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2000 CALENDARIO NACIONAL Coimas

Fernando de la Rúa

El 2 de junio del 2000 trasciende que varios senadores han cobrado
 coimas para aprobar un proyecto del Ejecutivo

El 2 de junio del 2000 trascendió que varios senadores cobraron coimas para aprobar un proyecto del Poder Ejecutivo. El caso fue llamado “escándalo de coimas en el Senado” y fue un caso de corrupción, que comenzó en abril de ese año, en medio de la sanción de la ley de Reforma Laboral, en el que se investigó si el entonces gobierno de Fernando de la Rúa había pagado a senadores del Partido Justicialista para que votaran a favor de su aprobación. La investigación en la justicia concluyó con la absolución de los acusados al no encontrarse prueba del soborno.
La trama de corrupción se tejía en las altas esferas del poder político. Se sospechaba que el gobierno había pagado a senadores del Partido Justicialista para asegurar su voto favorable. A pesar de las investigaciones realizadas por la justicia, que se extendieron durante meses, no se logró encontrar pruebas contundentes que respaldaran estas acusaciones, lo que llevó a la absolución de los acusados y sumió al país en una profunda crisis política.
El impacto de este escándalo fue devastador para el gobierno de la época. El 6 de octubre de 2000, el vicepresidente Carlos Álvarez presentó su renuncia, lo que desencadenó una ruptura en la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación, la coalición gobernante en ese momento. Esta renuncia marcó el inicio de un período de inestabilidad política que se agravaría con el paso del tiempo.
Los acontecimientos que llevaron al escándalo comenzaron a gestarse a principios del 2000, cuando el gobierno nacional presentó al Congreso un proyecto de ley de reforma laboral. Este proyecto contemplaba una serie de medidas controvertidas, como la extensión del período de prueba, la eliminación de ciertos convenios laborales y la creación de un Servicio Federal de Mediación y Arbitraje. A pesar de la resistencia de algunos sectores sindicales, el proyecto recibió el respaldo del secretario general de la CGT, Rodolfo Daer.
Sin embargo, la oposición interna dentro de la central obrera, encabezada por Hugo Moyano, pronto se hizo sentir. Moyano, que se oponía firmemente a la reforma laboral, convocó a una movilización en contra del proyecto. Aunque la Alianza tenía mayoría en la Cámara de Diputados, carecía de los votos necesarios en el Senado, lo que generaba incertidumbre sobre el destino del proyecto.
Para sorpresa de muchos, el proyecto obtuvo media sanción en el Senado el 26 de abril del 2000, después de que el oficialismo aceptara una serie de cambios propuestos por la oposición peronista. Estos cambios incluyeron la inclusión de cláusulas destinadas a proteger los salarios básicos, entre otras medidas.
Pero fue el testimonio explosivo de Hugo Moyano el 29 de mayo lo que desencadenó el escándalo. En una reunión que trascendió a los diarios el 2 de junio, Moyano acusó al ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, de haber admitido en una reunión con sindicalistas que el gobierno tenía influencia sobre los senadores a través de la "Banelco". Aunque Flamarique negó estas acusaciones, el daño ya estaba hecho y la crisis política se profundizó.
La renuncia del vicepresidente Carlos Álvarez fue el punto de inflexión de esta crisis, que afectó la estabilidad del gobierno. A medida que se desarrollaban las investigaciones judiciales, surgieron más revelaciones sobre el presunto soborno a los senadores. Mario Pontaquarto, exsecretario parlamentario, afirmó haber participado en la operación de soborno a través de la Secretaría de Inteligencia, lo que dio un impulso adicional a la investigación.
A pesar de los esfuerzos por aclarar los hechos, la justicia no logró encontrar pruebas suficientes para respaldar las acusaciones. En el 2005, la Cámara Federal de Apelaciones revocó el fallo inicial y la causa fue remitida al juez Daniel Rafecas. A lo largo de los años siguientes, varios funcionarios y senadores fueron procesados, incluso Fernando de la Rúa, pero en última instancia, todos fueron absueltos debido a la falta de pruebas concluyentes.
La ley de Reforma Laboral, que había sido el centro de la controversia, fue finalmente derogada en marzo del 2004 y reemplazada por una nueva legislación. Sin embargo, el daño causado por el escándalo de coimas en el Senado perduraría durante mucho tiempo, dejando una mancha imborrable en la historia política de Argentina y socavando la confianza en las instituciones democráticas.

Cuestión personal
Uno de los jefes de Redacción que imponían en aquel entonces los dueños del diario en que trabajaba, antes de la asunción de Fernando de la Rúa, me dijo: “Ahora se viene un gobierno serio, estos no son los peronistas”. Ante mi cara de duda, siguió: “Se estuvieron preparando durante muchos años para esto, saben que no pueden fallar, además son gente seria y de verdad que van a ser aburridos”. Se equivocó. Fue un gobierno movido, con una serie de funcionarios ineptos, ignorantes, despistados, que no pudo, no quiso o no supo llevar adelante los destinos de la Nación. Después se culpó de la caída del gobierno a la voracidad peronista por el poder. Pero era un factor que debieron haber tenido en cuenta para no querer que los recuerden después como inocentes palomitas.
Juan Manuel Aragón
©Ramírez de Velasco

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