Ir al contenido principal

1913 CALENDARIO NACIONAL Mono


Caminito

El 3 de agosto de 1913 nace Enrique Villegas, “Mono”, en Buenos Aires. Fue un pianista de jazz. Nació en la misma manzana que Adolfo Ábalos y Aníbal Troilo

El 3 de agosto de 1913 nació Enrique Villegas, “Mono”, en Buenos Aires, ciudad que lo vio morir el 11 de julio de 1986. Fue un pianista de jazz.​ Nació en la misma manzana que Adolfo Ábalos, pianista folklórico, y Aníbal Troilo, bandoneonista de tango. De casualidad, por supuesto.
Su padre había sido dentista, escribano, abogado y dejó todo para dedicarse a criar gallos de riña. Su madre murió joven cuando Enrique tenía seis meses. Decía que su vida se había acabado a los 7 años. Desde entonces sólo se dedicó a tocar el piano y a leer. A esa edad, ya tocaba Mozart correctamente. Fue anotado en el conservatorio al mismo tiempo que en el colegio primario. Descubrió el jazz a los nueve años.
El compositor Alberto Williams le permitió ejecutar todos los géneros y le dio su primera instrucción musical. Durante su juventud incursionó en la música clásica, folklórica y en el tango.
Llegó hasta el cuarto año del colegio nacional Mariano Acosta: dejaba las clases para estudiar piano. Era “un tipo inteligente, músico de raza y de nacionalidad pianista”, decía de sí mismo.
En 1932 estrenó el Concierto para piano y orquesta de Ravel, en el teatro Odeón de Buenos Aires. En ese tiempo descubrió a quienes llamaba “maestros espirituales”: Art Tatum, Fats Waller, Duke Ellington y Louis Armstrong. Ese año estrenó en el Consejo Nacional de Mujeres la versión original de la Rhapsody in blue de George Gershwin.
En 1935 realizó su primer trabajo en el Alvear Palace y en radio El Mundo.
En 1941 estrenó Jazzeta, primer movimiento, junto a Carlos García de solista e importantes músicos de jazz de ese momento.
En 1943 formó el Santa Anita Sextet con Juan Salazar en trompeta, el Chino Ibarra en saxo tenor, Panchito Cao en clarinete, Tito Krieg en bajo y Adolfo Castro en batería.
En 1944 formó Los Punteros, con Juan Salazar en trompeta, Bebe Eguía en saxo tenor, Jaime Rodríguez Anido en guitarra, Nene Nicolini en contrabajo y Pibe Poggi en batería.

Leer más: Expresiones típicas del pago: al final de la nota dice que faltan muchas, pero eso es trabajo para usted, si quiere

En 1949 ingresó como pianista para el dúo Martínez-Ledesma, reemplazando a Horacio Salgán. Aprendió a tocar música criolla. En 1953 escribió la música para Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, estrenada en el teatro Casino por la compañía de Mecha Ortiz.
Grabó para discos Music Hall, música criolla con guitarra y bombo (zambas, chacareras, gatos, vidalas, de los hermanos Ábalos) y piezas de jazz con Méndez en contrabajo y Poggi en batería.
Ganó la copa Mundo Radial como solista favorito del Bop Club, del que era socio fundador.
En 1955 viajó a Nueva York y grabó para Columbia Records con Milt Hilton en bajo y Cozy Cole en batería. Le propusieron grabar piezas del compositor cubano Ernesto Lecuona y no aceptó.
Se dedicó a mirar películas, a tocar en pequeños lugares y a frecuentar a músicos de jazz como Cole Porter, Count Basie, Nat King Cole y Coleman Hawkins. En 1957, en Cleveland, escuchó por primera vez a Duke Ellington; “Gracias a él, empecé en el jazz”, decía. Y aseguraba sentirse identificado porque “jamás repetimos la música, aunque toquemos los mismos temas. Estamos convencidos de que el jazz, como la conversación, debe ser espontáneo”.
En 1958 tocó en el festival Casals en la Universidad de Río Piedras (Puerto Rico). En 1973 grabó el disco de sus 60 años en el Teatro Municipal General San Martín y en 1974 volvió a tocar la Rhapsody in blue en Vélez Sarsfield, ante 20.000 espectadores.​ En 1971 fue el primer músico en brindar un concierto de jazz en el Teatro Colón de Buenos Aires.
En 1966 grabó su primer larga duración en Argentina, En cuerpo y alma, para Trova (era el primer disco del sello) producido por Alfredo Radoszynski, que será el productor de todos sus discos.​
También grabó en 1967 Metamorfosis (Los 24 preludios de Chopin) y Tributo a Monk.
En 1968 grabó Porgy & Bess (piano solo), En cuentro (Jazz en Buenos Aires) con los músicos de la orquesta de Duke Ellington Paul Gonçalves (saxo tenor) y Willie Cook (Trompeta) y los argentinos Alfredo Remus (contrabajo) y Eduardo Casalla (batería).
En 1968 grabó Baladas de amor acompañado por Jorge López Ruiz en contrabajo.
En 1973 grabó 60 años 3-8-73, disco celebratorio de su 60 cumpleaños "en vivo en el estudio" acompañado de Oscar Alem (contrabajo), Osvaldo López (batería) y Ara Tokatlian (saxo tenor y flauta).
En 1977 grabó su último disco de estudio: Tributo a Jerome Kern con Oscar Alem (contrabajo) y Osvaldo López (batería).
En 1985 recibió el Premio Konex como uno de los 5 mejores jazzistas de la Argentina.6 Por esos mismos años, tocó en el estadio de Vélez Sársfield la Obertura 1812 de Chaikovski, acompañado de orquesta y cañones verdaderos. Ese espectáculo contó con la conducción de Blackie (Paloma Efron).​
Hombre de una cultura rica y variada que abrevaba tanto en los libros como en la calle, Villegas fue amigo de Jorge Luis Borges y Macedonio Fernández, el pintor Xul Solar y el bandoneonista Astor Piazzolla, que le dedicó el tema Villeguita.
Su sobrino, Miguel Zavaleta es también músico y fue el líder de la banda de rock y new wave Suéter.
©Juan Manuel Aragón​

