Ir al contenido principal

LISTA Idiomas que se hablan en Santiago

Señora menonita en la antigua plaza Libertad

No están incluidos los turistas, porque llegan, disfrutan de la provincia y se van

Español. Hablado por casi todos los santiagueños, desde muy pequeños.
Quichua auténtico. Lo hablan muchos y lo entienden más, en algunos departamentos centrales de la provincia.
Quichua universitario. Aprendido en la Universidad Nacional para comunicarse con los del quichua auténtico, pero como los auténticos son todos bilingües, es medio al pedo que lo enseñen, salvo por la identidad santiagueña, el apego al terruño, los ancestros y toda la folklorería que vive de eso.
Quichua panalfabeto. No le perdonan a Domingo Bravo haber ideado una signografía ideal para entender el idioma escrito, entonces inventaron el panalfabeto, supuestamente para que desde todos los idiomas se lo entienda con las mismas letras. Pero si en vez de “huahua”, usted escribe “wawa”, un alemán leerá “baba” y un chino no entenderá un soto. Es macaneo, pero lo pongo aquí para que no digan que los ignoré.
Inglés aprendido en los institutos (Asicana, Anglo y dos o tres más). Son más que los quichuistas, pero lo ubico recién aquí para que no digan que soy anti santiagueño, imperialista, lamebotas, neoliberal, me banca la embajada de los Estados Unidos (Diosquierita) o algo. El inglés de unos y otros tiene sus diferencias, pero me da mucha fiaca explicarlo,  además mucho lo saben.
Francés de la Alianza. Es el que enseñan en la Alianza Francesa, obvio; las profesoras de francés andan enojadas, dicen que lo quieren erradicar de las escuelas. Consejo, no meterse con las Alonsanfán de la Patríe, son bravas, oui, oui.
Francés de los senegaleses. Los changos venidos del África, que venden relojes y anteojos por la calle, también hablan francés, una vez, en una reunión en que había gente de la Alianza Francesa, propuse que los invitaran para hacerlos practicar a los alumnos. Les pareció buena idea, pero no sé si me hicieron caso. He oído a uno que llamaba por teléfono a un pariente de allá y lo hablaba rapidito, se ve que lo saben bien, bueno, lógico, si lo aprendieron de chicos, ¿no?
Misa en La Banda
Latín. Practicado en misa dominical en La Banda, por un grupo de feligreses que  la  oyen de curas de la fraternidad sacerdotal San Pío X, (lefebvristas, báh).
Latín y griego del Bachillerato Humanista. Lo siguen enseñando y está muy bien, porque de ahí vienen las lenguas romance.
Árabe. Traído a Santiago por inmigrantes sirios y libaneses, Krasiah Alawad, nacida allá, es traductora pública nacional de este idioma. Una vez vino un embajador de allá y Alfonso Nassif, nieto de árabes, le conversó en su idioma. Pero el ñato le dijo que hablaba en antiguo, porque Alfonso le charlaba en el que había aprendido de sus abuelos, que llegaron a fines del siglo XIX. Imaginesé lo que cambió el idioma en dos siglos. También dice que lo habla Emilio Marcelo Jozami, pero no sé árabe, así que no tengo cómo comprobarlo (delén saludos, diganlén que lo aprecio mucho).
Italiano. Antes lo enseñaban en la Sociedad Italiana y hay muchos que lo aprendieron de los padres, de los abuelos que vinieron de allá, como el amigo Nano Gigli. Siempre le digo: “Para un Gigli no hay nada mejor que otro Frediani”. Se ríe, obvio. Fue a Italia en la década del 50, invitado por la RAI, no cualquiera.
Montenegrino. Hablado por los gitanos de La Banda, muy cuartiadores.
Alemán del siglo XVIII. Hablado por los menonitas de las colonias de Copo y del departamento Jiménez. Tienen una Biblia escrita en un alemán que ya no se habla ni en Alemania, fijesé. Algunos son lanudos viejos y todavía no hablan en cristiano, para qué, si nunca salen de la colonia. Son todos rubios y se pueden intercambiar perfectamente, porque uno es igual al otro, al otro, al otro y así. Para peor, se visten iguales.
Portugués. Lo enseñaban en algunas partes por eso del Mercosur, hasta que perdimos la fe en la unión continental, el mercado común, la integración, la hermandad entre los pueblos, la paz mundial. Es de imaginarse que algún hablante habrá quedado, además de Paulinho Coutinho, claro, pero es de allá, picarito, así cualquiera sabe.
Tucumano básico. Hablado sobre todo por los termeños, y también en los departamentos Jiménez, Pellegrini y Guasayán. "Ite, itiendo”, es una muletilla que usan mucho y también los verbos sabir, tenir y podir. Los santiagueños lo entendemos, pero hasta por ahí nomás, no vaya a creer.
Jeringonza. Idioma ridículo que hablamos de chicos. Se pronuncia jepe ripi gopon zapa. Hay que ver si en la escuela todavía aprenden a separar en sílabas o dejaron de enseñarlo porque los estigmatiza o alguna otra fabulosa modernidad.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Muy bueno Juan Manuel.
    Maria a lopez ramos

