Ir al contenido principal

2007 ALMANAQUE MUNDIAL Oscar Peterson

Así tocaba

En el 2007 falleció Oscar Peterson, considerado uno de los mejores pianistas de jazz de todos los tiempos


El 23 de diciembre del 2007 murió Oscar Emmanuel Peterson. Fue pianista y compositor de jazz canadiense. Considerado uno de los mejores pianistas de jazz de todos los tiempos, lanzó más de 200 grabaciones, ganó siete premios Grammy, un premio a la trayectoria de la Academia de Grabación, y recibió otros galardones y honores. Tocó miles de conciertos en todo el mundo en una carrera que duró más de 60 años. Era "O.P." para sus amigos, e informalmente en la comunidad del jazz se lo conocía como "el rey del swing interior".
Fueron sus rápidos dedos los que lo convirtieron en uno de los pianistas de jazz más conocidos e influyentes del mundo.
Cuando murió en su casa en el suburbio de Mississauga en Toronto, por una insuficiencia renal, tenía 82 años. Había nacido el 15 de agosto de 1925 y un amigo cercano declaró: “Ha ido cuesta abajo en los últimos meses".
Durante su carrera, que abarcó siete décadas, tocó con los nombres más importantes del jazz: Ella Fitzgerald, Count Basie, Duke Ellington, Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Se lo recuerda, además, por el trío que lideró con Ray Brown al bajo y Herb Ellis a la guitarra en la década del 50.
Cuando murió, Canadá se vistió de luto por él y por su familia, era como un tesoro nacional de ese país. Había sido Duke Ellington quien se refirió a él como el "Maharajá del teclado", y Count Basie supo decir: "Oscar Peterson toca la mejor caja de marfil que he escuchado".
Si le preguntaban de qué se trataba su arte, refirió: "Un músico de jazz es un compositor instantáneo", y agregó: "Hay que pensarlo, es una forma intelectual".
Había nacido en Montreal, Quebec, hijo de inmigrantes de las Indias Occidentales (de San Cristóbal y Nieves y las Islas Vírgenes Británicas). Su madre, Kathleen, era empleada doméstica y su padre, Daniel, cargador para Canadian Pacific Railway era un músico aficionado que aprendió por sí mismo a tocar el órgano, la trompeta y el piano. Creció en el barrio de Pequeño Burgundy en Montreal. Era un barrio predominantemente negro y allí conoció la cultura del jazz.
A los cinco años, Peterson comenzó a perfeccionar sus habilidades con la trompeta y el piano, pero un ataque de tuberculosis cuando tenía siete le impidió volver a tocar la trompeta, por lo que se centró en el piano. Su padre fue uno de sus primeros profesores de música y su hermana Daisy le enseñó piano clásico. Fue persistente en la práctica de escalas y estudios clásicos.
De niño estudió con el pianista de origen húngaro Paul de Marky, alumno de István Thomán, a su vez alumno de Franz Liszt, por eso su formación inicial fue en el piano clásico. Pero quedó cautivado por el jazz tradicional y el boogie-woogie y aprendió piezas de ragtime. Fue llamado "el Bombardero Marrón del Boogie-Woogie".
A los nueve años, tocaba el piano con un control que impresionaba a músicos profesionales. Durante muchos años estudió piano de cuatro a seis horas diarias. Solo en sus últimos años disminuyó la práctica a una o dos horas por día.
En 1940, a los catorce años, ganó el concurso nacional de música organizado por la Canadian Broadcasting Corporation. Después dejó la High School of Montreal, y tocó en una banda con Maynard Ferguson. Se convirtió en pianista profesional, protagonizando un programa de radio semanal y tocando en hoteles y salas de música.
En su adolescencia fue miembro de la Orquesta de Johnny Holmes. De 1945 a 1949 trabajó en un trío y grabó para Victor Records. Gravitó hacia el boogie-woogie y el swing con un cariño particular por Nat King Cole y Teddy Wilson. Cuando tenía 20 años, había desarrollado una reputación de pianista técnicamente brillante y melódicamente inventivo.
Su virtuosismo en el teclado, el sentido propulsor del swing y la inventiva melódica influyeron en las generaciones de pianistas de jazz que lo siguieron.
Herbie Hancock, otro pianista de jazz legendario, dijo que el impacto de Peterson fue profundo."Oscar Peterson redefinió el swing para los pianistas de jazz modernos desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy", dijo. "Lo considero la mayor influencia que formó mis raíces en la interpretación del piano de jazz. Dominó el equilibrio entre la técnica, el blues duro y la ternura... Nadie podrá ocupar su lugar".
El pianista y educador de jazz Billy Taylor dijo que Peterson "marcó el ritmo de casi todos los que lo siguieron. Realmente era un músico especial".
Eldar Djangirov reveló que no se habría convertido en músico de jazz si no hubiera escuchado los discos de Peterson cuando era un niño que crecía Kirguistán. “Fue el primero que escuché y mi principal influencia artística", dijo Djangirov, quien incluyó la melodía de ritmo rápido de Peterson "Place St. Henri" en su álbum nominado al Grammy "re-imagination".
En un comunicado, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que los franceses lo adoraban. "Una de las luces brillantes del jazz se ha apagado". Jean Chretien, que fuera primer ministro canadiense, admirador y amigo del pianista durante décadas, recordó haberlo invitado a un evento en Ottawa en el 2001 en honor al líder sudafricano Nelson Mandela. Y recordó que Mandela brilló al conocer el gran piano. "Fue muy emotivo", dijo Chretien. "Ambos estaban emocionados de conocerse. Eran dos hombres con orígenes humildes que alcanzaron niveles muy ilustres".
Peterson nunca dejó de llamar su hogar a Canadá a pesar de su creciente reputación internacional, y posiblemente su composición más conocida sea la "Suite Canadiense" con temas de jazz inspirados en las ciudades y regiones de su país natal.
En el 2005 se convirtió en la primera persona viva que, sin ser un monarca reinante, fue honrado con un sello postal en Canadá, donde calles, plazas, salas de conciertos y escuelas llevan su nombre.
Peterson sufrió un derrame cerebral en 1993 que debilitó su mano izquierda, pero no su pasión por la música. Después de una recuperación de dos años, reanudó las actuaciones e hizo una serie de grabaciones para Telarc, el sello norteamericano.
Siguió tocando y de gira, a pesar del empeoramiento de la artritis y las dificultades para caminar, y en una entrevista del 2001 dijo que "el amor que tengo por el instrumento y mi grupo y el medio en sí funciona como una especie de factor rejuvenecedor para mí".
Lo sobrevivieron su esposa, Kelly, y su hija, Celine.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...

