Vidalera |
Qué es la vidala, uno de los géneros musicales santiagueños más conocidos y quiénes fueron y son sus principales cultores
Por Omar Humberto Estanciero
La vidala es una forma de composición poética que generalmente se acompaña con guitarra o caja y se canta a una sola voz. En Jujuy se le llama "yaraví". No debe confundirse con la "vidalita".
Se entonan sobre todo durante el carnaval. La forma de estas composiciones está condicionada por el texto: coplas solas, quintillas o sextillas y más a menudo, coplas con estribillos intercalados a los que a veces se agrega una trova.
Se dice que la vidala nace en los montes de Santiago del Estero como rituales desconocidos. Es un ritmo que llena de vigor a los cuerpos que la rodean, según la mitología santiagueña. Narra la vida del monte. Su poesía es muy difícil de entender, a veces, indescifrable como el mismo monte. No tiene danza
"La embocadura del destino del
santiagueño, la tristeza, el dolor"
La vidala es el único canto coral. Cuando el paria, después del alcohol y de la danza, cae en la embocadura de su destino, que es el dolor, apela a la "vidala" para cantar en coro su íntima pena.
Hacinamiento derrotado que se apuntala con la fuerza prestada de cada uno, restos carnavalescos conjurados en torno a la fiesta: esto es el coro.
En vano ensaya sostener su alegría en la vidala; el eco devuelto a la inmensidad del campo es un alarido multánime, una sola queja largamente plañida.
La vidala traspasada, amarga, es el parche de la caja y la gran pena multiplicada del hombre que busca en el abismo de la noche para sentirse vivir.
Esta tristeza de la vidala, en plena alegría de la fiesta, se explica en la letra y en su música; el hombre estuvo a solas con su dolor.
El canto individual limpia el alma de la tristeza; el coral, en cambio, activa la pena, se agremia, en un solo sentimiento de liberación y solo presenta su propio drama, ajeno al drama de todos, absorto en su propio dolor.
Ni siquiera sabe que la voz gemida en conjunto es la queja de todos.
Orestes Di Lullo
La vidala es el único canto coral. Cuando el paria, después del alcohol y de la danza, cae en la embocadura de su destino, que es el dolor, apela a la "vidala" para cantar en coro su íntima pena.
Hacinamiento derrotado que se apuntala con la fuerza prestada de cada uno, restos carnavalescos conjurados en torno a la fiesta: esto es el coro.
En vano ensaya sostener su alegría en la vidala; el eco devuelto a la inmensidad del campo es un alarido multánime, una sola queja largamente plañida.
La vidala traspasada, amarga, es el parche de la caja y la gran pena multiplicada del hombre que busca en el abismo de la noche para sentirse vivir.
Esta tristeza de la vidala, en plena alegría de la fiesta, se explica en la letra y en su música; el hombre estuvo a solas con su dolor.
El canto individual limpia el alma de la tristeza; el coral, en cambio, activa la pena, se agremia, en un solo sentimiento de liberación y solo presenta su propio drama, ajeno al drama de todos, absorto en su propio dolor.
Ni siquiera sabe que la voz gemida en conjunto es la queja de todos.
Orestes Di Lullo
La Vidala. Ediciones Folkloricas Kodex. Carlos Vega
Especie musical que se entona preferentemente durante el carnaval. Se acompaña con percusión de caja o tambor.
Los elementos que forman sus estrofas son tres, copla, estribillo y mote.
Los dos primeros son imprescindibles, el mote (agregado) puede faltar.
El mote es una estrofilla generalmente pentasílaba que, con asunto de lo común independiente se intercala entre las estrofas de la canción, en este caso vidala, y en algunas ocasiones entre los versos de la copla, como "joi joi": tomado.
La vidala pertenece a un sistema musical propio de Sudamérica con buen espacio de la vida en el Siglo XVIII, siendo una canción exclusivamente argentina por sus estructuras musicales y poéticas que invade las regiones del antiguo Tucumán y, es evidente de su complejidad porque acusa diferentes sistemas musicales, siendo su rasgo, la permanente bimodalidad (modo mayor y modo menor) con cuarta aumentada.
"La vidala por Mariano Roberto Paz"
Es típico que el santiagueño de la campaña es reservado, reconcentrado y hermético.
El hombre de la ciudad, el refinado por la civilización es capaz, por conveniencia, de ocultar sus sentimientos y emociones.
Sin embargo, hay tres ocasiones en que nuestro campesino depone su reserva y se entrega libremente a la expresión de lo que se agita en su alma. Esas tres ocasiones le dan: la muerte, el dolor y el alcohol.
La muerte le impone dolor, tristeza y lágrimas viriles como un rito.
En el amor todo transcurre calladamente, sin transportes ni efusiones. En el campesino el amor es flor de silencio y soledad; es el amor que se canta en las vidalas, allí abandona el silencio, busca de las palabras para comunicar sus sentimientos.
Hay infidelidad, pena de ausencia, amor no correspondido, la tristeza del olvido, la herida del recuerdo.
La vidala, canto de amor del santiagueño, es canción del carnaval. Se la concibe y se realiza para esas fechas; hay una pervivencia inconsciente de prácticas antiquísimas.
El Carnaval es el sucesor de los antiguos "bacanales", "Saturnales" y "lupercales" en que se rendía desenfrenado culto al amor.
"Mirarse por dentro" por Daniel
Especie musical que se entona preferentemente durante el carnaval. Se acompaña con percusión de caja o tambor.
Los elementos que forman sus estrofas son tres, copla, estribillo y mote.
Los dos primeros son imprescindibles, el mote (agregado) puede faltar.
El mote es una estrofilla generalmente pentasílaba que, con asunto de lo común independiente se intercala entre las estrofas de la canción, en este caso vidala, y en algunas ocasiones entre los versos de la copla, como "joi joi": tomado.
La vidala pertenece a un sistema musical propio de Sudamérica con buen espacio de la vida en el Siglo XVIII, siendo una canción exclusivamente argentina por sus estructuras musicales y poéticas que invade las regiones del antiguo Tucumán y, es evidente de su complejidad porque acusa diferentes sistemas musicales, siendo su rasgo, la permanente bimodalidad (modo mayor y modo menor) con cuarta aumentada.
"La vidala por Mariano Roberto Paz"
Es típico que el santiagueño de la campaña es reservado, reconcentrado y hermético.
El hombre de la ciudad, el refinado por la civilización es capaz, por conveniencia, de ocultar sus sentimientos y emociones.
Sin embargo, hay tres ocasiones en que nuestro campesino depone su reserva y se entrega libremente a la expresión de lo que se agita en su alma. Esas tres ocasiones le dan: la muerte, el dolor y el alcohol.
La muerte le impone dolor, tristeza y lágrimas viriles como un rito.
En el amor todo transcurre calladamente, sin transportes ni efusiones. En el campesino el amor es flor de silencio y soledad; es el amor que se canta en las vidalas, allí abandona el silencio, busca de las palabras para comunicar sus sentimientos.
Hay infidelidad, pena de ausencia, amor no correspondido, la tristeza del olvido, la herida del recuerdo.
La vidala, canto de amor del santiagueño, es canción del carnaval. Se la concibe y se realiza para esas fechas; hay una pervivencia inconsciente de prácticas antiquísimas.
El Carnaval es el sucesor de los antiguos "bacanales", "Saturnales" y "lupercales" en que se rendía desenfrenado culto al amor.
"Mirarse por dentro" por Daniel
Heffes (conductor radial de la plata)
Hay una inclinación a pesar que es políticamente correcto decir que uno disfruta, por ejemplo, de un blues, pero no pasa lo mismo si lo que suena es una vidala, la forma musical más comparable de nuestro folclore con el lamento del pueblo negro de EEUU.
Opinión de Silvia Long-Ohni - Diario
Hay una inclinación a pesar que es políticamente correcto decir que uno disfruta, por ejemplo, de un blues, pero no pasa lo mismo si lo que suena es una vidala, la forma musical más comparable de nuestro folclore con el lamento del pueblo negro de EEUU.
Opinión de Silvia Long-Ohni - Diario
La Nación, 14 de agosto de 2010.
