Joaquín Castellanos |
El 21 de abril de 1861 nace Joaquín Castellanos, político, jurisconsulto y poeta salteño
El sábado 21 de abril de 1861 nació Joaquín Castellanos en Salta. Fue un político, jurisconsulto y poeta que escribió en los siglos XIX y XX.Estudió en Rosario. Estuvo en la lucha política desde joven. Actuó con los rebeldes porteños junto a Carlos Tejedor, en la revolución del 80. Fue herido en una pierna lo que le causó una reguera permanente. Estuvo en las revoluciones de 1890 y 1893. Fue periodista. Militó con Leandro Alem y fue desterrado a Montevideo. De aquel tiempo es su composición más recordada, El borracho. Volvió a Buenos Aires y publicó Ojeadas literarias. Fue director del periódico El Argentino.Lo eligieron diputado de la legislatura bonaerense. Se doctoró en leyes en 1896 con la tesis Cuestiones de derecho público. Fue el primer profesor de la cátedra de Historia Argentina y Literatura Americana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.También fue ministro de gobierno de Bernardo de Irigoyen en 1898. Fue profesor en Jujuy y en La Plata. En 1900 fue diputado en el Congreso de la Nación. Nuevamente electo diputado en 1914, en 1919 fue gobernador de su provincia, Salta, el primero de origen radical, pero no pudo terminar su mandato a causa de turbulencias políticas.
En 1920, por indicaciones de la Comisión Nacional de Homenaje al General Manuel Belgrano, organizó las celebraciones que se tributaron en la ciudad de Salta, que incluyeron una peregrinación al sitio donde se libró la batalla de Salta y honores a la bandera original que obsequió al pueblo salteño. También fue docente en la Universidad del Litoral.
Publicó varios libros: Marcas a Fuego, Acción y pensamiento, El limbo, El borracho.
Murió en Buenos Aires el 28 de septiembre de 1932
Un pasaje de Buenos Aires, otro en San Ramón de la Nueva Orán (Salta), y una calle en el partido de La Matanza en Buenos Aires llevan su nombre.
El borracho (El temulento)
En la Antología de poetas del noroeste (en prensa), Alfonso Nassif cuenta la historia del libro más conocido de Castellanos, El borracho o también El temulento.
"Matías Behety nunca se enteró de que es el verdadero protagonista de uno de los poemas más famosos de fines del siglo XIX y la mitad del siglo XX.
"A Matías Behety lo sepultaron en el primitivo cementerio de La Plata sin honores, ni como brillante abogado, ni como eminente orador, ni como adelantado poeta para su tiempo oscuro. Lo encontraron muerto en una calle al salir de la taberna.
"Una noche, cinco poetas hablaban de la vida de Matías Behety que aún vivía. La noche es propicia a los poetas, es más espirituosa que el día. Bartolomé Mitre, Almafuerte, Belisario Roldán y Joaquín Castellanos escuchaban en silencio las palabras de Leandro Alem.
"Don Leandro se dirigió a Joaquín Castellanos para decirle:
-Usted debe escribir la historia de Matías Behety.
"El joven de 25 años miró a los poetas que lo acompañaban y con la mirada creó el interrogante.
—¡No!— dijo Leandro, adelantándose a la respuesta del joven y dirigiéndose a Castellanos:
—A usted le corresponde. Ha ganado varios premios, he leído sus poemas y tiene fibra para ello. Matías Behety es un gran poeta y un brillante jurisconsulto, ahora vive en Buenos Aires, de taberna en taberna en un estado desesperante. Un traspié amoroso lo ha llevado a la bebida a tal punto que vive únicamente para el ajenjo; ustedes saben que el ajenjo es casi alcohol puro. Ayer estuvo en mi estudio, es una piltrafa humana. No sé de qué mujer se trata, ni el tiempo en que vive de esta manera, me dejó dos poemas; éramos amigos desde mucho antes de que cayera en ese estado en el que se encuentra. Es un hombre distinguido, a pesar de todo conserva la aristocracia en su ademán y en sus palabras. Cuando se despidió, pensé en el destino de algunos hombres, cerré la puerta y leí algunas de sus estrofas.
“Del triste cementerio, tras el muro,
sobre la fría tierra muerto estaba,
las negras sombras de la oscura noche
su cadáver velaban.
Era joven y hermoso, y muerto había
un desafío del que fuera causa
el vicio, el desenfreno y el desorden
de su vida agitada”.
Crujieron las hojas de papel dejadas por Behety en las manos de Alem, mientras las doblaba para guardarlas.
Afuera el brillo de la noche fulguraba en las piedras.
La noche es propicia a la meditación.
"El joven Joaquín Castellanos imaginó el escenario en donde vivía el poeta desolado y surgió de lo profundo de su espíritu un ritmo y una idea, “la noche” y anotó:
¡Ya van tres noches de festín! En ellas,
ávido el corazón de un algo inmenso!,
¡Toda una vida en el placer condenso
y aún tengo hambre de placer y amor!"
Luego, Nassif cuenta otras aristas del poema —y de otros del norte argentino—con la maestría que lo caracteriza, en una gran antología que aparece por estos días y que tuvo la gentileza de mostrar anticipadamente a algunos amigos.
©Juan Manuel Aragón
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