Comentarios

Entradas populares de este blog

HISTORIA La Casa de los Taboada

La Casa de los Taboada, recordada en El Liberal del cincuentenario Por qué pasó de manos de una familia de Santiago al gobierno de la provincia y los avatares que sucedieron en la vieja propiedad Los viejos santiagueños recuerdan que a principios de 1974 se inundó Santiago. El gobernador Carlos Arturo Juárez bautizó aquellas tormentas como “Meteoro”, nombre con el que todavía hoy algunos las recuerdan. Entre los destrozos que causó el agua, volteó una pared del inmueble de la calle Buenos Aires, que ya se conocía como “Casa de los Taboada”. Y una mujer que había trabajado toda la vida de señora culta, corrió a avisarle a Juárez que se estaba viniendo abajo el solar histórico que fuera de la familia más famosa en la provincia durante el siglo XIX. No era nada que no pudiera arreglarse, aunque ya era una casa vieja. Venía del tiempo de los Taboada, sí, pero había tenido algunas modernizaciones que la hacían habitable. Pero Juárez ordenó a la Cámara de Diputados que dictara una ley exprop

RECUERDOS Pocho García, el de la entrada

Pocho García El autor sigue desgranando sus añoranzas el diario El Liberal, cómo él lo conoció y otros muchos siguen añorando Por Alfredo Peláez Pocho GarcÍa vivió años entre rejas. Después de trasponer la entrada principal de El Liberal, de hierro forjado y vidrio, había dos especies de boxes con rejas. El de la izquierda se abría solo de tarde. Allí estaba Juanito Elli, el encargado de sociales; se recibían los avisos fúnebres, misas, cumpleaños. Cuando Juanito estaba de franco su reemplazante era, el profesor Juan Gómez. A la derecha, el reducto de Pocho García, durante años el encargado de los avisos clasificados, con su ayudante Carlitos Poncio. Pocho era un personaje. Buen tipo amantes de las picadas y el vino. Suegro de "Chula" Álvarez, de fotomecánica, hijo de "Pilili" Álvarez, dos familias de Liberales puros. A García cuando salía del diario en la pausa del mediodía lo esperaba en la esquina de la avenida Belgrano y Pedro León Gallo su íntimo amigo Orlando

HOMBRE San José sigue siendo ejemplo

San José dormido, sueña Un texto escrito al calor de uno de los tantos días que el mundo secularizado ideó para gambetear a los santos Todos los días es día de algo, del perro, del gato, del niño, del padre, de la madre, del mono, del arquero, de la yerba mate, del bombo, del pasto hachado, de la madrastra, del piano de cola, de la Pachamama, del ropero, de la guitarra, del guiso carrero, de la enfermera, del abogado, del pañuelo usado. Todo lo que camina sobre la tierra, vuela en el cielo, nada en el agua, trepa las montañas, nada en las lagunas, patina en el hielo, surfea en las olas o esquiva a los acreedores, tiene su día. Nada como un día sin connotaciones religiosas, sólo nuestro, bien masón y ateo, para recordar a los panaderos, a las mucamas, a los canillitas, a los aceiteros, a los carpinteros, a los periodistas a los lustrines, a los soderos, a los mozos, a los vendedores, a los empleados públicos, a los policías, a los ladrones, a los jugadores, a los abstemios y a los tomad