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1978 ALMANAQUE MUNDIAL Acuerdos

Anwar Sadat, James Carter, Menachem Begin

El 17 de septiembre de 1978 se firman los acuerdos de Camp David, entre Israel y Egipto que condujeron a un tratado de paz entre ambos países


El 17 de septiembre de 1978 se firmaron los acuerdos de Camp David, entre Israel y Egipto. Estos acuerdos condujeron al año siguiente a un tratado de paz entre ambos países y fue el primer tratado de este tipo entre Israel y uno de sus vecinos árabes. Con la intermediación del presidente norteamericano James Carter, fueron firmados entre el primer ministro israelí Menachem Begin y el presidente egipcio Anwar Sadat. Se titularon “Marco para la Paz en el Medio Oriente” y fueron en el retiro presidencial de Estados Unidos en Camp David, Maryland. Sadat y Begin recibieron el Premio Nobel de la Paz en 1978 por sus contribuciones a los acuerdos.
Las Naciones Unidas votaron en 1947 a favor de dividir el mandato palestino de Gran Bretaña: se establecería un estado judío, un estado árabe y una Jerusalén independiente bajo la tutela de las propias Naciones Unidas. Los árabes se opusieron a la partición.
Cuando terminó el mandato el 15 de mayo de 1948 e Israel proclamó su independencia y estalló la primera guerra árabe-israelí. No se estableció ningún estado separado para los palestinos. Egipto tomó el control de la Franja de Gaza a lo largo del Mar Mediterráneo y Jordania asumió la soberanía sobre el territorio entre la frontera oriental de Israel y el río Jordán (Cisjordania), incluida Jerusalén Oriental.
Durante la Guerra de los Seis Días de junio de 1967, Israel ocupó esos territorios, los Altos del Golán (una porción de tierra siria en la frontera nororiental de Israel) y la península egipcia del Sinaí. Tras su elección como presidente de Estados Unidos, Carter se comprometió a trabajar por un acuerdo de paz integral en Oriente Medio basado en la Resolución 242 de las Naciones Unidas en noviembre de 1967, que pedía la retirada de Israel de los territorios ocupados, el reconocimiento árabe y la paz con Israel, (estipulaciones que los estados árabes se habían negado a aceptar) y una solución justa al problema de los refugiados palestinos desplazados por el establecimiento de Israel y la guerra de 1967.
Al comienzo de su presidencia, Carter se reunió con líderes de Medio Oriente y fue especialmente alentado por el presidente Sadat, que quería que el Sinaí ocupado por Israel regresara a Egipto, así como la paz para su pueblo y una relación más sólida con Estados Unidos. El presidente norteamericano también se reunió con Begin, que recientemente se había convertido en primer ministro, y lo halló dispuesto a considerar las medidas que Carter había discutido con Sadat.
En noviembre de 1977, Sadat inició contactos directos con Israel y realizó una espectacular visita a Jerusalén, donde habló ante la Knesset (parlamento) israelí. Sin embargo, una visita recíproca de Begin fracasó y no se lograron avances hacia la paz.
Rosalynn Smith, esposa de Carter, sugirió entonces a su marido que invitara a Sadat y Begin a Camp David, en Maryland, donde la relativa privacidad y el aislamiento podrían proporcionar un escenario para un gran avance.
Los líderes aceptaron la invitación, la cumbre comenzó el 5 de septiembre de 1978 y duró 13 días. Era extremadamente inusual que los jefes de Estado participaran en una reunión cumbre cuyo resultado era tan dudoso. No sólo Egipto e Israel habían estado en guerra durante décadas, sino que las diferencias de personalidad de los líderes prometían complicar el diálogo. Begin, siempre formal en su vestimenta y modales, era extremadamente detallista y cuidadoso con las posibles ramificaciones de cualquier acuerdo. Se mostró pesimista sobre lo que creía que se podría lograr en Camp David e insistió en que el objetivo se limitara a desarrollar una agenda para futuras reuniones.
