José de San Martín |
En la actualidad cualquiera es don José, don Rodrigo, don Ramón: origen del término y modo de empleo
Ni en vida ni en muerto lo trataron de “don”, al menos hasta hace un tiempo. En la Argentina fue conocido primero como Coronel, tal era el rango al que había llegado en España, combatiendo a los franceses y después fue General. Hay varias maneras de nombrarlo, la más común es “San Martín” o “José de San Martín”. Los más formales le dicen “General José de San Martín”. Pero, ¿don?, que se sepa así no le decía nadie. Menos “don José”, como quiso hacernos creer un tucumano avivado que usó una vieja patraña para urdir una novela en la que lo injuria de lo lindo, aprovechándose de que está muerto y no puede desenvainar su espada para defenderse de petimetres como ese.Para no entrar en polémicas inútiles, esta nota tratará solamente del título de “don”, que tan generosamente se entrega a todos en la Argentina, del hachero más humilde al patrón de una gran empresa, del albañil que vendrá mañana a colocar unos azulejos en el baño al dueño de la panadería de la vuelta, el rico y el pobre, el gran señor y el humilde vecino de la otra cuadra, todos son o pueden llevar el título sin que se les caiga o agregue nada a su vida. Cualquiera tiene derecho a ser o no ser, un “don nadie”, término con el que se apoca a quienes andan por la vida tirándose de qué.El “don”, es un humilde título que llega al español desde el latín. Antiguamente era “dominus”, que significaba dueño o señor. Dice la leyenda que mientras San Pedro está abandonando Roma después de ser liberado, cuando la trifulca con Simón el Mago, se le aparece Nuestro Señor. Pedro le pregunta: “¿Quo vadis dómine?” (adónde vas Señor). Y Jesucristo le responde: “Voy a Roma a que me crucifiquen de nuevo”. Pedro entiende la indirecta y vuelve sobre sus pasos.
Pero, no se vaya por las ramas, amigo.
La teoría que sostiene que es abreviatura: “De Origen Noble”, no tienen dónde documentar semejante tontería, porque no es cierta. Ahora en las redes de internet, cada tanto alguien la saca a relucir y siempre hay tontos que la replican y la creen.
¿Hay un protocolo para el uso del “don”? Por supuesto amigo, el lenguaje no es un personaje que anda a la marchanta por la vida, yendo de aquí para allá, según le parece a cada uno. En español, el “don” se antepone al nombre de pila, “don Alberto”, “don Rodrigo”, “don Ramón”. También se dice o escribe antes que el nombre y el apellido, como en “don Antonio Ríos”, “don Pedro Pérez”, “don Roque Salazar”. Es de mal enseñados y peor aprendidos, anteponerlo al apellido, como “don Ríos”, “don Pérez”, “don Salazar”. Hasta queda malsonante. Otra cosa será en otros idiomas, como “Don Corleone”, personaje de la novela “El Padrino”, de Mario Puzo, pero aquí no se aludirá al inglés o al italiano, solamente el español.
Es común usarlo también como un lejano sinónimo de Fulano o Mengano, pero de cuerpo presente, cuando se ignora el nombre de alguien y se desea aludirlo. Como cuando se dice: “Oiga, ¿a la final va a entrar al baile o se va a quedar estorbando en la puerta?, avise don”.
El femenino de “don”, es “doña”. Vale el mismo protocolo que para el “don”. Y también se usa como sinónimo de Mengano, como en el caso de: “En ese lugar en que se sentó usted se acomodó ella, y le digo, era un mar de lágrimas la doña”.
Fue el presidente Raúl Alfonsín el que dejó de lado el uso compulsivo, abusivo, desmedido, del “don”. Los más viejos recordarán que, antes de su presidencia, cada vez que se nombraba a una autoridad se le anteponían todos sus títulos, con el agregado del dichoso “don”. Así se decía: “Encabeza este acto, el excelentísimo señor presidente de la Nación, doctor, don Raúl Ricardo Alfonsín”. Bueno, el mismo Alfonsín sacó todo ese palabrerío para que fuera solamente: “Encabeza este acto el presidente Raúl Alfonsín”. Bien por él, que libró a los locutores argentinos de una carga extra de palabras inútiles.
Además, otra cosa. Si usted fuera Presidente de la Nación, ¿qué otro título más grande le podría agregar a su currículum? Es miembro de un club unipersonal en su país y con menos de 200 miembros en todo el mundo. Además de ser el máximo honor al que aspira un ciudadano de bien en cualquier país, ¿y se va a agregar “doctor”, “ingeniero”, “licenciado” o “don”? Haga el favor, ¿quiere?
Abajo hay lugar para que agregue lo que desee a esta nota. Si quiere, bien, si no, no hay drama, don.
Juan Manuel Aragón
A 20 de agosto del 2024, en el barrio Juan Díaz de Solís. Cebando unos amargos.
Ramírez de Velasco®
Entre nuestros comprovincianos hay quienes suelen decir "doñita", sin agregar el nombre, como expresión afectuosa hacia algunas mujeres. No sé si en otras provincias también existe esa costumbre.
ResponderEliminarY que me dicen de don con-don ? o con don quien puedo usarlo ?
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