Ir al contenido principal

1925 ALMANAQUE MUNDIAL Newman

Paul Newman

El 26 de enero de 1925 nace Paul Newman, actor, director y productor que destaca como piloto de automovilismo

El 26 de enero de 1925 nació Paul Leonard Newman, en Shaker Heights, Ohio. Fue un actor, director y productor norteamericano, conocido por sus muchos premios: un Óscar y varios Globos de Oro. Además de su carrera en el cine, se destacó como piloto de automovilismo. Murió el 26 de septiembre del 2008 en Westport, Connecticut.
Nacido de Theresa Garth, eslovaca, y Arthur Samuel Newman, hijo de emigrantes eslovacos y polacos, estudió en la Malvern School y la Shaker Heights High School. En 1942, se matriculó en la Universidad de Kenyon, pero su educación se vio interrumpida por el servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial, sirviendo en la Armada entre 1943 y 1945 en Okinawa y Guam. Tras la guerra, completó sus estudios en Kenyon, graduándose en Ciencias Económicas, y luego estudió artes escénicas en Yale y en el Actor's Studio.
Su carrera cinematográfica comenzó con "The Silver Chalice" (1954), un fracaso crítico y comercial, pero su primer éxito llegó con "Somebody Up There Likes Me" (1956), interpretando a Rocky Graziano. Ese año también protagonizó "The Rack", una cinta de espionaje. En 1957, trabajó en "Until They Sail" y "The Helen Morgan Story", destacando en este último como actor secundario.
En 1958 protagonizó varias películas importantes: "Cat on a Hot Tin Roof" le dio reconocimiento internacional; "The Left Handed Gun" fue un éxito de culto en Europa; "The Long, Hot Summer" fue su primer trabajo con Joanne Woodward, con quien se casaría, y "Rally 'Round the Flag, Boys!" fue una comedia menos memorable.
En 1959 actuó en Broadway con "Sweet Bird of Youth", que fue adaptada al cine años después. También protagonizó "The Young Philadelphians", un drama legal. En 1960, trabajó de nuevo con Woodward en "From the Terrace" y participó en la superproducción "Exodus".
Sus papeles en los años 60 fueron "The Hustler" (1961), que aunque no fue un éxito comercial inmediato, se convirtió en un clásico del cine; "Paris Blues" (1961) y "Sweet Bird of Youth" (1962), donde ofreció una de sus mejores actuaciones. Además, protagonizó "Hud" (1963), un drama psicológico, y "A New Kind of Love" (1963), una comedia ligera.
El reconocimiento definitivo llegó con "Harper" (1966), una renovación del género de cine negro, y "Torn Curtain" (1966), su único filme con Hitchcock. Newman también dirigió "Rachel, Rachel" (1968), en el que Woodward ganó un Óscar. Con "Butch Cassidy and the Sundance Kid" (1969), junto a Robert Redford, consolidó su estatus de estrella.
En la década del 70 protagonizó "The Sting" (1973), ganando otro Óscar, y "The Towering Inferno" (1974), una película de catástrofe. Sin embargo, sus películas posteriores fueron más irregulares, aunque siempre con interpretaciones notables.
En los 80 volvió a destacar con "The Verdict" (1982), recibiendo una nominación al Óscar, y ganó el premio por "The Color of Money" (1986), una secuela de "The Hustler". Dirigió "The Glass Menagerie" (1987), su última película como director.
En la década del 90, actuó en películas como "Blaze" (1989), "Mr. & Mrs. Bridge" (1990) y "Nobody's Fool" (1994). Su última aparición notable fue prestando su voz para "Cars" de Pixar y en un cameo en "The Simpsons".
Newman anunció su retiro en el 2007 y murió en el 2008 debido a un cáncer de pulmón, dejando una obra que lo coloca como uno de los actores más versátiles y respetados de Hollywood.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

FURIA Marcianos del micrófono y la banca

Comedor del Hotel de Inmigrantes, Buenos Aires, 1910 Creen saber lo que piensa el pueblo sólo porque lo nombran una y otra vez desde su atril, lejos del barro en que vive el resto Desde las olímpicas alturas de un micrófono hablan de “la gente”, como si fueran seres superiores, extraterrestres tal vez, reyes o princesas de sangre azul. Cualquier cosa que les pregunten, salen con que “la gente de aquí”, “la gente de allá”, “la gente esto”, “la gente estotro”. ¿Quiénes se creen para arrogarse la calidad de intérpretes de “la gente”? Periodistas y políticos, unos y otros, al parecer suponen que tienen una condición distinta, un estado tan sumo que, uf, quién osará tocarles el culo con una caña tacuara, si ni siquiera les alcanza. Usted, que está leyendo esto, es “la gente”. Su vecino es “la gente”. La señora de la otra cuadra es “la gente”. Y así podría nombrarse a todos y cada uno de los que forman parte de esa casta inferior a ellos, supuestamente abyecta y vil, hasta dar la vuelta al m...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...

CONTEXTO La inteligencia del mal negada por comodidad

Hitler hace el saludo romano Presentar a Hitler como enfermo es una fácil excusa que impide comprender cómo una visión organizada del mundo movió a millones hacia un proyecto criminal De vez en cuando aparecen noticias, cada una más estrafalaria que la anterior, que intentan explicar los horrores cometidos por Adolfo Hitler mediante alguna enfermedad, una supuesta adicción a drogas o un trastorno psicológico o psiquiátrico. Sus autores suelen presentarse como bien intencionados: buscan razones biológicas o mentales para comprender el origen del mal. Sin embargo, esas razones funcionan, en cierta forma, como un mecanismo involuntario o voluntario quizás, de exculpación. Si hubiese actuado bajo el dominio de una enfermedad que alteraba su discernimiento, los crímenes quedarían desplazados hacia la patología y ya no hacia la voluntad que los decidió y la convicción que los sostuvo. En el fondo, ese gesto recuerda otros, cotidianos y comprensibles. Ocurre con algunas madres cuando descubre...