Desfile militar soviético |
“En el colectivismo o comunismo, una voluntad superior, el Estado, es el que decide, de acuerdo a lo que considera que es la necesidad general, qué se fabricará”
El mundo se divide (o se dividía), en dos grandes grupos de pensamiento económico: los partidarios del sistema capitalista, por un lado, y los seguidores del sistema colectivista por el otro. A grandes rasgos, en el capitalismo el Estado tiene una participación mínima en la producción: fija las reglas generales, establece quién y cómo realizarán los escasos controles y arbitra cuando hay choques de intereses entre las partes. En el colectivismo el Estado hace todo: planea qué y cómo se fabricará, fija los precios, controla los factores de producción. Va de nuevo, dicho de manera muy gruesa, ¿no?El Estado argentino se organizó como una Nación liberal dentro del sistema capitalista. ¿Usted quiere producir caramelos?, produce caramelos, ¿pretende liderar un sistema de venta puerta a puerta de cosméticos, ollas, ropa o lo que fuere?, hágalo, nadie lo atajará, ¿comprará una motocicleta para hacer mandados y trámites a terceros?, está en su derecho.En el colectivismo o comunismo, una voluntad superior, el Estado, es el que decide, de acuerdo a lo que considera que es la necesidad general, qué se fabricará. Casi siempre fracasa porque asume todos los costos de la organización económica, algo que excede su inteligencia y capacidad. Si una fábrica de televisores necesita tornillos que produce otra, primero debe avisar al Estado, que a su vez le dice a la otra que se apure en mandarlos, si el gerente “tornillero”, digamos, no llega a tiempo, deberá llenar un formulario para justificar la tardanza y con eso conformará a quienes mandan en el partido, aunque la fabricación de televisores se atrase.Es decir, su fracaso no se debe solamente a que es imposible que el Estado asuma la voluntad colectiva, sino también a la burocracia. Ejemplos sobran, Unión Soviética, Cuba, Corea del Norte. China no, ahí hay capitalismo con mano de obra esclava, que es otra cosa. Siempre hablando en los gruesos términos que permite una nota que no debe ser extensa para evitar el hartazgo de los lectores.
En el país hay gente que aboga por el capitalismo, gente que pretende el advenimiento del colectivismo y en el medio hay ilusos a quienes no se puede convencer de que no es posible un régimen mixto, es decir capitalista con intervención estatal, cada vez que a alguien se le ocurra que el Estado tiene que intervenir para poner orden en las relaciones entre entes privados. Para los defensores a ultranza del sistema de la libre circulación del capital en la sociedad, la intervención del Estado, digamos a lo tonto, siempre es malsana.
Muy bien.
Dentro del sistema capitalista, en la Argentina hay un régimen que pone en manos de los sindicatos la defensa de los derechos de los trabajadores. En sociedad con los empleadores, establecen categorías, acuerdan condiciones de trabajo, miden los riesgos y fijan los salarios para cada actividad. Si el sistema no tiene frenos, se entiende que los propietarios de los medios de producción exigirán lo más posible a sus obreros y les pagarán lo mínimo indispensable. Para prevenir los abusos de los patrones, calificar a los obreros y defenderlos nacieron los sindicatos, institución que tiene sus raíces en la Edad Media, si vamos a decirlo todo.
Pero ahora se presenta un curioso caso en la Argentina. El sindicato de trabajadores de fábricas de cubiertas de autos, piden un aumento de sueldo en las horas extras que trabajan. Los patrones son tres empresas: dicen que no tienen cómo pagar el aumento. Casi siempre, este asunto se resuelve llegando a un punto medio. Si un gremio de los considerados poderosos, pide el 20 por ciento de aumento, el término medio será 15, si es un gremio débil, el aumento justo será de un cinco por ciento. En este caso, los trabajadores de cubiertas se pusieron firmes: “O lo que pedimos, o no volvemos al trabajo”. Los dueños de las tres empresas dicen que no pueden pagar lo que pretenden los otros.
Como se ve, se trata de un conflicto que puede plantearse en una sociedad capitalista. Pero, en este caso, salen los defensores del capitalismo a ultranza a decir que el Estado debería actuar. ¿Por qué?, porque se pone en peligro la fabricación de automóviles, de la cual, los fabricantes de cubiertas son una parte. Oiga, ¿entonces adhieren al régimen capitalista en unos casos sí y en otros no? Si no le conviene producir algo porque debe pagar a sus obreros sueldos que no hacen viable su negocio, retírese del negocio, pero no pida al Estado que le solucione el problema, ¿o no es capitalista usted?
“Pero, es que la fabricación de automóviles es una industria vital en la Argentina”, dicen los capitalistas. ¿Ah, sí?, ¿cuándo fue declarada oficialmente industria vital?, ¿dictaron una ley para que en las empresas “vitales” no funcione el capitalismo?, ¿por qué no nos enteramos?
