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Los Manseros en la Salamanca |
A continuación, a modo de desinteresada colaboración, un par de ideas para que los organizadores del festival más grande de los bandeños lo sigan haciendo
Un consejo para los organizadores del Festival de la Salamanca, que este año no se hará porque la Municipalidad de La Banda, su organizadora, se adhirió al decreto de emergencia económica de la Provincia y por “la difícil situación económica del país”, según señaló en un comunicado. De todas maneras, podrían buscar nuevos valores en los barrios de la ciudad, quienes, por un cachet infinitamente más moderado que el que cobran los grandes artistas nacionales, es casi seguro que aceptarán treparse al escenario “Jacinto Piedra” y cantar toda la noche, si les piden.Podría llamarse el “Salamanquita” y ofrecerse en algún reducto más pequeño, como el estadio Vicente Rosales del club Olímpico, en el Tiro Federal o de última, en cualquier otra parte. Tanto que cacarearon sus actuales autoridades y las anteriores con el compromiso de la Municipalidad de la Banda con la cultura lugareña, los valores de la bandeñidad, la rebeldía bandeña y coso, que bien podrían hacer un pequeño esfuerzo para aunar en una voz, la de muchos artistas que todos los años son postergados por los grandes monstruos nacionales.Algunos aceptarán cantar gratis o incluso pagar para estar en un escenario que muestre la verdadera cultura bandeña a la provincia, el país y el mundo entero. Podría ser mostrado con el lema: “El más bandeño de todos los festivales” o “Los verdaderos bandeños se muestran como son” o palabras similares.
Datos al margen (o no tanto). Luego de la suspensión del Festival Nacional de la Chacarera, los responsables organizaron un encuentro que será esta noche, desde las 9, en la plaza Añoranzas, con la participación de artistas locales. Como para ir tomando el ejemplo, no?
Pero en el país habrá otras celebraciones, como el festival de Jesús María, que se desarrolla en estos momentos o el de Cosquín, que será entre el 20 y el 28 de enero. La Serenata de Cafayate (Salta), está prevista para el 22, 23 y 24 de febrero. Catamarca se animó a organizar el primer Festival del Tomate, en Tinogasta y tiene previsto para mañana (7 de enero) la Fiesta de la Nuez Confitada, en La Puerta, Ambato. La comuna de Tafí del Valle, en Tucumán, ha programado la Fiesta Nacional del Queso entre el miércoles 21 y el domingo 25 de febrero.
Y, como si esto fuera poco, en Añatuya está en marcha otra edición del Festival de la Tradición; comenzó el jueves a la noche, ¡con entrada libre y gratuita!, mientras que para las siguientes jornadas se previeron boletos de 4000 pesos para anoche y 5000 para esta noche y la de mañana.
Y, como si esto fuera poco, en Añatuya está en marcha otra edición del Festival de la Tradición; comenzó el jueves a la noche, ¡con entrada libre y gratuita!, mientras que para las siguientes jornadas se previeron boletos de 4000 pesos para anoche y 5000 para esta noche y la de mañana.
¿Y La Banda no puede?
Si de todas maneras no hubiera dinero para alquilar el local en que actuarán los bandeños, bien podrían los numerosos funcionarios que son parientes del intendente actual o del anterior, poner dinero de su propio bolsillo, para solventar los gastos. Aunque no se crea, varios folkloristas, con tal de darse a conocer, son capaces de actuar por un sangüi y una Cocacola. Y muchos otros que fueron postergados en festivales anteriores, es posible que acepten trabajar gratis para dar lustre a la Salamanca, sólo por el gusto de mirar a la cara a los mismos organizadores que año tras año les negaron un lugar porque —supuestamente —no tenían la jerarquía necesaria para actuar en una fiesta tan importante.
Es posible que muchos de los cantores, guitarreros, bombistos, violinistos y demás, quieran dar una mano a la cultura bandeña, acarreando los instrumentos por las suyas y hasta pagando los derechos a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores y otros impuestos que se deben, justamente por cantar.
Si la experiencia de los organizadores de los anteriores festivales no alcanzara, las autoridades de la comuna deberán acudir al siempre dispuesto y experimentado Eduardo Carabajal, “Chaca” que, aunque retirado de la actividad, es casi seguro que les aportará valiosas indicaciones, colaborará en el llamado a cantores de todos los barrios bandeños y hasta capaz que por ahí consigue que alguno de sus parientes toque por un cachet moderado.
Es cierto que quienes organizaron los festivales anteriores estaban acostumbrados a moverse en la opulencia, si este año se hacía, iban a pagar sumas varias veces millonarias a los artistas, la experiencia de organizar una fiestita pequeña, como la que harían esta vez bien podría servirles para cuando la comuna cambie de fortuna y lleguen tiempos mejores: es sabido que quien sabe manejarse en la seca, acumula experiencia para cuando llega la lluvia.