La vidalita es una forma musical no danzable auténtica del folclore argentino y uruguayo, tal vez emparentada con la vidala, con la que a menudo es confundida, pero esta última tiene más obvias raíces quichuas. Wilkes(?), cree que la vidala desciendo del "yarahué", al que asimismo se vincula al "yaraví" de tono sentimental, mientras que la vidalita pampeana no sería de origen andino sino deudora de una melodía zaragozana.
La vidala posee versos octosílabos y responden a un pie rítmico de una nota breve y otra larga.
La vidala es una forma cantable que se acompaña generalmente con caja o tambor; en tanto que la guitarra, que puede no estar, acompaña solo con acordes arpegiados o rasgueados.
Se trata de una de las más bellas canciones folclóricas argentinas, nutrida musicalmente por un antiguo modo andino en cuanto a lo tonal con claras influencias europeas perceptible en los elementos poéticos, coplas, estribillos y motes.
La vidala expresa hondos sentimientos y más trágicos que la vidalita; se asemeja a la baguala pero tiene más riqueza musical y poética.-
Isabel Aretz - Opinión
Dejando de lado la errada creencia de que toda nuestra música nos llega de Europa, al penetrar tierra adentro se percibe la existencia de una Argentina poli musical.
Músicos que hablan de un mundo quechua y aymara y de un mundo diaguita-calchaquí, que españolizó su poesía subyacente junto al mundo criollo.
Entonando una vidala
por Julio Rodríguez Ledesma
El rezador o rezadora que entonaba las letanías en el velorio, creó la conjunción del canto a la vida por la muerte. LA búsqueda del misterio a través del dolor, armonizó la orfandad cósmica del santiagueño y así nació el dúo.
Las cajas templaron el alto y el bajo, la vidala irrumpió en las mingas de las cosechas anuales, mimetizándose desde el bosque a las salinas, desde la selva a las sierras.
Era la hondura abismal del quichua, unida al credo político español. Madre americana, padre europeo, hijo criollo.
El Dr. Ezequiel Leyría fue el primer estudioso de la vidala, avanzando desde la metafísica escolástica hasta llegar al paganismo mitológico sudamericano.
Atahualpa Yupanqui advierte su trascendencia folclórica en sus andanzas por Salavina y de la mano del Soco y Cachilo Díaz. Por eso bautiza a Santiago: "La Comarca Embrujada".
Origenes de La copla americana - La vidala-
"Santiago es Musical" Guillermo Tagliotti
Pretéritamente los andinos acompañaban los sonidos de sus instrumentos de percusión, especialmente la caja, con elocuentes fonaciones guturales literalmente irregistrables.
Una versión primaria de la lírica operística, si consideramos en "el bel canto" prevalecen el tono, la afinación, la intensidad y el color (la dramatización) por sobre la dicción textual.
Las primeras partituras indianas, probablemente varios siglos atrás por misioneros e indígenas adoctrinados por la Compañía de Jesús, han sido encontradas en Chiquitos, Bolivia.
Alcides D'Orbigny, joven francés, investigó durante ocho años la historia natural de América del Sur y publicó 9 tomos en París entre 1835 y 1847 bajo el título "Voyage das la L' Amerique Meridionale" que contiene partituras de cantos indígenas.
Un siglo después, Leda Valladares, registra en su grabador los ecos de los sonidos ancestrales amerindios y mestizos.
Hay tonada de 2,3, 4 y 5 notas como si buscaran la pentafonía que abunda en Tarija.
Pancho Cabral: su apreciación
La vidala chayera se canta entre Catamarca y La Rioja, aquí nace y desde aquí parte.
Convergen formas musicales que a ratos parecen superpuestas, tal es el caso de la vidala y la baguala.
Comparten el mismo ancestro, son de la misma familia y ocupan sus respectivas regiones: baguala en Salta y Jujuy, vidala en Tucumán y Santiago del Estero y la vidala andina en Catamarca y La Rioja.
Son todas vidalas pero, cada una con su acento, su paisaje, con golpes diferentes de caja o tambor.
La vidala según Vicente "Morenito" Suárez
Es una larga e íntima canción, grave, que trata de asuntos profundos, la ausencia, la conquista amorosa y, en la época de los obrajes, se carga de tristeza y se nutre del largo silencio del bosque.
La que se canta (o cantaba) en Santiago, se basa en una trova o verso o copla que va siendo modificada allá por la década del'30 o '40; se hizo música de los barrios y llegó al centro de la mano de los indios vidaleros en las comparsas de los carnavales. Vidalas bailadas.
Los indios de las comparsas que interpretaban las vidalas eran de los barrios: Huaico Hondo, Las Cejas, El Vinalar, Cantarranas, Tarapaya, Chumillo y del borde del Rio Dulce.
La vidala es una serenata santiagueña por antonomasia. La interpretada en Atamisqui se tocaba con caja chirlera, hoy lo hacen con bombo.
La vidala que se interpreta en la zona del Rio Salado se ejecuta a 2 cajas afinadas a dúo y golpeadas en forma discontinua.
Cristian Ramón Verduc. Musico,
La vidalita es una forma musical no danzable auténtica del folclore argentino y uruguayo, tal vez emparentada con la vidala, con la que a menudo es confundida, pero esta última tiene más obvias raíces quichuas. Wilkes(?), cree que la vidala desciendo del "yarahué", al que asimismo se vincula al "yaraví" de tono sentimental, mientras que la vidalita pampeana no sería de origen andino sino deudora de una melodía zaragozana.
La vidala posee versos octosílabos y responden a un pie rítmico de una nota breve y otra larga.
La vidala es una forma cantable que se acompaña generalmente con caja o tambor; en tanto que la guitarra, que puede no estar, acompaña solo con acordes arpegiados o rasgueados.
Se trata de una de las más bellas canciones folclóricas argentinas, nutrida musicalmente por un antiguo modo andino en cuanto a lo tonal con claras influencias europeas perceptible en los elementos poéticos, coplas, estribillos y motes.
La vidala expresa hondos sentimientos y más trágicos que la vidalita; se asemeja a la baguala pero tiene más riqueza musical y poética.-
Isabel Aretz - Opinión
Dejando de lado la errada creencia de que toda nuestra música nos llega de Europa, al penetrar tierra adentro se percibe la existencia de una Argentina poli musical.
Músicos que hablan de un mundo quechua y aymara y de un mundo diaguita-calchaquí, que españolizó su poesía subyacente junto al mundo criollo.
Entonando una vidala
por Julio Rodríguez Ledesma
El rezador o rezadora que entonaba las letanías en el velorio, creó la conjunción del canto a la vida por la muerte. LA búsqueda del misterio a través del dolor, armonizó la orfandad cósmica del santiagueño y así nació el dúo.
Las cajas templaron el alto y el bajo, la vidala irrumpió en las mingas de las cosechas anuales, mimetizándose desde el bosque a las salinas, desde la selva a las sierras.
Era la hondura abismal del quichua, unida al credo político español. Madre americana, padre europeo, hijo criollo.
El Dr. Ezequiel Leyría fue el primer estudioso de la vidala, avanzando desde la metafísica escolástica hasta llegar al paganismo mitológico sudamericano.
Atahualpa Yupanqui advierte su trascendencia folclórica en sus andanzas por Salavina y de la mano del Soco y Cachilo Díaz. Por eso bautiza a Santiago: "La Comarca Embrujada".
Origenes de La copla americana - La vidala-
"Santiago es Musical" Guillermo Tagliotti
Pretéritamente los andinos acompañaban los sonidos de sus instrumentos de percusión, especialmente la caja, con elocuentes fonaciones guturales literalmente irregistrables.
Una versión primaria de la lírica operística, si consideramos en "el bel canto" prevalecen el tono, la afinación, la intensidad y el color (la dramatización) por sobre la dicción textual.
Las primeras partituras indianas, probablemente varios siglos atrás por misioneros e indígenas adoctrinados por la Compañía de Jesús, han sido encontradas en Chiquitos, Bolivia.
Alcides D'Orbigny, joven francés, investigó durante ocho años la historia natural de América del Sur y publicó 9 tomos en París entre 1835 y 1847 bajo el título "Voyage das la L' Amerique Meridionale" que contiene partituras de cantos indígenas.
Un siglo después, Leda Valladares, registra en su grabador los ecos de los sonidos ancestrales amerindios y mestizos.