    ResponderEliminar
  2. Al italiano lo enseñaban en el Colegio Nacional. Ahora no sé.

    ResponderEliminar
  3. Difícil conjugar idiomas en una provincia mesopotamica. Por ahi hay que volver al laberinto de los espejos.

    ResponderEliminar
  4. Santiago es un crisol de idiomas

    ResponderEliminar
  5. Juan Manuel, muy divertida tu descripción.

    ResponderEliminar
  6. Excelente publicación....tiene razón y fundamentos lugareños y regionales de la investigación

    ResponderEliminar
  7. Muy bueno Juan
    Tan cierto ya lo paso jaja 🤣 😅 🙊

    ResponderEliminar
  8. Soy aurora lopez ramos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

HISTORIA La Casa de los Taboada

La Casa de los Taboada, recordada en El Liberal del cincuentenario Por qué pasó de manos de una familia de Santiago al gobierno de la provincia y los avatares que sucedieron en la vieja propiedad Los viejos santiagueños recuerdan que a principios de 1974 se inundó Santiago. El gobernador Carlos Arturo Juárez bautizó aquellas tormentas como “Meteoro”, nombre con el que todavía hoy algunos las recuerdan. Entre los destrozos que causó el agua, volteó una pared del inmueble de la calle Buenos Aires, que ya se conocía como “Casa de los Taboada”. Y una mujer que había trabajado toda la vida de señora culta, corrió a avisarle a Juárez que se estaba viniendo abajo el solar histórico que fuera de la familia más famosa en la provincia durante el siglo XIX. No era nada que no pudiera arreglarse, aunque ya era una casa vieja. Venía del tiempo de los Taboada, sí, pero había tenido algunas modernizaciones que la hacían habitable. Pero Juárez ordenó a la Cámara de Diputados que dictara una ley exprop

RECUERDOS Pocho García, el de la entrada

Pocho García El autor sigue desgranando sus añoranzas el diario El Liberal, cómo él lo conoció y otros muchos siguen añorando Por Alfredo Peláez Pocho GarcÍa vivió años entre rejas. Después de trasponer la entrada principal de El Liberal, de hierro forjado y vidrio, había dos especies de boxes con rejas. El de la izquierda se abría solo de tarde. Allí estaba Juanito Elli, el encargado de sociales; se recibían los avisos fúnebres, misas, cumpleaños. Cuando Juanito estaba de franco su reemplazante era, el profesor Juan Gómez. A la derecha, el reducto de Pocho García, durante años el encargado de los avisos clasificados, con su ayudante Carlitos Poncio. Pocho era un personaje. Buen tipo amantes de las picadas y el vino. Suegro de "Chula" Álvarez, de fotomecánica, hijo de "Pilili" Álvarez, dos familias de Liberales puros. A García cuando salía del diario en la pausa del mediodía lo esperaba en la esquina de la avenida Belgrano y Pedro León Gallo su íntimo amigo Orlando

HOMBRE San José sigue siendo ejemplo

San José dormido, sueña Un texto escrito al calor de uno de los tantos días que el mundo secularizado ideó para gambetear a los santos Todos los días es día de algo, del perro, del gato, del niño, del padre, de la madre, del mono, del arquero, de la yerba mate, del bombo, del pasto hachado, de la madrastra, del piano de cola, de la Pachamama, del ropero, de la guitarra, del guiso carrero, de la enfermera, del abogado, del pañuelo usado. Todo lo que camina sobre la tierra, vuela en el cielo, nada en el agua, trepa las montañas, nada en las lagunas, patina en el hielo, surfea en las olas o esquiva a los acreedores, tiene su día. Nada como un día sin connotaciones religiosas, sólo nuestro, bien masón y ateo, para recordar a los panaderos, a las mucamas, a los canillitas, a los aceiteros, a los carpinteros, a los periodistas a los lustrines, a los soderos, a los mozos, a los vendedores, a los empleados públicos, a los policías, a los ladrones, a los jugadores, a los abstemios y a los tomad