Libro del poema |
El 10 de mayo de 1601 Martín del Barco Centenera escribió al marqués de Castel Rodrigo, virrey de Portugal, contándole que acababa de terminar la redacción de una extensa obra a la que había denominado "Argentina", porque en ella narraba sus experiencias en el Río de la Plata.Barco Centenera escribe, en Lisboa, al Marqués de Castel Rodrigo, virrey, gobernador y capitán general de Portugal y le hace saber que ha escrito un libro con sus experiencias de 24 años vividas en las Provincias del Río de la Plata. Lo tituló “Argentina”, y fue la primera vez que se mencionó a la región con el nombre de la futura República.Este hombre de la Iglesia y, además, poeta, nació en Logrosán, Cáceres, en 1535. Era hijo de labradores ricos y se fue a Salamanca para prepararse convenientemente. Aunque nunca se halló su título en teología, se dice que se recibió. Consiguió que lo nombraran arcediano de la Catedral de Asunción del Paraguay y se embarcó para América como capellán en la armada de Juan Ortiz de Zárate "con criados, bien tratado y como hombre de lustre". Llegó a la cuenca del Plata a fines de 1573 y marchó hacia Asunción.Acompañó las tropas de Ruy Díaz Melgarejo, pero empuñó las armas cuando fue necesario defenderse de los indígenas. Aprendió guaraní e intervino en exploraciones y en la conversión de numerosos indígenas. Pasó a la diócesis de Chuquisaca, donde gobernaba su viejo amigo el obispo Granero de Ávalos, que lo nombró capellán de la Real Audiencia de Charcas y luego vicario de Potosí.
Con su amigo, el obispo Granero de Ávalos, Martín del Barco asistió al II Concilio Limense. Allí tuvo diferencias de criterio y enfrentamientos con fray Toribio de Mogrovejo. Luego fue lo designaron comisario del Santo Oficio en Cochabamba, mientras era vicario en Chuquisaca gracias a su amigo Granero.
Su comportamiento en Cochabamba no fue el que se esperaba y lo condenaron a la privación de su oficio inquisitorial en 1590. Lo acusaban de haber publicado bandos en Oropesa y Cochabamba, tratando a los vecinos de judíos y moros, y haberse vengado de enemigos personales con la autoridad de su cargo. Además, lo habían visto ebrio, se dedicó al comercio, tuvo relaciones en Lima y vivía amancebado con una mujer casada.
Lo condenaron a pagar 250 pesos de multa y lo inhabilitaron para ejercer cargos del Santo Oficio. En 1594 volvió a España. Y se estableció en Lisboa, Portugal, como capellán del virrey Cristóbal de Moura, marqués de Ciudad Rodrigo. Publicó su poema La Argentina, en 1602 y murió.
El poema, se diría hoy, es poca cosa, pero tiene valor histórico y documental. Allí se cuenta un cuarto de siglo de lo que después sería la Argentina y sus países limítrofes. Fue ese casi ignoto sacerdote el que dio el nombre a la Argentina y si no fuera por este sólo hecho habría pasado al olvido y sería conocido solamente por los estudiosos y eruditos de la historia y la literatura.
©Juan Manuel Aragón
Efemérides argentina
Muy interesante. Confirma lo que sabíamos a grandes rasgos y aumenta la información.
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