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En la puerta del colegio San Francisco,hace un rato |
Da para pensar el hecho de que luego de catorce años de instrucción formal, los chicos salgan a hacer salvajadas para festejar que este año terminarán la escuela
Por Simón de Ponferrada
Para llegar a quinto año del secundario, un alumno pasa en Santiago del Estero, tres años de jardín de infantes, siete de primaria y cinco de secundaria. Quince años de su vida en los que supuestamente no solamente adquirió conocimientos que luego le servirán en su vida, sino también valores que los harán mejores personas. En los colegios de orientación católica se supone que los maestros se esmerarán un poco más, porque además los tienen que sacar buenos cristianos.
La realidad siempre se esfuerza en desmentir los ideales con una fuerza que, a veces, es arrolladora. La moda de los últimos años de los alumnos, es festejar la última vez que tendrán su primer día de clases: lo llaman el último primer día y los periodistas, como para mostrar empatía lo rebautizaron el upedé.
¿De que se trata? De una noche de salvajadas que llegará hasta la madrugada del día siguiente, en la que tomarán bebidas con alcohol, muchos de ellos hasta caerse de borrachos, no entrarán al colegio, pero tampoco se privarán de hacer desmanes en la puerta, para que todos sepan que ese es su último año.
Por algún motivo y quizás con alguna razón, los alumnos consideran que sus quince años de educación en las escuelas no sirvieron para mucho y lo demuestran con un exceso que quizás sea aprobado por los padres. Muchos terminan quinto año teniendo una vaga idea de la historia argentina y mundial, saben que la geografía son mapas, las matemáticas tratan de números y no se aprendieron ninguna poesía de memoria, principalmente porque muchos todavía no saben leer de corrido.
©Ramírez de Velasco
Triste realidad la educación. A nivel de instituciones escolares sólo garantiza que todos esos años escolares cursados los alumnos fueron a calentar la sillas.
ResponderEliminarMuy triste. Todos necesitan "rituales de paso". Pero es tremendo la violencia y el exceso.
ResponderEliminarPara Mafalda de Quino la vida moderna trae más de modernidad que de vida. La moda muchas veces por ser innovadora o distinta no genera ningún cambio por falta de criterio o de sentido común. La educación debe servir para educarlos a convivir en la diversidad con sus formas de ser y eso no significa dusciplinarlos sino ser con sentidos ara sociales
ResponderEliminarComparto tú opinión y la compartiré en los medios a mi alcance. Porque es bueno festejar, pero... algarabía es una cosa y comportarse sin moderación alguna es descalificarse.
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