Hay tonada de 2,3, 4 y 5 notas como si buscaran la pentafonía que abunda en Tarija.
Pancho Cabral: su apreciación
La vidala chayera se canta entre Catamarca y La Rioja, aquí nace y desde aquí parte.
Convergen formas musicales que a ratos parecen superpuestas, tal es el caso de la vidala y la baguala.
Comparten el mismo ancestro, son de la misma familia y ocupan sus respectivas regiones: baguala en Salta y Jujuy, vidala en Tucumán y Santiago del Estero y la vidala andina en Catamarca y La Rioja.
Son todas vidalas pero, cada una con su acento, su paisaje, con golpes diferentes de caja o tambor.
La vidala según Vicente "Morenito" Suárez
Es una larga e íntima canción, grave, que trata de asuntos profundos, la ausencia, la conquista amorosa y, en la época de los obrajes, se carga de tristeza y se nutre del largo silencio del bosque.
La que se canta (o cantaba) en Santiago, se basa en una trova o verso o copla que va siendo modificada allá por la década del'30 o '40; se hizo música de los barrios y llegó al centro de la mano de los indios vidaleros en las comparsas de los carnavales. Vidalas bailadas.
Los indios de las comparsas que interpretaban las vidalas eran de los barrios: Huaico Hondo, Las Cejas, El Vinalar, Cantarranas, Tarapaya, Chumillo y del borde del Rio Dulce.
La vidala es una serenata santiagueña por antonomasia. La interpretada en Atamisqui se tocaba con caja chirlera, hoy lo hacen con bombo.
La vidala que se interpreta en la zona del Rio Salado se ejecuta a 2 cajas afinadas a dúo y golpeadas en forma discontinua.
Cristian Ramón Verduc. Musico,
conductor radial de programa folklórico
Considero que la vidala es la expresión cantora más antigua de nuestra tierra entre las que están vigentes. Es una expresión bien criolla y de honda raigambre en nuestra provincia, a la que debemos valor y sostener.
La vidala en nuestros artistas plásticos
El folclore es uno de los temas de casi todos los artistas plásticos santiagueños. Haciendo un pequeño sondeo, se rescatan a los siguientes:
Mateo Martín López: nació en 1899 en Almería, España y en 1928 se radicó en Santiago y se naturalizó argentino. Pintor paisajista, que el cuadro "Los vidaleros" tuvo una historia muy especial. Esta pintura adornaba uno de los salones de la Casa de Gobierno y en la famosa asonada denominada "El Santiagueñazo" en diciembre de 1993,esta residencia gubernamental fue incendiada. Según trascendidos, este cuadro, fue salvado y rescatado de las llamas y se encontraría nuevamente en la sede del Poder Ejecutivo de la Provincia en Mesa de Entradas.
Este cuadro que Martín López lo pintó en 1953 y estaba expuesto en el Museo de Bellas Artes Ramon Gómez Cornet, fue llevado en 1974 por el Gobernador Carlos Arturo Juárez a la Casa de Gobierno.
Juan Carlos García: nació en 1931 en Santiago . Dibujante, grabador y una de sus obras se denomina "El Vidalero".
José Antonio Soria: nació en 1893 en Villa Atamisqui y fue escultor y, entre sus obras encontramos una denominada "Los vidaleros".
Rafael Delgado Castro: (21-5- 1889, Andalucía, España- 13-6-1957, Santiago del Estero) modeló una escultura denominada "El Vidalero".
Absalón "Absha" Argañarás (12-8-1903 // 21-8-1980 Santiago del Estero) pintó un óleo denominado "El Vidalero".-
Angel Vicente "Vichy" Garay, plástico bandeo pintó en óleo el cuadro "Vidaleros".
Frase encontrada de autor desconocido
"Dice la leyenda que las salinas se formaron con el llanto de todas las vidalas, con el ¡ay! de todas las ausencias, con las penas producidas por todas las ingratitudes".
La caja, el instrumento de la vidala.
La vidala en nuestros artistas plásticos
El folclore es uno de los temas de casi todos los artistas plásticos santiagueños. Haciendo un pequeño sondeo, se rescatan a los siguientes:
Mateo Martín López: nació en 1899 en Almería, España y en 1928 se radicó en Santiago y se naturalizó argentino. Pintor paisajista, que el cuadro "Los vidaleros" tuvo una historia muy especial. Esta pintura adornaba uno de los salones de la Casa de Gobierno y en la famosa asonada denominada "El Santiagueñazo" en diciembre de 1993,esta residencia gubernamental fue incendiada. Según trascendidos, este cuadro, fue salvado y rescatado de las llamas y se encontraría nuevamente en la sede del Poder Ejecutivo de la Provincia en Mesa de Entradas.
Este cuadro que Martín López lo pintó en 1953 y estaba expuesto en el Museo de Bellas Artes Ramon Gómez Cornet, fue llevado en 1974 por el Gobernador Carlos Arturo Juárez a la Casa de Gobierno.
Juan Carlos García: nació en 1931 en Santiago . Dibujante, grabador y una de sus obras se denomina "El Vidalero".
José Antonio Soria: nació en 1893 en Villa Atamisqui y fue escultor y, entre sus obras encontramos una denominada "Los vidaleros".
Rafael Delgado Castro: (21-5- 1889, Andalucía, España- 13-6-1957, Santiago del Estero) modeló una escultura denominada "El Vidalero".
Absalón "Absha" Argañarás (12-8-1903 // 21-8-1980 Santiago del Estero) pintó un óleo denominado "El Vidalero".-
Angel Vicente "Vichy" Garay, plástico bandeo pintó en óleo el cuadro "Vidaleros".
Frase encontrada de autor desconocido
"Dice la leyenda que las salinas se formaron con el llanto de todas las vidalas, con el ¡ay! de todas las ausencias, con las penas producidas por todas las ingratitudes".
La caja, el instrumento de la vidala.
Rubén Pérez Bugallo
Tamboril prehispánico de tamaño variable compuesto por un cuero cilíndrico de mayor diámetro que altura y 2 parches de cuero cocido a sendos aros y unidos entre si por un cordel en zig zag.
La caja santiagueña tiene hasta 30 centímetros de diámetro por 11 de altura. Su cuerpo es un tronco de ceibo excavado a cuchillo o gubia. Sus parches son vizcacha, unidos por una correa sin nudos, ni presillos.
La bagueta se confecciona con una rama a la que se descorteza y adapta, mediante ataduras de tientos, un abultamiento de lana envuelto en cuero crudo en uno de sus extremos.-
Domingo Faustino Sarmiento dijo de la vidala:
"El pueblo campesino tiene sus cantares propios. El triste (los), que predomina en los pueblos del Norte, es un canto frígido, plañidero, natural al hombre en el estado primitivo de la barbarie, según Rousseau. La vidalita es un canto popular con coros, acompañado por la guitarra y un tamboril (por la caja)...este canto me parece heredado de los indígenas, porque lo he oído en una fiesta de indios en Copiapó, Chile...".
La testimonial y homofónica "vidala del altiplano" o aymará, se sitúa enfrente de la "chayera" o "chayera riojana" que ligado a las cosechas difuma un tono festivo y un mensaje alabancioso. En medio, la vidala santiagueña, refleja ambas tesituras y anexa rasgos propios, como la cualidad amable saludo (que espera contesto) y de acelerar el repique pal carnaval.-
Un derivado del zejel árabe.
Tamboril prehispánico de tamaño variable compuesto por un cuero cilíndrico de mayor diámetro que altura y 2 parches de cuero cocido a sendos aros y unidos entre si por un cordel en zig zag.
La caja santiagueña tiene hasta 30 centímetros de diámetro por 11 de altura. Su cuerpo es un tronco de ceibo excavado a cuchillo o gubia. Sus parches son vizcacha, unidos por una correa sin nudos, ni presillos.
La bagueta se confecciona con una rama a la que se descorteza y adapta, mediante ataduras de tientos, un abultamiento de lana envuelto en cuero crudo en uno de sus extremos.-
Domingo Faustino Sarmiento dijo de la vidala:
"El pueblo campesino tiene sus cantares propios. El triste (los), que predomina en los pueblos del Norte, es un canto frígido, plañidero, natural al hombre en el estado primitivo de la barbarie, según Rousseau. La vidalita es un canto popular con coros, acompañado por la guitarra y un tamboril (por la caja)...este canto me parece heredado de los indígenas, porque lo he oído en una fiesta de indios en Copiapó, Chile...".