Lo que sucede con los fabricantes de gomas de autos es escandaloso por la presión que hace la prensa sobre un gremio que pide un aumento, como tantos otros lo hicieron en el pasado o lo harán en el futuro. Sólo que esta vez la conducción del sindicato se mantiene firme. ¿Quieren que se venda el sindicalismo?, ¿pretenden que el dirigente acepte sobornos de las empresas, como dicen que lo hacen los sindicalistas de otros gremios?, ¿pedirán los capitalistas la intervención del Ejército o que el Estado pague parte de los sueldos?
Somos miles, quizás millones, los que preferimos andar de a pie, antes que torcer nuestras convicciones, pero los capitalistas no habían sabido ser tan capitalistas cuando les tocan las ganancias, che.
Por el momento está linda la pelea, mientras no falten pochoclos, muchos la seguimos con atención. Sabemos el final, por supuesto, ya sea que los obreros cobren lo que consideran justo o terminen acordando un salario injusto por su trabajo, ganará el capitalismo. Endemientras, nos seguiremos divirtiendo con esos adoradores del régimen que piden a los gritos: “¡Por qué el Estado no hace nada!”.
¿¡Uhá!?, pishcko vía sío.
©Juan Manuel Aragón
En Tinajeras, 29 de septiembre del 2022.
Mejor no opino porque te comprometerá
ResponderEliminarCon cariño
Maria lopez ramos
Un debate del siglo XIX.
ResponderEliminarMucho para desgranar. Y algunas cosas para aclarar. Trataré de hacerme tiempo.
ResponderEliminarEmpiezo diciendo que cambiaría lo de "el colectivismo casi siempre falla", por "....SIEMPRE falla". Y aclararla que china es socialista y ademas autoritaria, pero aplica prácticas de mercado hacia el exterior, para su generación de recursos financieros (es mucho más complicado que eso, y más largo de describir), lo que puedo asegurar es que ni gun argentino quisiera vivir bajo un régimen chino.
Después seguiré con los gremios argentinos, una de las principales causas del atraso y deterioro de la argentina, junto con la distorsionada estructura institucional del país.
Lo peor de los miserables canallas ingleses, alemanes, holandeses, que inventaron el capitalismo globalizador, es que arruinaron los cerebros de cientos de generaciones, contaminadas por la romantización de sus perversidades. A través de miles de idiotas inútiles, pero gordos y bien pagos, que se ocuparon de transformar a criminales invasores de tierras ajenas y traficantes de esclavos, en príncipes azules y princesas doradas. Como sigue siendo hoy.
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ResponderEliminarEl Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y el Sistema de la Reserva Federal de EE.UU. aparecen señalados como partícipes de la destrucción de bosques en la Amazonía de Brasil —territorios de gran importancia medioambiental que resultan críticos para el clima global— al comprar millones de dólares en bonos para el agronegocio.
ResponderEliminarUna investigación titulada "Destrucción Bancaria" —de la ONG internacional Global Witness— fue publicada este miércoles y detalla cómo los bancos centrales financian "la destrucción ambiental", al comprar "grandes volúmenes de deuda" emitidos por empresas vinculadas a la deforestación y pérdida de biodiversidad.
De acuerdo al estudio, la Reserva Federal de EE.UU. ha comprado un total combinado de 16 millones de dólares en bonos emitidos por las empresas Archer Daniels Midland Company (ADM), Bunge Ltd Financial Corp y Cargill, desde 2020, todas acusadas de participar en deforestación y acaparamiento de tierras
Comentarios bastante contradictorios los del señor Carreras. Menciona varios juicios de valor que se contraponen unos con otros. No queda claro qué es lo que propone a cambio.
ResponderEliminarBue.......creo que con la ensalada de conceptos de distinta naturaleza que acaba de mencionar, los lectores podrán tener una idea precisa de su nivel de conocimientos y yo me he ahorrado un montón de aclaraciones.
ResponderEliminarComprendiéndolo o no, el planeta avanza en una evolución por la cual se abandona lo peor para alcanzar lo mejor. Quienes oponen resistencia a este designio natural, terminan como los dinosaurios. O como los tres comandantes.
ResponderEliminarEn la Argentina el capitalismo es marginal. TODAS LAS GRANDES EMPRESAS SE HAN ENRIQUECIDO A COSTA DEL REPUDIADO ESTADO. TODAS SON CONTRATISTAS DEL ESTADO EN LAS GRANDES OBRAS QUE CONSTRUYEN.O SON BENEFICIARIAS DEL ESTADO PORQUE TIENEN CAUTIVOS A SUS EMPLEADOS CON TARJETAS, O SON AGENTES FINANCIEROS DEL ESTADO, O O TIENEN LA CONCESION DE LA TIMBA OTORGADA POR EL ESTADO...Y ASI SIGUE EL APROVECHAMIENTO DEL ESTADO...POR QUIENES RENIEGAN DEL ESTADO Y SE DECLARAN LIBRE EMPRESARIOS...CON CINISMO, MUCHACHOS... CON CINISMO
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