La Cibeles, Madrid |
De qué otras palabras proceden vocablos que se usan todos los días y por qué saberlo no amplía el horizonte cultural de nadie
Van a continuación dos etimologías que podrían interesar a los lectores, como una manera de ensanchar su patrimonio cultural con el aire vacío de las definiciones inútiles. Una es Madrid, la otra Tenerife, ambas españolas, y que podrían interesar a la amplia colectividad gaita que habita la Argentina.La etimología de Madrid aparece envuelta en la oscuridad más densa de los tiempos pasados. No se desentrañará aquí la antigüedad de un pueblo que no necesita de la paternidad romana, ibera o árabe para ostentar grandes títulos de nobleza. Decimos esto, don, para intentar una explicación del nombre de esta gran capital europea, ya que estamos tirándonos de geógrafos o lingüistas, sin serlo, obviamente.Los árabes, según algunas opiniones, ensancharon su antiguo y estrecho recinto, mientras otros suponen que en esta época tomó la villa el nombre de "Majoritum", aludiendo a este ensanche. No falta el que asegura que ya cuando su nombre había trocado por "Majerito", se entregó a los sarracenos por medio de una capitulación en a que se estipulaba la conservación de algunos templos cristianos para uso de los fieles.
Lo que es seguro es que fueron los moros quienes bautizaron la villa con el nombre de "Magrit" o "Maglit", según algunos manuscritos.
Después de esto nada vuelve a saberse hasta la toma de la población, en el 933, por don Ramiro II, cuando se halla la primera noticia histórica con este nombre. Lo que sigue, por supuesto, es historia moderna.
Sabido es que por lo general esta página no suele pasar del primer milenio desde Nuestro Señor Jesucristo, porque en ese tiempo se forjaron las mejores historias, las ideas que aún perduran y las batallas perdidas más hermosas del hombre. El resto, lo que vino después, como lo sabe cualquier estudiante de la secundaria, es hojarasca pura.
Tenerife
Un nombre que no da mucho trabajo a los etimologistas, ahora que estamos en la sección "Conozca de geografía", doña, es el de Tenerife, la isla más grande del archipiélago de las Canarias.
Por el tratado de Alcaçovas de 1479, la isla fue anexada a Castilla, pero el dominio completo llegó recién en 1496. Es famosa, entre otras cosas, porque en junio de 1936, Francisco Franco y otros oficiales del ejército se reunieron allí para planear la rebelión que provocó la Guerra Civil en España y la salvó, por un tiempo, del dominio de los rojos.
Los franceses le decían "Ínsula del Infierno", por el temor que le tenían al volcán Teide, con erupciones casi constantes. Este volcán, con 3710 metros de altura, es el pico más alto de España.
Su nombre, Tenerife es una composición de "tener", que quiere decir montaña e "ife", que es blanca, en la lengua de los guanches, primitivos habitantes de este lugar, que llamaban así al volcán al observar su pico nevado.
Es muy posible que usted no llegue a esta línea del escrito, aburrido de leer tantas vacuidades, pero si de todas maneras sigue leyendo, quizás mañana o pasado mañana haya olvidado por completo de todos sus detalles. Mire, la verdad, no importa, en serio, es una verdadera tontería.
Digamos, mirado desde un cierto punto de vista, no significa mucho enterarse de una etimología que no ofrece complicaciones, pero si se observa la nota desde otro ángulo, es bueno percatarse de que no se ha perdido completamente el día. Lo que a esta altura de la suaré no es poco decir.
Creo.
Juan Manuel Aragón
A 20 de setiembre del 2024, en la Bolivia y Belgrano. Mirando pasar el 115.
Ramírez de Velasco®
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