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Los bomberos rescatando heridos |
El 22 de febrero del 2012 fue la Tragedia de Once en Buenos Aires, accidente ferroviario, ocurrido cuando un tren no se detuvo y chocó con los paragolpes de la estación
El 22 de febrero del 2012 fue la Tragedia de Once en Buenos Aires. Fue un accidente ferroviario, ocurrido a las 8 y 33 de la mañana, cuando el tren 3772 de la línea Sarmiento, el "Chapa 16", no detuvo su marcha y chocó con los paragolpes al llegar a la plataforma 2 de la estación terminal de Once.En el incidente, perdieron la vida 52 personas, entre ellas una mujer embarazada, y 789 resultaron heridas. Fue el tercer accidente ferroviario más grave en Argentina, después de los ocurridos en Benavídez en 1970 y Sa Pereira en 1978.En el momento del accidente, la línea Sarmiento estaba concedida a la empresa Trenes de Buenos Aires, con un contrato del estado nacional argentino. Luego hubo dos juicios, conocidos como Once I y Once II. En Once I, el tribunal emitió sentencia en el 2014, condenando a 21 personas, entre empresarios, funcionarios y el conductor. En el 2018, la Cámara absolvió a uno de los condenados y redujo las penas restantes, lo que generó apelaciones ante la Corte Suprema. Once II fue en el 2018, con criterios distintos a Once I, absolviendo al principal acusado, Julio De Vido, exministro del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, por el estrago ferroviario, aunque lo condenó por administración fraudulenta.
Entre el 2011 y el 2013, la línea Sarmiento experimentó cuatro accidentes ferroviarios, dos de los cuales ocurrieron en la estación Once, uno en Flores y otro en Castelar. Hubo múltiples víctimas fatales y heridos.
El choque del 22 de febrero de 2012 fue durante el horario pico en el primer día laboral después de los feriados por el Carnaval. Los coches de pasajeros estaban abarrotados de trabajadores, y la mayoría de las víctimas fatales estaban en los dos primeros coches, que llevaban más pasajeros debido a la costumbre de ubicarse allí para facilitar el acceso a otros medios de transporte.
El impacto dejó 51 víctimas fatales, sumando a una mujer embarazada, y 789 heridos de diversas gravedades, con 200 trasladados a 13 hospitales de Buenos Aires. Los primeros tres vagones resultaron aplastados, causando lesiones graves a los pasajeros. El siniestro dejó una escena caótica, con rescatistas utilizando guantes de látex y botellas de agua para socorrer a las víctimas. La tragedia marcó un hito en la historia ferroviaria argentina y generó un profundo impacto en la seguridad del transporte público en el país.
El día del accidente en Buenos Aires, numerosas ambulancias destinadas a un puerto de la ciudad, aguardaban la llegada de un barco con gente enferma. Muchas de estas ambulancias abandonaron el puerto para dirigirse al lugar del accidente, participando en el rescate de heridos y su traslado a hospitales, mientras aquellos con lesiones menores permanecieron en el lugar del siniestro. El jefe de Defensa Civil señaló que la solidez de la estructura de los coches complicó la remoción de escombros, generando dificultades en las operaciones de rescate.
En el trabajo, coordinado por la médica Estela Morandi, del Servicio de Atención Médica de Emergencias, intervinieron dos helicópteros, 110 ambulancias del Servicio y ambulancias privadas, así como varias dotaciones de bomberos y cientos de efectivos de la Policía Federal. El conductor del tren, con la colaboración de numerosas personas, fue rescatado con vida y trasladado en ambulancia, presentando heridas en las piernas.
La última víctima, Lucas Menghini Rey, de 20 años, fue hallada dos días después entre el tercer y cuarto vagón, en una cabina vedada a los pasajeros. Su identificación se facilitó gracias a un video de vigilancia, donde se lo veía subiendo al tren por la primera ventanilla del cuarto vagón. La demora en encontrarlo generó tensiones entre los familiares.
Un año después, los bomberos revelaron en una entrevista con el diario Clarín que experimentaron presiones para despejar la escena rápidamente, siendo despachados a sus cuarteles para atender otros incidentes. Ante la tragedia, la presidente Cristina Fernández de Kirchner decretó 48 horas de duelo nacional, medida replicada por el Jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, en la ciudad, y por el gobernador provincial, Daniel Scioli. Estas acciones llevaron a la suspensión de las celebraciones de carnaval programadas para esos días.
©Juan Manuel Aragón
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