La testimonial y homofónica "vidala del altiplano" o aymará, se sitúa enfrente de la "chayera" o "chayera riojana" que ligado a las cosechas difuma un tono festivo y un mensaje alabancioso. En medio, la vidala santiagueña, refleja ambas tesituras y anexa rasgos propios, como la cualidad amable saludo (que espera contesto) y de acelerar el repique pal carnaval.-
Un derivado del zejel árabe.
El Liberal 1 de julio del 2003
Según Nicandro Pereyra, la vidala sería un derivado del zéjel árabe que ideara Muccadam Ben Muafa, el Ciego de Cabra, coetano del Emir Abdallah y de Abderraman II y su semejanza consiste en que ambas tienen mudanzas y estribillos.
Es una creación peculiar americana con antecesoras que guardan semejanzas: las glosas,
Y, si como afirma Menéndez Pidal, el zéjel es la forma arcaica de la glosa, sería innegable el origen árabe de la vidala.
Juan Alfonso Carrizo cita un zéjel del poeta gallego Pedro de Ponte que vivió en el siglo
XIII una e cuya estrofa dice: "¡En forte pont' eu fui nado/Señor por vos e por mi/ señor de corpo delgado/en forte pont' eu fui nado/ Que nunca perdí cuidado/ Nen afán, de que vos vi/ En forte pont'eu fui nado/ señor, por vos e por mí!
Como se puede observar, el estribillo se entremete en las estrofas formando una sola pieza con ellas, pues riman el primer verso con el tríptico monorrimo y el segundo con el cuarto.
La mudanza está constituída por una estrofa de 2 o más versos que pueden tener o no, medida uniforme.
Hay casos de vidalas con una sola mudanza, pero a menudo se organiza con varias estrofas que deben ser iguales entre si en cuanto a metro y acentuación.
La rima, así como el número de versos, el metro y el ritmo, es también la más bella manifestación de la libertad, afirma Nicandro Pereyra y cita a María A. Agüero que expresa: "Oh, voz libre, sin vaso, sin metro solo cabe en guitarras".
Por su parte Orestes Di Lullo sostiene que la vidala es una canción de Carnaval y que constituye lo que podríamos llamar el verdadero cancionero autóctono de Santiago del Estero.
De tres mil versos de vidalas que recopiló Di Lullo, solamente 44, señala Juan Alfonso Carrizo como de origen español.
La vidala y nuestros poetas
"Vidala" de Dalmiro Coronel Lugones
Honda tristeza norteña/ que estremece el quebrachal / de donde viene tu canto/de donde tu soledad/ que dolor de raza vieja/ que angustia de salitral/ viene golpeando en tus cajas/ cuando llega el carnaval.
Tus coplas cardón herido/ poesía amarga de sal/ urpilas tristeza que gimen/ en la sed del arenal/ tus cajas lunas redondas/ con voz de polvareda l/gargantas mustias sedientas/ roncas de tanto gritar.
Pena nochera del chango/ que en monte callará/ cuando al alba las estrellas / se desmayen de soñar/ todo el noroeste dolido/entre drama secular/ toda mi tierra en tu canto/ estremecido andará.
Vidala, grito del hombre/ herido en su desvelar/ queja que rompe el silencio/ del bosque y del llanural / porque eres triste si naces/ anunciando el carnaval/ porque lloran las trincheras/ cuando escuchan tu cantar.
Según Nicandro Pereyra, la vidala sería un derivado del zéjel árabe que ideara Muccadam Ben Muafa, el Ciego de Cabra, coetano del Emir Abdallah y de Abderraman II y su semejanza consiste en que ambas tienen mudanzas y estribillos.
Es una creación peculiar americana con antecesoras que guardan semejanzas: las glosas,
Y, si como afirma Menéndez Pidal, el zéjel es la forma arcaica de la glosa, sería innegable el origen árabe de la vidala.
Juan Alfonso Carrizo cita un zéjel del poeta gallego Pedro de Ponte que vivió en el siglo
XIII una e cuya estrofa dice: "¡En forte pont' eu fui nado/Señor por vos e por mi/ señor de corpo delgado/en forte pont' eu fui nado/ Que nunca perdí cuidado/ Nen afán, de que vos vi/ En forte pont'eu fui nado/ señor, por vos e por mí!
Como se puede observar, el estribillo se entremete en las estrofas formando una sola pieza con ellas, pues riman el primer verso con el tríptico monorrimo y el segundo con el cuarto.
La mudanza está constituída por una estrofa de 2 o más versos que pueden tener o no, medida uniforme.
Hay casos de vidalas con una sola mudanza, pero a menudo se organiza con varias estrofas que deben ser iguales entre si en cuanto a metro y acentuación.
La rima, así como el número de versos, el metro y el ritmo, es también la más bella manifestación de la libertad, afirma Nicandro Pereyra y cita a María A. Agüero que expresa: "Oh, voz libre, sin vaso, sin metro solo cabe en guitarras".
Por su parte Orestes Di Lullo sostiene que la vidala es una canción de Carnaval y que constituye lo que podríamos llamar el verdadero cancionero autóctono de Santiago del Estero.
De tres mil versos de vidalas que recopiló Di Lullo, solamente 44, señala Juan Alfonso Carrizo como de origen español.
La vidala y nuestros poetas
"Vidala" de Dalmiro Coronel Lugones
Honda tristeza norteña/ que estremece el quebrachal / de donde viene tu canto/de donde tu soledad/ que dolor de raza vieja/ que angustia de salitral/ viene golpeando en tus cajas/ cuando llega el carnaval.
Tus coplas cardón herido/ poesía amarga de sal/ urpilas tristeza que gimen/ en la sed del arenal/ tus cajas lunas redondas/ con voz de polvareda l/gargantas mustias sedientas/ roncas de tanto gritar.
Pena nochera del chango/ que en monte callará/ cuando al alba las estrellas / se desmayen de soñar/ todo el noroeste dolido/entre drama secular/ toda mi tierra en tu canto/ estremecido andará.
Vidala, grito del hombre/ herido en su desvelar/ queja que rompe el silencio/ del bosque y del llanural / porque eres triste si naces/ anunciando el carnaval/ porque lloran las trincheras/ cuando escuchan tu cantar.
"La caja" de Dardo del Valle Gómez
Redonda como un vientre/ en las nueve lunas/ la caja es el pájaro dolido/ del hombre que canta/ mientras el rescoldo del verano/ le cuece los pucus/ y la vida silenciosamente/ le trepa por las carnes.
La caja es su nostalgia/es su ayer, su hoy/ es su mañana/es su madre, su novia/ es también su hermano.
Es el pan que tantas veces/ le niega la jornada/ la caja tiene una hostia/ en cada cara/ para que golpeen los cantores/ que quieren comulgar con la vidala.
Versos de Carlos Schaeffer Gallo
"Con la caja aborígen en los cerros/ el tiempo está cantando tu alabanza/ el violín legendario de tu rio/ cuatro siglos enhebra en sus vidalas".
"Oyendo una vidala" De Marcos Figueroa
Se oye un aire triste/ cantan la vidala/ entre manos hábiles/ llora la guitarra/ y con sorda nota/ da el compás la caja.
Fue un hermoso tiempo/ cuando la escuchara/ por la vez primera/ una noche cálida/ mientras el silencio/ plácido reinaba.
Increíble queja/ honda y solitaria,/un candor plañía/ por la prenda amada/ queja sin consuelo/ de nativa traza porque se había perdido/ toda su esperanza.
Oh! el cantor venido/ de la selva intacta/ oloroso a flores/ de silvestres plantas/ tierna vidalita/ breve, humilde y casta/ del aroma íntimo/ como aquel que guarda/ junto a los caminos/ fresca flor de alava/ con tu ritmo ingenuo/ dejas añoranzas/ en la raza nueva/ por la muerta raza.
Tierra de leyendas/ tierra ardiente y llana/ madre santiagueña/ de fecunda savia/ llevan tus cantares/ miel, dolor y ansias/ cuando lo más hondo/ de tu entraña cantas.
Sigue el aire triste/ cantan la vidala/ entre manos hábiles/ llora la guitarra/ y con sorda nota/ da el compás la caja/ porque había perdido/ toda su esperanza.