Por el contrario, Sadat vestía ropa deportiva a la moda, se mostraba relajado y comunicativo, y estaba dispuesto a participar en negociaciones integrales destinadas a resolver todas las cuestiones controvertidas durante los pocos días de la cumbre.
Los tres hombres estaban acompañados por sus principales asesores de política exterior, pero Carter prefirió que trabajaran juntos en sesiones privadas en una pequeña oficina en Aspen, su cabaña en Camp David. También insistió en que no haya cobertura de prensa directa de las reuniones, por temor al efecto negativo en las negociaciones.
Justo antes del primer encuentro surgió una situación divertida, un momento incómodo que, sin embargo, arrojó luz sobre las personalidades involucradas. Después de que el presidente Carter y la primera dama entraron en la cabaña, Begin y Sadat dudaron sobre quién debería seguirlos por la puerta. Ambos hombres se rieron y Begin insistió en que Sadat fuera primero. Como señaló luego Rosalynn Smith: “Jimmy me dijo que Begin nunca se adelantaría a Sadat, siendo perfectamente correcto según el protocolo: presidente por encima de primer ministro”.
Después de tres días de negociaciones, las discusiones llegaron a un punto muerto y el diálogo directo entre Sadat y Begin se volvió imposible. Carter compiló un documento único que incluía una resolución de los temas principales, presentó las propuestas a cada líder en reuniones separadas, evaluó sus comentarios y volvió a redactar el manuscrito unas dos docenas de veces, yendo y viniendo el manuscrito para su revisión. (Este método de documento único se convirtió en un pilar del trabajo posterior a la presidencia de Carter en el Centro Carter para resolver disputas internacionales).
A medida que pasaban los días, las perspectivas de un acuerdo en Camp David parecían tan sombrías que Sadat amenazó con irse y Carter comenzó a planear regresar a la Casa Blanca y sufrir las probables consecuencias políticas del fracaso. Pero se llegó a un acuerdo el último día cuando, en el último minuto, Begin accedió a permitir que la Knesset decidiera el destino de los asentamientos que los israelíes habían establecido en la península del Sinaí (pues Sadat había ordenado desmantelar y Begin había jurado no hacerlo).
El resultado final de estas conversaciones, el “Marco para la Paz en Medio Oriente”, tuvo tres partes: un proceso para el autogobierno palestino en Cisjordania y Gaza; un marco para la conclusión de un acuerdo de paz, y un marco similar para los tratados de paz entre Israel y sus otros vecinos. El primer ministro y la Knesset israelí acordaron que se elegiría una autoridad palestina autónoma de transición para reemplazar a las fuerzas políticas y militares israelíes en los territorios ocupados.
El tratado firmado en marzo de 1979 reflejó fielmente las propuestas del presidente Carter en Camp David y puso fin formalmente al estado de guerra que había existido entre ambos países. Israel acordó retirarse del Sinaí y Egipto prometió establecer relaciones diplomáticas normales entre los dos países y abrir el Canal de Suez a los barcos israelíes (que hasta entonces habían estado prohibidos).
Estas disposiciones fueron cumplidas. Sin embargo, la mayoría de los países árabes, en lugar de seguir el ejemplo de Egipto, condenaron al ostracismo a Egipto y lo expulsaron de la Liga Árabe. La Organización para la Liberación de Palestina, que afirmaba hablar en nombre del pueblo palestino, también rechazó los acuerdos. No obstante, el siguiente gran avance en las negociaciones de paz en Medio Oriente, los Acuerdos de Oslo firmados por Israel y la Organización para Liberación de Palestina en 1993, incluyeron disposiciones con respecto a Cisjordania y Gaza que eran similares a las de los Acuerdos de Camp David. Entre ellas figuraban un período de transición, una autoridad palestina autónoma elegida, la retirada del gobierno militar israelí y el redespliegue de tropas israelíes, el establecimiento de una fuerza policial local y un plan para seguir adelante con las negociaciones sobre el estatuto final de los territorios ocupados.
©Juan Manuel Aragón

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