ámbito legal. También desarrolló una intensa actividad cultural y social que lo convirtió en una figura influyente en el norte argentino. Fue profesor de la Universidad Nacional de Tucumán y la Universidad Católica de Santiago del Estero, en las que transmitió su conocimiento y valores a...

2005 AGENDA PROVINCIAL Padre

Portada de un disco de Carlos Carabajal El 13 de agosto de 2005 se presenta el film "Padre de la Chacarera", en el barrio Los Lagos de La Banda, dirigido por Melina y Luciana Terribili El 13 de agosto de 2005 se presentó el documental "Padre de la Chacarera", en el barrio Los Lagos de La Banda. El film, dirigido por Melina y Luciana Terribili, está centrado en la vida y obra del compositor Carlos Carabajal. Filmado en La Banda, el mediometraje del año 2000 explora la trayectoria del músico, su familia y su aporte a la chacarera. El acontecimiento fue durante las tradicionales fiestas del barrio, vinculadas a la familia Carabajal. Se realizó la presentación en el patio de la casa de María Luisa Paz de Carabajal, madre de Carlos y figura central de la dinastía folklórica. Asistieron vecinos, músicos y familiares, entre ellos Peteco, Graciela y Demi Carabajal, hijos del compositor. La proyección fue al aire libre, con una pantalla instalada en el patio, bajo un algarro...