"Romance a la vidala" de Alfonso Pocho Nassif
Himno agreste...trova errante/ médula del bosque inmenso/ tu queja es siempre la queja/ escondida en su secreto/ croquis vertical del pulso/ que a golpe dibuja versos/ el monte es solo el compás/ de la sangre y su recuerdo/ viene la voz de la estirpe/ en tiempo, noche y misterio/ voz del abierto a cuerdas/ surc o vital, sangre y cielo/ en la tierra enamorada/ que se alza en lamento y ruego/ sombra de un canto que llora/ alma de un rancho que es eco.
Saben del amor y el canto/ vibran de poemas y anhelos/ tum,tum,tum los llama adentro/ asi van los peregrinos/ viviendo adentro del pecho/ pulsando dos cueros hondos/ tras un fantasma andariego./ Y cuando el vino se canta/ al pie de algún sol moreno/ yo también voy por la noche/ por la emoción de mi pueblo./ Tenso temblor palpitante/ tanta queja, tanto sueño/ tum,tum,tum, como palpita/ tanto dolor en secreto./ Himno agreste...trova errante/ médula de un grito abierto/ llanto del norte sufrido/ sangre que mojará el cielo.
Santiago y su comarca embrujada. Atahualpa Yupanqui
"Soy de la tierra de los calores/ donde florecen hermosas flores/ soy santiagueño, bésame sol". Reza el hombre su vidala .La selva es su templo, el arenal, la sombra del algarrobo o el desierto. Pero ahí está el hombre santiagueño durante 4 siglos esperando la hora azul de la tarde para colgar el fantasma de la soledad en lo alto de una copla: "Cuando se calla la tarde, me pongo a mirar el sol. Si ella me quiere pobre no soy".
La caja es la luna llena de la vidala .El tum,tum de la caja no es la resonancia de un mero golpe, dado con el solo objeto de fijar un ritmo. Quizás lo sea para el forastero, para el que oye desde afuera, para el que no tiene miel de palo y un hondo grito desesperado diluidos en la sangre. El son de la caja contiene el jadeo sublimado de la tierra.
Cuando nace el misterio de la vidala, nace el salmo ungido por los fervores más puros del alma humana. El hombre está rodeado de todas las lejanías necesarias para el advenimiento del canto.
Al levantar la caja hasta la sien, al casi reclinar su cabeza, para escuchar el ´primer sonido wque ha de orientar el tono cabal de su melodía; al sentir que se anudan en su alma todos los caminos, al tener conciencia de que la selva esta junto a él, como un altar apretado de nidos, de viejos mensajes, de abuelos en sombra, al ver que asoma la luz de la primera palabra de la vidala, el hombre sabe ya que está a punto de cumplir con todos los dioses que manejan el aire, la arena, el árbol, la luz y la sangre de su tierra.
Entonces sí, ya puede cantar abiertamente su copla.
Salavina, Sunchio Corral, Campo Gallo o Atamisqui, Troncal, Añatuya, Real Sayana o La Banda, Sumampa, La Cañada o Monte Redondo...Por los 4 rumbos de "La Comarca Embrujada" ruedan los ecos del tamboril vidalero.
Nadie puede debilitar su sagrada quejumbre, porque ella no es solamente un hombre y su tambor, sino el hombre y su universo, la criatura humana, apretada de miedos, de anhelos y fervores ,de amor y de humildad, ayudándose con la luz de su canto para contemplar el misterio del mundo, su propio misterio.
La guitarra-jaguel de soledades- se abrazó con el hombre en la magia de la vidala. Y muchos viejos quichuistas, algunos ciegos, ofrecían en la sobretarde del salitral o de la selva el tímido lloro de los violines, tocando una vidala, sin más palabras que las que musita el alma arrodillada de quien reza su canto "soncko icumpi"(corazón adentro).
Vidalas para el amor y la amistad, para el carnaval y el regocijo abundan en el cantar popular santiagueño.
El solemne temor del hombre-niño. Ese imponderable que, como las espina de la penca, vuela apenitas y se clava en la arena y desde ese momento ya es otra penca, ya es planta. Y ahí se queda. Hasta la muerte -cuando no- tiene sus vidalas.
Y son distintas según la hora. Entre alabanzas y liturgias transcurren las etapas de un velorio en el monte o allá en Salavina. Pero cuando la noche está cumplida, cuando hacia el naciente el cielo ya no tiene estrellas y empiezan a desmayarse los azules de la madrugada, las ancianas rezadoras organizan el ritual de la vidala.
Una voz solista llevará la responsabilidad del canto
Redonda como un vientre/ en las nueve lunas/ la caja es el pájaro dolido/ del hombre que canta/ mientras el rescoldo del verano/ le cuece los pucus/ y la vida silenciosamente/ le trepa por las carnes.
La caja es su nostalgia/es su ayer, su hoy/ es su mañana/es su madre, su novia/ es también su hermano.
Es el pan que tantas veces/ le niega la jornada/ la caja tiene una hostia/ en cada cara/ para que golpeen los cantores/ que quieren comulgar con la vidala.
Versos de Carlos Schaeffer Gallo
"Con la caja aborígen en los cerros/ el tiempo está cantando tu alabanza/ el violín legendario de tu rio/ cuatro siglos enhebra en sus vidalas".
"Oyendo una vidala" De Marcos Figueroa
Se oye un aire triste/ cantan la vidala/ entre manos hábiles/ llora la guitarra/ y con sorda nota/ da el compás la caja.
Fue un hermoso tiempo/ cuando la escuchara/ por la vez primera/ una noche cálida/ mientras el silencio/ plácido reinaba.
Increíble queja/ honda y solitaria,/un candor plañía/ por la prenda amada/ queja sin consuelo/ de nativa traza porque se había perdido/ toda su esperanza.
Oh! el cantor venido/ de la selva intacta/ oloroso a flores/ de silvestres plantas/ tierna vidalita/ breve, humilde y casta/ del aroma íntimo/ como aquel que guarda/ junto a los caminos/ fresca flor de alava/ con tu ritmo ingenuo/ dejas añoranzas/ en la raza nueva/ por la muerta raza.
Tierra de leyendas/ tierra ardiente y llana/ madre santiagueña/ de fecunda savia/ llevan tus cantares/ miel, dolor y ansias/ cuando lo más hondo/ de tu entraña cantas.
Sigue el aire triste/ cantan la vidala/ entre manos hábiles/ llora la guitarra/ y con sorda nota/ da el compás la caja/ porque había perdido/ toda su esperanza.
"Romance a la vidala" de Alfonso Pocho Nassif
Himno agreste...trova errante/ médula del bosque inmenso/ tu queja es siempre la queja/ escondida en su secreto/ croquis vertical del pulso/ que a golpe dibuja versos/ el monte es solo el compás/ de la sangre y su recuerdo/ viene la voz de la estirpe/ en tiempo, noche y misterio/ voz del abierto a cuerdas/ surc o vital, sangre y cielo/ en la tierra enamorada/ que se alza en lamento y ruego/ sombra de un canto que llora/ alma de un rancho que es eco.
Saben del amor y el canto/ vibran de poemas y anhelos/ tum,tum,tum los llama adentro/ asi van los peregrinos/ viviendo adentro del pecho/ pulsando dos cueros hondos/ tras un fantasma andariego./ Y cuando el vino se canta/ al pie de algún sol moreno/ yo también voy por la noche/ por la emoción de mi pueblo./ Tenso temblor palpitante/ tanta queja, tanto sueño/ tum,tum,tum, como palpita/ tanto dolor en secreto./ Himno agreste...trova errante/ médula de un grito abierto/ llanto del norte sufrido/ sangre que mojará el cielo.
Santiago y su comarca embrujada. Atahualpa Yupanqui
"Soy de la tierra de los calores/ donde florecen hermosas flores/ soy santiagueño, bésame sol". Reza el hombre su vidala .La selva es su templo, el arenal, la sombra del algarrobo o el desierto. Pero ahí está el hombre santiagueño durante 4 siglos esperando la hora azul de la tarde para colgar el fantasma de la soledad en lo alto de una copla: "Cuando se calla la tarde, me pongo a mirar el sol. Si ella me quiere pobre no soy".
