*Antonio Gramsci |
Apuntes para un análisis post gramsciano del apoderamiento de los bienes de producción cultural en las sociedades modernas
La siguiente podría ser una síntesis de los postulados más evidentes de los ganadores de la guerra cultural que azota el mundo. Triunfaron los postulados de Antonio Gramsci, que indicó de qué manera se debía cooptar el pensamiento general para lanzarlo incluso contra la misma sociedad. Si algún punto le parece exagerado, haga el favor, mire a su alrededor con atención y verá que el análisis se queda corto.1 Somos los adoradores de la democracia, plena, irrestricta, libre —libérrima— y progresista. También decidimos qué es democrático y qué no lo es. Sólo nosotros, no ustedes. Siempre.2 Si la realidad es enemiga de nuestras ideas, peor para la realidad: la cambiamos con todos los medios a nuestro alcance o contamos lo que nos dé la gana. Ya veremos qué conviene.3 Hay libertad de expresión del pensamiento, siempre y cuando esté dentro de los parámetros que marcamos nosotros. Fuera de esos límites no se puede decir ni publicar nada.
4 Para quienes cuestionen nuestras ideas, tenemos varios remedios. Los acusamos de cometer crímenes de odio o de negacionismo (aunque no nieguen ni odien nada, es lo de menos).
5 La Organización de las Naciones Unidas o sus agencias, tienen la palabra santa. Obligaremos a todos a agachar la cabeza frente a ellas. Hasta la Iglesia Católica, que ya hocicó.
6 Lo políticamente correcto es lo que decimos que es. Sólo nosotros tenemos derecho a meter en la bolsa de impolítico o incorrecto a quienes queremos, y castigarlos como nos dé la gana.
7 La doctrina de los derechos humanos tiene valor solamente para los ofendidos, heridos o muertos, pero de este lado de la historia. Si los matamos nosotros son finados de segunda.
8 Como decía Leonardo Castellani en joda: “Nosotros somos los buenos, nosotros, ni más ni menos, los otros son unos potros, comparados con nosotros”. Siempre ha sido así.
9 Si no podemos imponer una idea por medio del convencimiento, la discusión, la persuasión, lo haremos sancionando una ley que la declare obligatoria. La letra con sangre entra.
10 El mundo que proponemos es tuerto y ve solamente en blanco y negro. Vamos a instaurar la dictadura de lo simple, lo que no tiene grises. Es más fácil manejar todo en modo maniqueo.
11 El progresismo no solamente es lo que nosotros decimos que es, sino que, para considerarte tal, o aceptas todo, pero todo, todo, ¿eh?, o sos un enemigo.
12 Somos una minoría, pero igual nos consideramos los ganadores de la guerra cultural. No vamos por vos sino por tus hijos. Al final triunfaremos a fuerza de repetición.
13 A quienes no aceptan nuestros postulados —en bloque, ya lo dijimos— los vamos a tapar con la ignominia de ser unánimemente despreciados por nuestra maquinaria de propaganda.
14 Si lo anterior no da resultados tenderemos un manto de silencio sobre quienes osen poner en duda nuestros postulados oficiales. Ya lo estamos haciendo.
15 El primer punto que impondremos, casi como un divertimento de intelectuales bobos, será el cambio de palabras con el llamado lenguaje de género. Lo demás vendrá por añadidura.
16 El manejo de la cultura es fundamental para la consecución de nuestros logros. Mientras, que se conformen con ser dueños de la política y la economía. Ya iremos por ellos también.
17 Nuestra principal premisa es destruir la familia y lo que ella supone. Para eso nos infiltramos hasta en su dormitorio, cambiando leyes que venían desde antes de los romanos.
18 Hemos impuesto un grado tan alto de cambio de paradigmas que cualquier vuelta a los principios y valores antiguos yuniverslmente aceptados, será visto como retrógrado.
19 Ha pasado el tiempo de la gradualidad. Nuestras propuestas serán a partir de ahora, tan violentas que no tendrán cómo resistir, sólo podrán obstruirnos y a veces ni eso.
20 Lo único que tememos son los pequeños focos de tradición que viven en bolsones muy minoritarios de la sociedad. Si alguna vez retrocedemos será por su empuje y convicción.
©Juan Manuel Aragón
Calle Pueyrredón, La Banda, 22 de noviembre del 2022
Es lamentable el grado de renunciamiento a los valores y principios de la sociedad occidental, basados en nuestra cultura judeo-cristiana que hizo a este lado del mundo al más desarrollado y pujante.
ResponderEliminarComo siempre, responsabilizo de esa claudicación a la sociedad silenciosa que sigue cediendo terreno y calla.
Ya lo explicó el disidente de la KGB Yuri Bezmenov en los 80s, en una entrevista que se puede ver con subtítulos en youtube.
Decir Judeocristiano es como festejar el martilleo a las manos y pies de Cristo y luego llorarle.
EliminarTodos sus valores éticos y morales, si los tiene, vienen de los principios judeo-cristianos en los que se fundamentó la cultura occidental en la que usted se ha desarrollado. Como no tengo tiempo de explicárselo (nunca pensé que iba a necesitar hacerlo), le comparto algo para que lea un poco.
Eliminarhttps://www.ehowenespanol.com/judeocristianismo-info_247373/
Hay don Abregu, Ud. conoce de historia como yo de sánscrito.
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