FURIA Marcianos del micrófono y la banca

Comedor del Hotel de Inmigrantes, Buenos Aires, 1910 Creen saber lo que piensa el pueblo sólo porque lo nombran una y otra vez desde su atril, lejos del barro en que vive el resto Desde las olímpicas alturas de un micrófono hablan de “la gente”, como si fueran seres superiores, extraterrestres tal vez, reyes o princesas de sangre azul. Cualquier cosa que les pregunten, salen con que “la gente de aquí”, “la gente de allá”, “la gente esto”, “la gente estotro”. ¿Quiénes se creen para arrogarse la calidad de intérpretes de “la gente”? Periodistas y políticos, unos y otros, al parecer suponen que tienen una condición distinta, un estado tan sumo que, uf, quién osará tocarles el culo con una caña tacuara, si ni siquiera les alcanza. Usted, que está leyendo esto, es “la gente”. Su vecino es “la gente”. La señora de la otra cuadra es “la gente”. Y así podría nombrarse a todos y cada uno de los que forman parte de esa casta inferior a ellos, supuestamente abyecta y vil, hasta dar la vuelta al m...

CONTEXTO La inteligencia del mal negada por comodidad

Hitler hace el saludo romano Presentar a Hitler como enfermo es una fácil excusa que impide comprender cómo una visión organizada del mundo movió a millones hacia un proyecto criminal De vez en cuando aparecen noticias, cada una más estrafalaria que la anterior, que intentan explicar los horrores cometidos por Adolfo Hitler mediante alguna enfermedad, una supuesta adicción a drogas o un trastorno psicológico o psiquiátrico. Sus autores suelen presentarse como bien intencionados: buscan razones biológicas o mentales para comprender el origen del mal. Sin embargo, esas razones funcionan, en cierta forma, como un mecanismo involuntario o voluntario quizás, de exculpación. Si hubiese actuado bajo el dominio de una enfermedad que alteraba su discernimiento, los crímenes quedarían desplazados hacia la patología y ya no hacia la voluntad que los decidió y la convicción que los sostuvo. En el fondo, ese gesto recuerda otros, cotidianos y comprensibles. Ocurre con algunas madres cuando descubre...