La caja es la luna llena de la vidala .El tum,tum de la caja no es la resonancia de un mero golpe, dado con el solo objeto de fijar un ritmo. Quizás lo sea para el forastero, para el que oye desde afuera, para el que no tiene miel de palo y un hondo grito desesperado diluidos en la sangre. El son de la caja contiene el jadeo sublimado de la tierra.
Cuando nace el misterio de la vidala, nace el salmo ungido por los fervores más puros del alma humana. El hombre está rodeado de todas las lejanías necesarias para el advenimiento del canto.
Al levantar la caja hasta la sien, al casi reclinar su cabeza, para escuchar el ´primer sonido wque ha de orientar el tono cabal de su melodía; al sentir que se anudan en su alma todos los caminos, al tener conciencia de que la selva esta junto a él, como un altar apretado de nidos, de viejos mensajes, de abuelos en sombra, al ver que asoma la luz de la primera palabra de la vidala, el hombre sabe ya que está a punto de cumplir con todos los dioses que manejan el aire, la arena, el árbol, la luz y la sangre de su tierra.
Entonces sí, ya puede cantar abiertamente su copla.
Salavina, Sunchio Corral, Campo Gallo o Atamisqui, Troncal, Añatuya, Real Sayana o La Banda, Sumampa, La Cañada o Monte Redondo...Por los 4 rumbos de "La Comarca Embrujada" ruedan los ecos del tamboril vidalero.
Nadie puede debilitar su sagrada quejumbre, porque ella no es solamente un hombre y su tambor, sino el hombre y su universo, la criatura humana, apretada de miedos, de anhelos y fervores ,de amor y de humildad, ayudándose con la luz de su canto para contemplar el misterio del mundo, su propio misterio.
La guitarra-jaguel de soledades- se abrazó con el hombre en la magia de la vidala. Y muchos viejos quichuistas, algunos ciegos, ofrecían en la sobretarde del salitral o de la selva el tímido lloro de los violines, tocando una vidala, sin más palabras que las que musita el alma arrodillada de quien reza su canto "soncko icumpi"(corazón adentro).
Vidalas para el amor y la amistad, para el carnaval y el regocijo abundan en el cantar popular santiagueño.
El solemne temor del hombre-niño. Ese imponderable que, como las espina de la penca, vuela apenitas y se clava en la arena y desde ese momento ya es otra penca, ya es planta. Y ahí se queda. Hasta la muerte -cuando no- tiene sus vidalas.
Y son distintas según la hora. Entre alabanzas y liturgias transcurren las etapas de un velorio en el monte o allá en Salavina. Pero cuando la noche está cumplida, cuando hacia el naciente el cielo ya no tiene estrellas y empiezan a desmayarse los azules de la madrugada, las ancianas rezadoras organizan el ritual de la vidala.
Una voz solista llevará la responsabilidad del canto
"El canto del viento" de Atahualpa Yupanqui - 1965.
Me está quemando en el pecho/ la copla de la vidala/ y ando solo por el monte/ no tengo bombo ni caja.
La vida es todo caminos/ todo arenal y distancia/ y esta copla ensimismando/ mi corazón con su brazo.
Allá por sobre los montesa/ la luna redonda pasa/ ay si pudiera ayudarme/ ay, si la luna bajara.
Si la tuviera en mis brazos/ tendría la mejor caja/ para tinkiarla despacito/ mientras suelto la vidala.
Para cantarle a Mailín/ as Añatuya y La Banda/ a Herrera, Suncho Corral/ a Salavina y Barrancas.
Y andar por todo Santiago/ con una luna por caja/ después perderme en el monte/ buscando la Salamanca.-
Encuentros de vidaleros y quichuistas en Fernández
El encuentro de Vidaleros, Quichuistas y Artesanos, se realiza anualmente en la ciudad de Fernández, organizado por el grupo Sapyman (desde las raíces).
La idea surgió de un grupo de inquietos maestros que estudiaban quichua en los cursos dictados por la Profesora Ilda Juárez de Paz.
Estos encuentros datan de 1998 y tenía como objetivo, nuclear a todas aquellas actividades relativas a la música, a la lengua quichua y a las artesanías.
Lo valioso de esta experiencia cultural es que se ha re significado la figura del cantor y la cantora popular de vidalas.
Siempre visitan esta celebración, investigadores de universidades, atraídos por un interés etnográfico.
Mauricio Cucien, alumno de Leda Valladares, acude en busca de recopilar vidalas escondidas que luego vuelca a sus alumnos en Buenos Aires en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Me está quemando en el pecho/ la copla de la vidala/ y ando solo por el monte/ no tengo bombo ni caja.
La vida es todo caminos/ todo arenal y distancia/ y esta copla ensimismando/ mi corazón con su brazo.
Allá por sobre los montesa/ la luna redonda pasa/ ay si pudiera ayudarme/ ay, si la luna bajara.
Si la tuviera en mis brazos/ tendría la mejor caja/ para tinkiarla despacito/ mientras suelto la vidala.
Para cantarle a Mailín/ as Añatuya y La Banda/ a Herrera, Suncho Corral/ a Salavina y Barrancas.
Y andar por todo Santiago/ con una luna por caja/ después perderme en el monte/ buscando la Salamanca.-
Encuentros de vidaleros y quichuistas en Fernández
El encuentro de Vidaleros, Quichuistas y Artesanos, se realiza anualmente en la ciudad de Fernández, organizado por el grupo Sapyman (desde las raíces).
La idea surgió de un grupo de inquietos maestros que estudiaban quichua en los cursos dictados por la Profesora Ilda Juárez de Paz.
Estos encuentros datan de 1998 y tenía como objetivo, nuclear a todas aquellas actividades relativas a la música, a la lengua quichua y a las artesanías.
Lo valioso de esta experiencia cultural es que se ha re significado la figura del cantor y la cantora popular de vidalas.
Siempre visitan esta celebración, investigadores de universidades, atraídos por un interés etnográfico.
Mauricio Cucien, alumno de Leda Valladares, acude en busca de recopilar vidalas escondidas que luego vuelca a sus alumnos en Buenos Aires en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Por Casilda Chazarreta para El Liberal, 31 de julio del 2016
"Vidala habla por mi"
En la Estación de trenes del Ferrocarril Mitre de Fernández, donde se realiza el clásico Encuentro de Vidaleros, hay una pintura con el lema del encuentro: "Vidala habla por mi", obra de la artista plástica porteña Ana Candioti: "Vidala habla por mí, dale una explicacion, dile lo que siente mi corazón, siento que la quiero, mas no la puedo olvidar, me hace sentir, me hace soñar y también recordar, vidala: habla por mí".
Vidaleros santiagueños
El santiagueño tiene como identidad la música y el paisaje de su terruño. Cuando designamos música, hablamos de la música propiamente dicha, canto, baile y ejecución; y cuando hablamos del paisaje, nos referimos del amor a su hábitat, costumbres, ritos, leyendas.
Y a estos símbolos los ama, defiende y protege permanentemente, donde se reconoce y reafirma su cultura.
Nuestra geografía santiagueña, ha parido, pare y seguirá pariendo cultores en todos los rincones de su mapa.
Hemos explorado en archivos y en memoriosos y, se ha recopilado numerosos vidaleros de nuestro pago.
No hay un orden cronológico en su nominación, como tampoco intérpretes exclusivos, pero es obvio de mencionarlos porque fueron autores, compositores y actores de este canto auténticamente santiagueño.
Citamos:
Juan Pedro "El Ruso" Aguero: vidalero, trovero, autor, compositor del barrio Las Cejas. Toda su familia fue vidalera; sus hermanos Néstor y René integraron el conjunto Los Tobas.
A su casa frecuentaban figuras notables del folclore como Atahalpa Yupanqui, los Hermanos Díaz, los Hermanos Abalos y muchos más. Falleció el 24 de octubre de 1968.-
Manuel Antonio Banegas: vidalero con caja de Tala Pozo, padre de los afamados Coco y Horacio.
