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QATAR El centímetro de las costureras para medir derechos humanos

Una pieza clásica para ilustrar la nota

“Cuando viene la clienta rica, la costurera por ahí, se niega a confeccionarle ropa si se entera de que su empleada doméstica trabaja en negro”

El centímetro de las costureras, aunque les servía perfectamente no era muy confiable en cuanto a control de precisión. Con el tiempo se iba estirando y en un metro, por ahí tenía uno o dos centímetros de más. Pero a los fines de la costurera, así le valía bastante bien, de paso siempre medía un cachito menos de cintura a las clientas, que agradecían el implícito e involuntario gesto de hacerlas parecer más delgadas.
Cada una tenía, entre sus herramientas de trabajo, su máquina de coser, un dedal, una almohadilla para guardar las agujas, cientos de revistas de moda, que venían con figurines, especie de mapas para cortar las telas. Y el centímetro. Nada hubieran hecho sin él. Quizás fuera para ellas el dicho: “Todo en su medida y armoniosamente”, frase que, como todos saben es atribuida por Plutarco, que vivió entre el 45 y el 120 de nuestra era, a Pericles.
El asunto es que el centímetro se iba estirando tan de a poco que prácticamente la costurera no se daba cuenta. De todas maneras, le servía como unidad de medida para la ropa que cosía. De nada le hubiera servido uno con los números cambiados, o que un día se estirara medio metro y al siguiente se achicara 25 centímetros. En este punto de la nota usted dirá que es lógico que así sea, chocolate por la noticia, mirá las obviedades que plantea este tonto.
Bueno.
Hay gente que pide a algunos países, ser estrictos y cabales cumplidores de las normas ISO de los derechos humanos. Está muy bien, amigos. Hubo países que se negaban a comerciar con países como Sudáfrica cuando tenían el ´apartheid´ como norma no escrita de convivencia. Se negaron a reconocer la validez legal de un país en que, un puñado de blancos decidía la suerte de una mayoría negra. Muy bien, aplausos, ¡ovación para los valientes defensores de los derechos humanos, pues se pusieron firmes!
A los países que no tienen democracia, ni justicia. Qué se creían esos sudafricanos, ¿Iban a seguir sojuzgando a la mayoría del pueblo, sólo porque tenía otro color de piel? El mundo ejerció una enorme presión internacional hasta que tuvieron elecciones libres y votaron, ¡Dios sea loado!, por Nelson Mandela, a quien habían tenido preso mucho tiempo por terrorista.
Claro, Sudáfrica no tenía tanto petróleo ni gas.
¿Eso qué tiene que ver?
Con los ojos del mundo puestos en Qatar, no se observa el mismo prurito de juzgarlos como antidemocráticos a esos maulas. Para empezar, no solamente no tienen democracia, sino que gobierna un jeque que no obtuvo su puesto en elecciones sino porque le hizo un golpe de Estado al papá, que tampoco era muy demócrata, ya que estamos. Y no se ve al ´mundo libre´ tan escandalizado, ¿no? Nadie hace marchas, no se forman paneles de discusión sobre sus aberraciones, los progres miran los partidos como si aquel fuera un país gobernado por carmelitas descalzas, y se ponen los gorritos y cantan, saltan y bailan sin importarles cuántos muertos costó cada estadio.
En serio, che, ¿los qataríes no merecen la democracia tanto como los sudafricanos? ¿Acaso son menos humanos? ¿Con qué derecho contratan cientos de miles de obreros extranjeros y les pagan sueldos de porquería? ¿Acaso esos trabajadores tienen menos derechos que los sudafricanos?, ¿les contratarán una Aseguradora de Riesgos del Trabajo?, ¿tendrán un gremio al menos como la UOCRA de aquí, que les miente que defiende sus derechos?, ¿qué hay con el derecho a huelga?
Pero hay más preguntas. ¿Nadie va a decir nada de una institución internacional mafiosa como la FIFA, que organiza su campeonato mundial en un país que no respeta los derechos de las mujeres, los extranjeros, las minorías y, por si fuera poco, defiende el statu quo?, ¿en serio, che?, ¿el mundo no se debería escandalizar ahora que todos miran hacia ahí?
Las monarquías socialistas, como las de Nicaragua, Cuba, China, Venezuela, Corea del Norte, al menos nominalmente se dicen democracias y hay una mínima esperanza de que cualquiera de sus habitantes podría, siguiendo pasos legales más o menos establecidos o dificultosos, llegar a la cima del poder político.
Pero en Qatar no, amigos. El gobierno es hereditario en la familia Al-Thani, dentro la línea sucesoria del linaje masculino de Hamad bin Jalifa Al Thani bin Hamad bin Abulah bin Jasim. Y hereda el gobierno el hijo, a quien el Emir, nombrará como Emir heredero. En caso de no existir heredero varón, la sucesión se determinará por el Emir quien lo nombrará como su heredero. Lo dice una especie de Constitución que sancionaron en el 2004. Y chau.
Pero nadie se escandaliza mucho. Ni siquiera los medios de prensa se atrevieron a cuestionar al gobierno de Qatar o a la misma FIFA, pero arman un escándalo que te la voglio dire, cuando alguien osa tocar un pelo a una mujer, a un integrante de una minoría en cualquier otro lugar del universo.
Ahí está el mundo occidental y civilizado, rindiendo pleitesía a un país violador confeso de derechos que afuera se consideran fundamentales, sólo porque tiene una fenomenal reserva de gas que podría durarles cien años más. Cuando viene la clienta rica, la costurera por ahí, se niega a confeccionarle ropa si se entera de que su empleada doméstica trabaja en negro. La costurera tiene una ética de la que carecen países que fabrican con exclusividad la bomba atómica.
Lo que lleva a preguntar qué habrá sucedido en Sudáfrica, qué otros intereses movieron al mundo occidental y perfecto para atacarla de manera rabiosa, como no lo hacen hoy con Qatar y con ningún otro país dueño de tanto petróleo. Salvo Venezuela, a la que presionarían con su moral tuerta y tiquismiquis melindrosos de manera mucho más furibunda, si no tuvieran miedo de que no envíe más su petróleo a precio de liquidación y ganga.
A esta altura de la confección de la blusa, la costurera está muy confundida. Para unas clientas vale el centímetro, pero a otras les mide las mangas a ojo nomás y para el resto un metro equivale a cinco centímetros o a metro y medio, todo depende. Y a todos sus trabajos les falta un botón o les sobra un ojal.
Todo depende de todo. Porque los derechos humanos son un arma arrojadiza contra quienes piensan distinto. Ahí lo tiene a Barack Obama, por dar un solo caso, premio Nobel de la Paz, entre otras cosas, por prometer que acabaría con el injusto trato a los prisioneros que mantiene su país en la bahía de Guantánamo. Y no cumplir.
Pero otro día se tratará sobre el asunto del uso de los derechos humanos como argumento que no vale lo mismo en todas partes del mundo ni es igual para todos ni son derechos ni son humanos.
Para los ´derechohumanistas´, dos más dos es siete, tres, cuarenta o 30.000, todo depende.
Por hoy suficiente.
Salute.
©Juan Manuel Aragón
Absalón Rojas, primera cuadra, 5 de diciembre del 2022

