Girolamo Savonarola |
El 22 de septiembre de 1452 nace Girolamo Savonarola, sacerdote de la Orden de los Predicadores, reformador y figura clave en la historia de Florencia
El 22 de septiembre de 1452 nació Girolamo Savonarola, en Ferrara, Italia. Fue un sacerdote de la Orden de los Predicadores, reformador y figura clave en la historia de Florencia. Su vida estuvo marcada por un profundo rechazo a la corrupción tanto en la Iglesia como en la sociedad italiana, lo que le llevó a desafiar el poder político y religioso.Criado en una familia acomodada, fue educado por su abuelo paterno, Michele Savonarola, médico de renombre y hombre de estrictos principios religiosos. Desde joven, mostró una aversión hacia lo que percibía como la decadencia moral de la sociedad. Sus escritos y poesías reflejaban una crítica constante al paganismo humanista que impregnaba el arte, la literatura y la religión de su tiempo. Consideraba que el clero, incluso en los más altos rangos eclesiásticos, era la raíz de la corrupción.En 1475, a los 23 años, abandonó su hogar y los estudios de medicina para ingresar en la Orden dominicana en Bolonia, para estudiar de la Sagrada Escritura y las obras de Santo Tomás de Aquino, dos de sus grandes pasiones. Cuatro años más tarde, regresó a Ferrara para enseñar en el Convento de los Ángeles. Sin embargo, su vida dio un giro en 1482 cuando fue enviado a Florencia para ocupar una cátedra en el Convento de San Marcos.
En Florencia, su fama como erudito creció, pero sus primeros intentos como predicador no tuvieron el éxito que esperaba. No fue hasta 1485, tras experimentar lo que describió como una revelación, que comenzó a predicar con fervor sus sermones proféticos. En estos discursos, se anunció que la Iglesia estaba en necesidad urgente de reforma y que sería castigada antes de ser renovada. A pesar de que abandonó a Florencia en 1487 para ocupar un cargo en Bolonia, la intervención de Lorenzo de Médici hizo que regresara en 1490, lo que marcó el inicio de su confrontación directa con el poder de los Médici.
A su regreso, comenzó a predicar contra los abusos del gobierno y la corrupción de la Iglesia, atrayendo rápidamente a un gran número de seguidores. Su carisma y elocuencia aumentaron su influencia en la ciudad. Aunque Lorenzo de Médici intentó aplacarlo con amenazas y halagos, continuó ganando popularidad. En sus últimos días, Lorenzo solicitó la bendición de Savonarola, lo que este concedió, desmintiendo las leyendas que afirman que se negó a absolverlo.
La muerte de Lorenzo en 1492 dejó a los Médici vulnerables, y en 1494, con la invasión de Italia por el rey francés Carlos VIII, su gobierno colapsó. Savonarola había predicho la llegada de Carlos y su fácil victoria, lo que aumentó su prestigio en la ciudad. Florencia, ahora sin los Médici, cayó bajo su liderazgo. Savonarola instauró un gobierno democrático y buscó transformar la ciudad en una “nueva Jerusalén”, un modelo de virtud cristiana para toda Italia. Durante este tiempo, introdujo estrictas reformas morales y promovió la "Quema de las vanidades", en la que se destruyeron objetos que consideraban símbolos de la corrupción y la frivolidad, como libros y obras de arte consideradas inmorales.
Sin embargo, su creciente poder atrajo enemigos, tanto dentro como fuera de Florencia. Los "Arrabbiati", un grupo de opositores internos, se aliaron con el papa Alejandro VI y otros poderes extranjeros para desacreditarlo. Savonarola, que criticaba abiertamente la corrupción del Papa y la decadencia de la Corte romana, fue llamado a Roma en 1495, pero se negó, alegando enfermedad. En respuesta, Alejandro VI le prohibió predicar y lo amenazó con la excomunión. Savonarola continuó desafiando estas órdenes y predicó con aún más vehemencia, denunciando los abusos del poder eclesiástico.
A pesar de sus esfuerzos por reformar a Florencia, la situación política en Italia empezó a volverse en su contra. Los Arrabbiati lograron que se emitiera una bula de excomunión en su contra en 1497. Sus enemigos en Florencia aprovecharon la oportunidad para debilitar su posición. Durante la Cuaresma de 1498, sus sermones sobre el Libro del Éxodo marcaron su última aparición pública como predicador. Tras una serie de disturbios en la ciudad, fue arrestado junto a dos de sus seguidores.
Durante su juicio fue sometido a tortura y acusado de herejía y sedición. En mayo de 1498, tras ser declarado culpable por una comisión de sus enemigos, fue ejecutado públicamente en la Piazza della Signoria de Florencia. Fue ahorcado y luego quemado, junto con sus dos seguidores más cercanos, Fray Domenico y Fray Silvestro.
Su figura fue venerada por varios santos, como Felipe Neri y Catalina de Ricci, y su influencia en la historia de la Iglesia y en los movimientos reformistas ha perdurado a lo largo de los siglos. Su obra más destacada, Triumphus crucis, es una defensa clara de la fe cristiana, y sus sermones continúan siendo estudiados como ejemplo de su fervor por la renovación espiritual.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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