Pedro Evaristo Díaz: autor y cantor de vidalas que lució en su reducto gastronómico y símbolo folclórico "El Rincón de los Artistas".-
Sixto Palavecino: oriundo de Barrancas que, junto a sus hijos Rubén, Haydeé y Carmen, fueron autores, compositores de vidalas cantadas en quichua.-
Los Morochos Santiagueños: del barrio Huaico Hondo; integraban: Leandro "Ovejita" Guzmán que ejecutaba la armónica y Leopoldo González Neirot, vidalero con caja. Este último, fue tío del afamado Froilán González y pionero en la construcción de bombos.La zamba "Pa Santiago me voy" de Morenito Suárez alude a Don Leopoldo: "...que me traigan algún bombo/ esos que hace Don González/ en el barrio de Huaico Hondo".-
Juana Rosa Neirot de Gonzalez y Ramón Rosa González: vidaleros santiagueños con caja. Doña Juana, cuidaba de niños a los hermanitos Abalos, es decir que, el exitoso conjunto tiene que haber abrevado de corta edad las vidalas.
Marcelo Raúl "Machaco" Ábalos: integrante de Los Hermanos Ábalos, fue el cantor de vidalas del conjunto.
Julio Domingo y Andrés Roberto Ayunta: vidaleros, compositores e integrantes del Alero Quichua Santiagueño.
Los hermanos Neirot: vidaleros de El Vinalar
Guillermo "Fatiga" Reynoso: vidalero, compositor y figura de Los Manseros Santiagueños.
Casilda Chazarreta: vidalera con caja, quichuista, difusora de nuestra cultura en Radio Nacional.
Los Basharos: músicos autodidactas oriundos de Pozo Grande a que caminaban 8 km. hasta Suncho Corral para hacer conocer su canto y lo integraban: Pepita La Ñaña vidalera con caja, Uki, Rafael y Adrián Leguizamón.
Dúo Suarez-Palomo: el más conocido dúo vidalero que ha dado Santiago a nivel nacional. Ejecutaban vidalas a 2 cajas, destempladas y canto a dúo. Eran casi perfectas sus interpretaciones que, Leda Valladares los invitó a un encuentro de vidaleros y bagualeros del norte argentino.-
Genibero Cáceres: vidalero sumameño que hacía contrapunto con Juan Orellana.
Nicolás Bravo: viejo poblador de Loreto, cantor de vidalas y estilos. Autor de "Pintu mayu sapi" y "La Ayunchera".
Martin Bravo "Gaucho Pobre": oriundo de Ventura Pampa, Villa Atamisqui, vidalero, coplero.-
Ángel Coronel: nació en 1876 en La Vuelta de la Barranca. Violinista y vidalero. Le dictó a Oreste Di Lullo más de 150 vidalas y trovas.
Los hermanos Ibáñez: famosos vidaleros bandeños que Pablo Raúl Trullenque los evoca en su escondido "Fiesta grande en Santiago".
Domingo Bravo: reivindicador del quichua santiagueño, investigador, catedrático, escritor, poeta, autor y cantor de vidalas.
Sebastián Barraza: vidalero bandeño.
Roberto Pajón: Vidalera con caja.
Pancha Gallardo: vidalera con caja.
Nelly Llorens: vidalera santiagueña con caja, madre de 12 hijos, 2 de ellos desaparecidos víctimas de la Dictadura.
Olga Bravo: vidalera, autora y compositora, esposa de "Fatiga" Reynoso. Nació en Rosario y criada en Atamisqui.
Julio Rodríguez Ledesma: vidalero atamisqueño, autor, compositor, escritor, conferencista, quichuista y difusor de nuestra cultura.
Ciríaco Contreras: vidalero quichuista salavinero.
Elpidio Herrera: autor, compositor, vidalero y luthier atamisqueño.
Luis Navarrete: vidalero nacido en Pampa Atun, Departamento San Martín el 25 de agosto de 1915, radicado en Estación Robles.
Pedro Miguel "Cala" Loto: vidalero, quichuista de Fernández, figura clave del Encuentro de Vidaleros de La Capital del Agro.
Albeto "Beto" Mansilla: Vidalero de Fernández, autor, compositor; Director de Cultura de esa ciudad y uno de los mentores del Encuentro de Vidaleros y Quichuistas. Líder del grupo La Greda.
Sapiman:(De nuestras raíces) agrupación que nació en 1996 en Fernández.
Corazón de madera: conjunto de Villa Salavina que estuvo integrada por Antuco Aguirre, Llamu Díaz, Mauro Díaz, Cirilo y Mario Aguirre.
Estanislao Barrera y Marcelo Coria: cantaban a dúo vidalas con caja en el viejo Loreto.
Hector Luján: vidalero de La Dormida que hacía dúo con su hija Norma y su hijo Arturo, según la ocasión.
Zenon Revainera: vidalero de Villa Atamisqui, que murió en el escenario de un festival interpretando una vidala.
Jesús y Francisco Gómez: vidaleros loretanos.
María y Antonia Sosa: vidaleras de Villa Atamisqui.
Rosario y Manuel Roldán Benavidez: notables vidaleros de Villa Atamisqui. Don Manuel es evocado en canciones y concurría habitualmente al grupo cultural La Brasa.
Domingo Revainera- Lastenia Castaño- Conrado Pérez- Miguel Urtubey- Emilio Peralta- Dionisio Escalada- Jerónimo Coronel- Bautista Carabajal- Juan Y Manuel Persalta: todos vidaleros atamisqueños.
Humbi Contreras- Llamu Diaz- Dolores "Niño" Coria: todos vidaleros con caja de Salavina.-
Antuco Aguirre Y Mauro Díaz: vidaleros violinistas salavineros.
Carlos Roldán: vidalero con bombo de Villa Salavina.
Los Fogoneros: conjunto santiagueño que integraron: José "Sori" Díaz, Guillermo Orellana y Carlos Orieta.
Duo Aleromanta: Guilli Orellana y Cristian Verduc, santiagueños.-
Dúo Quichuamanta: Marcelo Salvatierra y Cristian Ramón Verduc, santiagueños.-
A todos estos cultores, agregamos los siguientes: Fidel Fernández- Mauricio Navarrete- Maga Ledesma- Isidoro Sayago- Ciriaco Correa- Antu Ibáñez- Primitivo Guzmán- Ramiro Orellana- Darío Álvarez- Lucho Corvalán- Aldo Juárez- Titi Bustamante- Bernardina Sayago- Justo Pastor Cisneros- Las Cantoras Con Caja- Ramón Piri Leguizamón- Luis Pishquín Rodríguez. Valentín Pajón- Jose Marcelino Ruiz- Luis Antonio Jerez- Graciela Bravo.
"Vidala habla por mi"
En la Estación de trenes del Ferrocarril Mitre de Fernández, donde se realiza el clásico Encuentro de Vidaleros, hay una pintura con el lema del encuentro: "Vidala habla por mi", obra de la artista plástica porteña Ana Candioti: "Vidala habla por mí, dale una explicacion, dile lo que siente mi corazón, siento que la quiero, mas no la puedo olvidar, me hace sentir, me hace soñar y también recordar, vidala: habla por mí".
Vidaleros santiagueños
El santiagueño tiene como identidad la música y el paisaje de su terruño. Cuando designamos música, hablamos de la música propiamente dicha, canto, baile y ejecución; y cuando hablamos del paisaje, nos referimos del amor a su hábitat, costumbres, ritos, leyendas.
Y a estos símbolos los ama, defiende y protege permanentemente, donde se reconoce y reafirma su cultura.
Nuestra geografía santiagueña, ha parido, pare y seguirá pariendo cultores en todos los rincones de su mapa.
Hemos explorado en archivos y en memoriosos y, se ha recopilado numerosos vidaleros de nuestro pago.
No hay un orden cronológico en su nominación, como tampoco intérpretes exclusivos, pero es obvio de mencionarlos porque fueron autores, compositores y actores de este canto auténticamente santiagueño.
Citamos:
Juan Pedro "El Ruso" Aguero: vidalero, trovero, autor, compositor del barrio Las Cejas. Toda su familia fue vidalera; sus hermanos Néstor y René integraron el conjunto Los Tobas.
A su casa frecuentaban figuras notables del folclore como Atahalpa Yupanqui, los Hermanos Díaz, los Hermanos Abalos y muchos más. Falleció el 24 de octubre de 1968.-
Manuel Antonio Banegas: vidalero con caja de Tala Pozo, padre de los afamados Coco y Horacio.