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc5 de diciembre de 2022, 9:54

    Muy bueno. Me ha gustado.

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  2. EXCELENTE JUAN MANUEL. ÉSTE MUNDO GIRA DE ACUERDO A LA CONVENIENCIA.

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  3. El tema de juzgar y condenar las costumbres y normas sociales de otras culturas es muy complejo, y va más allá de los análisis simplistas, univariables y poco sofisticados que la gente tiende a hacer por puro sentimiento. Esto es especialmente complicado cuando aspectos religiosos y de supervivencia están involucrados.
    No hay duda de que para nuestra cultura occidental, basada en valores y principios judeo-cristianos, varias de las conductas y costumbres del mundo musulmán son deplorables a nuestros ojos. El trato a las mujeres es uno de ellos. Pero esto es igual y opuesto desde el punto de vista moral y religioso de esos países musulmanes hacia nuestra cultura occidental, cuando juzgan y condenan nuestras costumbres sociales de desnudarnos en playas públicas o vestir tangas de hilo dental. Como se puede ver, el problema es definitivamente muy complejo y requiere un análisis más sofisticado.
    Por otro lado está el problema de "quién" debe condenar esas costumbres, que no son impuestas ni importadas desde afuera, como lo fue el apartheid, sino que son propias de sus culturas ancestrales y necesidades de supervivencia, tal como las tribus que achican la cabeza de sus enemigos o las que se los comen.
    Luego está el problema de "quienes son los que deben reclamar o condenar esas prácticas"
    En nuestra Latinoamérica somos tan bananeros que vivimos reclamando que "los países del imperio se viven metiendo en nuestros asuntos e interfiriendo con nuestros intereses en su afán imperialista", pero al mismo tiempo nos rasgamos las vestiduras escandalizándonos por las prácticas y costumbres de los países árabes, exigiendo que sean “esos países del imperio” los que digan algo, condenen las prácticas y apliquen sanciones. Mientras tanto nuestro país hace tratos comerciales bilaterales y anda de grandes amigos con Irán, que es el país donde más radicales son las costumbres en contra de la libertad de las mujeres y su opresión en todo sentido.
    Finalmente están las motivaciones que se les asignan a los países que según nosotros "se quedan callados", tema en que el nivel de simplismo analítico es casi risible. Pará la gente todo se trata de “el Interés por el petróleo”, tema sobre el cual también existe mucha ignorancia.
    En la actualidad, los principales países a donde Venezuela exporta petróleo son India, España, Italia y Grecia, que están lejos de ser jugadores de peso en la política internacional (o imperialismo colonialista como lo llaman en argentina). USA alcanzó su autoabastecimiento durante Trump y ahora lo perdió por políticas de Biden. El déficit es provisto por Canada, Mexico, Saudi Arabia, y Colombia.
    Qatar exporta principalmente a China, India, Alemania y Korea del Sur.
    Como se puede ver, el tema es un poco más complejo que lo que propone el artículo y tiene varias facetas que deben ser analizadas con un poco más de sofisticación. La vida de las mujeres en el mundo musulmán es muy dura visto con ojos de nuestra cultura occidental, pero habrán notado que ningún grupo feminista marcha o reclama por ello. En cambio sí marchan en los países donde hay libertad de expresión y pueden reclamar desnudándose en público, denunciando opresión y desigualdad. Como están las cosas, y con el nivel de análisis que se hace sobre el tema, no veo que las mujeres del mundo musulmán vayan a estar mejor en el corto plazo.

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  4. Excelente!!! Me gustó de principio a fin.

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  5. Seguro que en Qatar, no florecerá el tango, cuyas letras predominan con las historias del tipo al que lo dejo la percanta o la mina. Allá no te van a dejar carajo ! ( Pero hay q tener mangos, y/o dólares, y/o euros y /o petróleo) ha y convertirte,( es lo de menos ). Ha y de paso les quiero recordar el mundial del 78 , donde ha pocos les importo que violaran los derechos humanos por un gobierno q no vacilo en comprar un partido ( Arg 6 Perú 0 ) para ser campeón y que la gente se olvidé. Los argentinos somos derechos y humanos !!!?!

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