¡Vamos!, ¡ustedes pueden!, hagan un esfuerzo y organicen un festival humilde, sencillo, con gente de aquí a la vuelta. Eso sí, deberían cambiarle el nombre, porque el verdadero dueño del festival, el que lo anotó como suyo, querrá cobrar sus buenos dividendos por dejarlos usar la marca como todos los años, y este no será como para andar tirando manteca al techo, así que bien podrían ponerle “Festival de la Cueva del Diablo” o, para conformar a los evangelistas, que se sienten razonablemente ofendidos con el nombre de “Salamanca”, por sus implicancias diabólicas, “Festival de la cueva del Dulce” o similar.
Si de todas maneras no hubiera dinero para alquilar el local en que actuarán los bandeños, bien podrían los numerosos funcionarios que son parientes del intendente actual o del anterior, poner dinero de su propio bolsillo, para solventar los gastos. Aunque no se crea, varios folkloristas, con tal de darse a conocer, son capaces de actuar por un sangüi y una Cocacola. Y muchos otros que fueron postergados en festivales anteriores, es posible que acepten trabajar gratis para dar lustre a la Salamanca, sólo por el gusto de mirar a la cara a los mismos organizadores que año tras año les negaron un lugar porque —supuestamente —no tenían la jerarquía necesaria para actuar en una fiesta tan importante.
Es posible que muchos de los cantores, guitarreros, bombistos, violinistos y demás, quieran dar una mano a la cultura bandeña, acarreando los instrumentos por las suyas y hasta pagando los derechos a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores y otros impuestos que se deben, justamente por cantar.
Si la experiencia de los organizadores de los anteriores festivales no alcanzara, las autoridades de la comuna deberán acudir al siempre dispuesto y experimentado Eduardo Carabajal, “Chaca” que, aunque retirado de la actividad, es casi seguro que les aportará valiosas indicaciones, colaborará en el llamado a cantores de todos los barrios bandeños y hasta capaz que por ahí consigue que alguno de sus parientes toque por un cachet moderado.
Es cierto que quienes organizaron los festivales anteriores estaban acostumbrados a moverse en la opulencia, si este año se hacía, iban a pagar sumas varias veces millonarias a los artistas, la experiencia de organizar una fiestita pequeña, como la que harían esta vez bien podría servirles para cuando la comuna cambie de fortuna y lleguen tiempos mejores: es sabido que quien sabe manejarse en la seca, acumula experiencia para cuando llega la lluvia.
¡Vamos!, ¡ustedes pueden!, hagan un esfuerzo y organicen un festival humilde, sencillo, con gente de aquí a la vuelta. Eso sí, deberían cambiarle el nombre, porque el verdadero dueño del festival, el que lo anotó como suyo, querrá cobrar sus buenos dividendos por dejarlos usar la marca como todos los años, y este no será como para andar tirando manteca al techo, así que bien podrían ponerle “Festival de la Cueva del Diablo” o, para conformar a los evangelistas, que se sienten razonablemente ofendidos con el nombre de “Salamanca”, por sus implicancias diabólicas, “Festival de la cueva del Dulce” o similar.
Se debe tener en cuenta que hay gente humilde cuya economía revive todos los años en este tiempo, como los remiseros, muchos quiosqueros, los dueños de hoteles, pensiones y casas de familia que alojan a los visitantes, en fin.
Que no se diga que los bandeños no son capaces de organizar por sí mismos, solitos, un festival gasolero, sin la ayuda del dinero que debió ser para obras públicas, jardines municipales, la escuela primaria y los primordiales alumbrado, barrido y limpieza.
Que aprovechen y desde este año lo hagan por las suyas, a puro sudor propio, sin la millonada de plata que la gente, que es mala y comenta, afirma falsamente y sin pruebas, que siempre iba a parar a los bolsillos de algunos pícaros a quienes identificaban con nombre, apellido y otras señas particulares.
Los bandeños querrían que empiece otra historia, entre todos pueden, seguro, che.
Dicho esto, con mucho cariño.
Obviamente.
©Juan Manuel Aragón
A 6 de enero del 2024, en Finca de Ramos. Jugando al truco, ¡quiero y retruco!
Que no se diga que los bandeños no son capaces de organizar por sí mismos, solitos, un festival gasolero, sin la ayuda del dinero que debió ser para obras públicas, jardines municipales, la escuela primaria y los primordiales alumbrado, barrido y limpieza.
Que aprovechen y desde este año lo hagan por las suyas, a puro sudor propio, sin la millonada de plata que la gente, que es mala y comenta, afirma falsamente y sin pruebas, que siempre iba a parar a los bolsillos de algunos pícaros a quienes identificaban con nombre, apellido y otras señas particulares.
Los bandeños querrían que empiece otra historia, entre todos pueden, seguro, che.
Dicho esto, con mucho cariño.
Obviamente.
©Juan Manuel Aragón
A 6 de enero del 2024, en Finca de Ramos. Jugando al truco, ¡quiero y retruco!
Esta razonable el pedido, pero no hay que olvidar que lo más importante de toda convocatoria es saber si tienen alegrías en participar los que concurren, porque aquí hubo quienes apoyan medidas desde la nación que quitan la admiración y respeto de ubicar a las personas que lejos de agradecer estar en ese lugar para ayudar les hizo sentir su desprecio al recortar sus posibilidades de lograr espacios de vivir en comunidad
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