Banderas del mundo |
La bandera argentina no es la más bella del mundo, aunque uno la quiera con toda el alma
No es lindo lo que es lindo sino lo que a uno le gusta, saben decir. Bueno, como corresponde, a uno le enseñan a querer la bandera celeste y blanca que Manuel Belgrano nos legó, se emociona cuando la observa flamear en algunas fiestas patrias,bailando al viento, con el dorado sol ondeando justo en el medio. Pero es feíta, se lo digo, aunque suene a blasfemia. No es falta de patriotismo decir que la bandera argentina es medio aburrida, como que le faltan colores, es poco emocionante por sí misma.Si usted mira todas las banderas juntas y entrecierra los ojos, verá que el color más usado es el colorado, llamado rojo por los que gustan del francés. La del Brasil es muy bonita: la ´verde amarela´, con un globo azul en el medio, las estrellas y, como para que nadie tenga dudas, su lema: "Orden y progreso", que debiera ser el de todas las naciones del mundo. La del Paraguay también es muy bonita, con su lema, “Orden y justicia”, que va un paso delante de la del Brasil, porque la justicia es condición necesaria para el progreso y no al revés. La de Bolivia es la maravillosa combinación del colorado y amarillo.Cuando la tienen mucho tiempo afuera a la celeste y blanca, se destiñe y se vuelve gris, como que le hace mal la intemperie, no se banca la lluvia, el viento y el sol, sus colores no son el azul firme de —pongalé —la casaca de Boca Juniors, sino el celestito de las camisas de los bancarios y de los policías que laburaban en la Jefatura.
Alguien recuerda esas palabras que decían: “La Bandera blanca y celeste - Dios sea loado - no ha sido jamás atada al carro triunfal de ningún vencedor de la tierra” y le dan ganas de reírse un poco, para no ofender a los argentinos que creen que los símbolos son la esencia de las cosas, porque ha sido esposada al carro, a la carreta, al camión y de ahí, derechito a los bancos, al palenque de todos los usureros, vencedores o no, de toda la faz del mundo. El país ha resignado soberanía cada vez que se lo han pedido y más de la mitad aplaudió a rabiar cuando eso sucedió.
Dicho lo cual, para seguir con el asunto de la bandera propiamente dicha, cabe afirmar rotundamente que es aburrida, sin relieves y sin una historia muy clara. Las maestras avisaban que Belgrano se había inspirado en las nubes del cielo, pero eso no se lo creían ellas y menos los alumnos. Otras decían que primero fueron las escarapelas del 25 de mayo y luego la bandera le copió los colores, pero no parece cierta la tesis frenchiberuttiana, porque ellos querían todavía al rey Fernando, como todos los próceres de aquella fecha.
¿Es posible que la bandera de la naciente Argentina haya estado inspirada en los colores de la Casa de Borbón?, es probable, amigos. Como también es factible que Belgrano se inspirara en los colores de la Virgen María, en los viejos cuadros que circulaban por esos días. Es obvio que, para quienes escribieron las primeras historias más o menos serias de la Argentina, masones como Bartolomé Mitre, la tesis, digamos religiosa, era inconcebible, por lo que fraguaron unas leyendas más o menos creíbles, para felicidad de las maestras sarmientinas.
Sea lo que fuere, sería mejor para la Argentina, una bandera como la santiagueña, colorada como el poncho de Juan Manuel de Rosas y con la Cruz de Santiago, el apóstol de España, clavada en el medio, como un sangrante corazón.
A continuación, pueden insultar como quieran.
©Juan Manuel Aragón
A 19 de diciembre del 2023, en la Merced. Rezando un Rosario
En realidad aquel tiempo habia un firmamento más diáfano y trasuntaba la épica de los humanos,incluso en batallas con espadas y luchas corporales. Era lógica esa decisión, ahora la maldad de los ansiosos equivocaria hasta los buenos hasta pensar en colores más vivos y de afrentas posibles que olvidaria los inicios de pensarnos a imágenes de las bondades del azul del cielo
ResponderEliminarpasalo al castellano...
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