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1964 ALMANAQUE MUNDIAL Toro

Guillermo del Toro Gómez

El 9 de octubre de 1964 nace Guillermo del Toro director, guionista y productor, ganador de varios premios por su trabajo


El 9 de octubre de 1964 nació Guillermo del Toro Gómez, en Guadalajara, Jalisco, México. Ha dejado una marca profunda en el cine como director, guionista y productor. Su trayectoria se distingue no solo por la cantidad de premios que ha obtenido, como el Premio Goya y Múltiples Premios Ariel, sino también por los tres Óscar que ha recibido en su carrera: dos por "La forma del agua" como mejor director y mejor película, y uno más por "Pinocho" en la categoría de mejor película animada. Estos reconocimientos no solo destacan su talento técnico, sino también su habilidad para crear mundos imaginativos y conmovedores que trascienden los géneros tradicionales.
Desde joven demostró su amor por el cine. Durante su adolescencia, mientras estudiaba en el Instituto de Ciencias en Guadalajara, realizaba sus primeros experimentos cinematográficos. Antes de consolidarse como director, dedicó diez años al diseño de maquillaje, lo que lo llevó a fundar su propia compañía, Necropia. Este conocimiento en los aspectos visuales y técnicos del cine fue fundamental en la construcción de su estilo único. A los 21 años, se convirtió en productor ejecutivo de su primera película, revelando desde una edad temprana una visión clara y ambiciosa de lo que es la industria del cine.
El amor por los monstruos, el terror y la fantasía se convirtieron en el núcleo de su filmografía. A pesar de que su padre no comprendía su pasión por películas como "Frankenstein" de James Whale o por las historietas monstruos, Toro halló en ellos un refugio. Además, se sintió atraído por historias japonesas como "Astro Boy", "La princesa caballero" y "Godzilla", así como por la revista "Famous Monsters of Filmland", que lo inspiró a aprender inglés para leerla. A través de esta publicación, descubrió la nitrocelulosa, lo que lo llevó a experimentar con maquillaje casero y a crear cicatrices falsas para asustar a su niñera, demostrando desde temprana edad su creación e ingenio.
A lo largo de su carrera ha dirigido películas que abarcan una amplia gama de géneros, desde adaptaciones de cómics como "Hellboy" y "Blade II" hasta dramas históricos como "El espinazo del diablo" y "El laberinto del fauno", ambientados en la Guerra Civil Española. Estos últimos comparten temas recurrentes, como la infancia, el terror y la fantasía en contextos opresivos, particularmente bajo regímenes dictatoriales. A través de estas historias ofrece una profunda reflexión sobre la realidad política y social, utilizando el género fantástico como vehículo para explorar los miedos y las esperanzas humanas.
Una de las características de su obra es su estilo visual inconfundible. Sus películas presentan ambientes tétricos y mágicos que combinan lo oscuro y lo fantástico, con una estética que toma influencias del simbolismo y de su fascinación por la biología. Los monstruos son una constante en su filmografía, pero no son meras criaturas terroríficas. Los retrata con una mezcla de reverencia y curiosidad casi antropológica, explorando su naturaleza desde una perspectiva humanista. Ha afirmado en repetidas ocasiones que su amor por los monstruos radica en lo que representan: seres incomprendidos que, en el fondo, son reflejos de la condición humana. Esta visión ha dado lugar a algunas de las criaturas más memorables del cine moderno.
A lo largo de su carrera, ha mantenido estrechas colaboraciones y amistades con otros reconocidos directores mejicanos, como Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu. Los tres han contribuido de manera significativa a redefinir el cine contemporáneo, tanto en México como en el mundo. En el 2007, los tres fueron nominados al Óscar, marcando un hito para el cine mexicano. Ese mismo año, "El laberinto del fauno", bajo su dirección, recibió seis nominaciones al Óscar, incluyendo mejor película extranjera y mejor guion original, consolidando su reputación como uno de los cineastas más importantes de su generación.
A pesar de su éxito, no todos sus proyectos han llegado a buen término. En el 2010, tras haber trabajado durante varios años en el desarrollo de las adaptaciones cinematográficas de "El Hobbit", del Toro se vio obligado a abandonar la dirección debido a problemas financieros con la productora. Sin embargo, su contribución al proyecto quedó plasmada en los guiones de la trilogía. Otro de sus proyectos fallidos fue la adaptación de "En las montañas de la locura" de HP Lovecraft, un sueño personal que aún espera llevar al cine. A pesar de estos contratiempos, ha demostrado una y otra vez su perseverancia y su capacidad para seguir adelante con su visión artística.
Uno de los momentos más importantes de su carrera llegó en el 2017, con el estreno de "La forma del agua". Esta película no solo fue aclamada por su hermosa narrativa y estética, sino que también le valió el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia, así como dos premios Óscar, consolidando su estatus como uno de los directores más influyentes del cine contemporáneo. "La forma del agua" es un ejemplo perfecto de su habilidad para mezclar lo fantástico con lo humano, ofreciendo una historia de amor entre una mujer muda y una criatura anfibia enmarcada en un contexto político y social de la Guerra Fría.
Tras el éxito de "La forma del agua", continuó explorando su amor por la fantasía y la animación con la película "Pinocho", una versión en stop-motion que llevó adelante en colaboración con Netflix. El proyecto, que había estado en desarrollo durante muchos años, finalmente se estrenó en el 2022 y fue un éxito rotundo, ganando el Globo de Oro.
A lo largo de su carrera ha mantenido una pasión constante por la narrativa visual y el arte, explorando temas oscuros y universos fantásticos con una perspectiva profundamente humana. Con cada proyecto, ha demostrado su capacidad para reinventarse, sin perder de vista las raíces que lo llevaron a enamorarse del cine desde temprana edad: la fascinación por lo desconocido y el deseo de dar vida a las criaturas y mundos que habitan en su imaginación.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

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