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Revolucionarios de 1905 |
El 4 de febrero de 1905 es la Revolución Radical liderada por la Unión Cívica Radical y encabezada por Hipólito Yrigoyen con el objeto de terminar con el fraude electoral
El 4 de febrero de 1905 comenzó una Revolución Radical. Fue un levantamiento cívico-militar liderado por la Unión Cívica Radical y encabezado por Hipólito Yrigoyen del 4 al 8 de febrero de ese año. Su objetivo principal era poner fin al fraude electoral en la Argentina. Antes, el partido radical había declarado la abstención electoral en 1904, sumergiéndose en una crisis interna tras derrotas anteriores y tragedias como el suicidio de Leandro Alem y la muerte de Aristóbulo del Valle en 1896.En un contexto de levantamientos en varias ciudades, incluyendo Bahía Blanca, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y Santa Fe, las acciones fueron mayormente sofocadas, excepto en Córdoba y Mendoza, donde la lucha continuó intensamente durante cuatro días. Fue una de las rebeliones más significativas en la historia del país en términos de participación, fuerzas involucradas y la extensión del movimiento.A pesar de la cuidadosa planificación, el gobierno estaba al tanto de la situación. En la Capital Federal, medidas represivas sofocaron inicialmente el movimiento. La incapacidad de los revolucionarios para asegurar el control del arsenal de guerra de Buenos Aires fue crucial, ya que las tropas leales recuperaron rápidamente su control. En Córdoba, los revolucionarios tomaron prisionero al vicepresidente José Figueroa Alcorta, pero no lograron forzar la renuncia del presidente Manuel Quintana.
Tras la contienda, el gobierno respondió con represalias desmedidas, deteniendo no solo a los radicales involucrados, sino también a obreros, anarquistas y miembros del Partido Socialista. Además, se prohibieron sus periódicos, a pesar de que el último había instado a no participar en la revolución.
Tres meses después, Yrigoyen asumió la responsabilidad del movimiento en el Juzgado Federal, siendo liberado bajo fianza tras un breve interrogatorio. Todos los detenidos fueron indultados después de que Figueroa Alcorta asumiera como presidente por la muerte de Quintana.
Aunque la revolución no logró eliminar de inmediato el fraude electoral, influyó en la percepción de muchos líderes de la época sobre la necesidad de cambios profundos en el sistema político. Finalmente, en 1912, se promulgó la Ley Sáenz Peña, que introdujo reformas significativas en el sistema electoral argentino.
Un pequeño detalle, quizás olvidado por la historia. Luego de fracasar en esa revolución, Yrigoyen sentenció: “Es inmoral levantarse contra el gobierno si el apoyo del Ejército”. Fue quizás el germen de las asonadas o golpes que primero terminaron con su gobierno en 1930 y luego se harían costumbre hasta 1976.
©Juan Manuel Aragón
"La ley es tela de araña..." (Martín Fierro).
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