Pedro Evaristo Díaz: autor y cantor de vidalas que lució en su reducto gastronómico y símbolo folclórico "El Rincón de los Artistas".-
Sixto Palavecino: oriundo de Barrancas que, junto a sus hijos Rubén, Haydeé y Carmen, fueron autores, compositores de vidalas cantadas en quichua.-
Los Morochos Santiagueños: del barrio Huaico Hondo; integraban: Leandro "Ovejita" Guzmán que ejecutaba la armónica y Leopoldo González Neirot, vidalero con caja. Este último, fue tío del afamado Froilán González y pionero en la construcción de bombos.La zamba "Pa Santiago me voy" de Morenito Suárez alude a Don Leopoldo: "...que me traigan algún bombo/ esos que hace Don González/ en el barrio de Huaico Hondo".-
Juana Rosa Neirot de Gonzalez y Ramón Rosa González: vidaleros santiagueños con caja. Doña Juana, cuidaba de niños a los hermanitos Abalos, es decir que, el exitoso conjunto tiene que haber abrevado de corta edad las vidalas.
Marcelo Raúl "Machaco" Ábalos: integrante de Los Hermanos Ábalos, fue el cantor de vidalas del conjunto.
Julio Domingo y Andrés Roberto Ayunta: vidaleros, compositores e integrantes del Alero Quichua Santiagueño.
Los hermanos Neirot: vidaleros de El Vinalar
Guillermo "Fatiga" Reynoso: vidalero, compositor y figura de Los Manseros Santiagueños.
Casilda Chazarreta: vidalera con caja, quichuista, difusora de nuestra cultura en Radio Nacional.
Los Basharos: músicos autodidactas oriundos de Pozo Grande a que caminaban 8 km. hasta Suncho Corral para hacer conocer su canto y lo integraban: Pepita La Ñaña vidalera con caja, Uki, Rafael y Adrián Leguizamón.
Dúo Suarez-Palomo: el más conocido dúo vidalero que ha dado Santiago a nivel nacional. Ejecutaban vidalas a 2 cajas, destempladas y canto a dúo. Eran casi perfectas sus interpretaciones que, Leda Valladares los invitó a un encuentro de vidaleros y bagualeros del norte argentino.-
Genibero Cáceres: vidalero sumameño que hacía contrapunto con Juan Orellana.
Nicolás Bravo: viejo poblador de Loreto, cantor de vidalas y estilos. Autor de "Pintu mayu sapi" y "La Ayunchera".
Martin Bravo "Gaucho Pobre": oriundo de Ventura Pampa, Villa Atamisqui, vidalero, coplero.-
Ángel Coronel: nació en 1876 en La Vuelta de la Barranca. Violinista y vidalero. Le dictó a Oreste Di Lullo más de 150 vidalas y trovas.
Los hermanos Ibáñez: famosos vidaleros bandeños que Pablo Raúl Trullenque los evoca en su escondido "Fiesta grande en Santiago".
Domingo Bravo: reivindicador del quichua santiagueño, investigador, catedrático, escritor, poeta, autor y cantor de vidalas.
Sebastián Barraza: vidalero bandeño.
Roberto Pajón: Vidalera con caja.
Pancha Gallardo: vidalera con caja.
Nelly Llorens: vidalera santiagueña con caja, madre de 12 hijos, 2 de ellos desaparecidos víctimas de la Dictadura.
Olga Bravo: vidalera, autora y compositora, esposa de "Fatiga" Reynoso. Nació en Rosario y criada en Atamisqui.
Julio Rodríguez Ledesma: vidalero atamisqueño, autor, compositor, escritor, conferencista, quichuista y difusor de nuestra cultura.
Ciríaco Contreras: vidalero quichuista salavinero.
Elpidio Herrera: autor, compositor, vidalero y luthier atamisqueño.
Luis Navarrete: vidalero nacido en Pampa Atun, Departamento San Martín el 25 de agosto de 1915, radicado en Estación Robles.
Pedro Miguel "Cala" Loto: vidalero, quichuista de Fernández, figura clave del Encuentro de Vidaleros de La Capital del Agro.
Albeto "Beto" Mansilla: Vidalero de Fernández, autor, compositor; Director de Cultura de esa ciudad y uno de los mentores del Encuentro de Vidaleros y Quichuistas. Líder del grupo La Greda.
Sapiman:(De nuestras raíces) agrupación que nació en 1996 en Fernández.
Corazón de madera: conjunto de Villa Salavina que estuvo integrada por Antuco Aguirre, Llamu Díaz, Mauro Díaz, Cirilo y Mario Aguirre.
Estanislao Barrera y Marcelo Coria: cantaban a dúo vidalas con caja en el viejo Loreto.
Hector Luján: vidalero de La Dormida que hacía dúo con su hija Norma y su hijo Arturo, según la ocasión.
Zenon Revainera: vidalero de Villa Atamisqui, que murió en el escenario de un festival interpretando una vidala.
Jesús y Francisco Gómez: vidaleros loretanos.
María y Antonia Sosa: vidaleras de Villa Atamisqui.
Rosario y Manuel Roldán Benavidez: notables vidaleros de Villa Atamisqui. Don Manuel es evocado en canciones y concurría habitualmente al grupo cultural La Brasa.
Domingo Revainera- Lastenia Castaño- Conrado Pérez- Miguel Urtubey- Emilio Peralta- Dionisio Escalada- Jerónimo Coronel- Bautista Carabajal- Juan Y Manuel Persalta: todos vidaleros atamisqueños.
Humbi Contreras- Llamu Diaz- Dolores "Niño" Coria: todos vidaleros con caja de Salavina.-
Antuco Aguirre Y Mauro Díaz: vidaleros violinistas salavineros.
Carlos Roldán: vidalero con bombo de Villa Salavina.
Los Fogoneros: conjunto santiagueño que integraron: José "Sori" Díaz, Guillermo Orellana y Carlos Orieta.
Duo Aleromanta: Guilli Orellana y Cristian Verduc, santiagueños.-
Dúo Quichuamanta: Marcelo Salvatierra y Cristian Ramón Verduc, santiagueños.-
A todos estos cultores, agregamos los siguientes: Fidel Fernández- Mauricio Navarrete- Maga Ledesma- Isidoro Sayago- Ciriaco Correa- Antu Ibáñez- Primitivo Guzmán- Ramiro Orellana- Darío Álvarez- Lucho Corvalán- Aldo Juárez- Titi Bustamante- Bernardina Sayago- Justo Pastor Cisneros- Las Cantoras Con Caja- Ramón Piri Leguizamón- Luis Pishquín Rodríguez. Valentín Pajón- Jose Marcelino Ruiz- Luis Antonio Jerez- Graciela Bravo.
Ramírez de Velasco®
Muy buen compendio de comentarios y descripciones sobre la Vidala y lo que su métrica intenta transmitir. Uno de los que más ha estudiado los orígenes de la vidala es el investigador musicólogo Oscar Augusto Berengan, autor del libro "La Canción Criolla Argentina, Antecedentes y Evolución", quién además ha estudiado en detalle la obra de don Atahualpa Yupanqui. Berengan comentó en este blog cuando se publicó un artículo sobre Don Ata el 4 de Febrero.
ResponderEliminarSu tesis doctoral, justamente fue sobre la vidala (él la llama "el Blue Santiagueño") y su hipótesis es que deriva del canto religioso, introducido por las cuatro órdenes religiosas que evangelizaron Santiago del Estero. Por "canto religioso" se refiere al cancionero para el día de Animas (2 de noviembre, velorios, velorio del angelito, trisagios, alabanzas, etc.).
En una charla que tuve con Osvaldo Augusto, me comentaba que una de las más bellas formas musicales americanas (y aclara que dice “bellas” para no extenderse en ponderaciones), es la Vidala. Él considera que “hasta los mismos santiagueños, precisamente, encarnizados -a veces- con la chacarera, no le dan la importancia que merece”. También menciona que “la hondura de su poesía, simple en apariencias y su música, apoyada en una percusión despojada y exacta, le parece -de comienzo- algo original”.
Menciona también que hay grabaciones del español Andrés Segovia; con una melodía y un tempo musical que traen reminiscencias de la Vidala, con lo que él propone que su origen es de la Andalucía morisca.
Oscar Augusto tiene una página a donde se lo puede contactar para profundizar en estos temas.