Roberto Sánchez Ocampo, Sandro |
El 4 de enero del 2010 muere Sandro, cantante, actor e intérprete especializado en canción melódica, rock and roll, balada romántica y pop
El 4 de enero del 2010 murió Roberto Sánchez Ocampo, Sandro. Fue cantante, actor e intérprete especializado en canción melódica, rock and roll, balada romántica y pop. Había nacido en el barrio porteño de Boedo, el 19 de agosto de 1945.
El apodo "El Gitano" tiene un origen fascinante que refleja tanto su herencia cultural como su carácter artístico. Tenía ascendencia gitana por parte de su padre, algo que él mismo reveló con orgullo en diversas entrevistas. Este linaje no solo influyó en su identidad, sino también en la manera en que construyó su figura pública y artística. La cultura gitana, con su rica tradición musical y su estilo de vida nómada, inspiró en Sandro un espíritu apasionado y melancólico que se convirtió en un sello distintivo de su obra.
Rosa, Rosa
Su estilo, especialmente en sus baladas románticas, evocaba una sensibilidad y un dramatismo que resonaban con las emociones intensas características de la música gitana. Sus interpretaciones a menudo incluían movimientos de manos y expresiones faciales que recordaban al flamenco, un arte profundamente enraizado en la tradición gitana. Asimismo, sus letras hablaban de amor, desamor y libertad, temas universales que conectan con la esencia del pueblo gitano. Además de su ascendencia, adoptó conscientemente elementos de la estética gitana en su vestimenta y en su imagen artística. Sus trajes ajustados, camisas abiertas y cuellos eran evocadores de una sensualidad y un misticismo que lo hicieron inconfundible. Esto le permitió construir un personaje carismático y único, que no solo conquistó a sus seguidores, sino que también desafió las convenciones sociales de la época.
En la década de 1960, inició su carrera como cantante de rock, liderando bandas como "Los de Fuego". Fue uno de los primeros artistas en interpretar rock and roll en español, adaptando el sonido anglosajón a un estilo hispanoamericano. Sin embargo, fue con la balada romántica que alcanzó la cima de la fama. Canciones como Rosa, Rosa, Porque yo te amo y Penumbras lo catapultaron a la inmortalidad, convirtiéndolo en un símbolo del amor apasionado y el romanticismo.
Su éxito no solo se limitó a Argentina. Sus giras internacionales lo llevaron a países como México, España y Estados Unidos, donde fue reconocido como un precursor de la balada romántica moderna. Su conexión con la comunidad gitana y su apodo trascendieron fronteras, convirtiéndolo en un ícono que resonaba con diversas culturas.
También tuvo una relación cercana con su público, al que cariñosamente llamaba "mis nenas". Este fue vínculo tan fuerte que sus fanáticos lo acompañaron hasta sus últimos días, demostrando una devoción inquebrantable hacia su figura.
A pesar de su éxito, enfrentó numerosas dificultades a lo largo de su vida. Su adicción al tabaco le provocó graves problemas de salud, incluyendo un enfisema pulmonar que lo afectó durante gran parte de su carrera. Aun así, continuó presentándose en vivo y grabando música, demostrando una resiliencia y una pasión inigualables por su arte.
En sus últimos años, Sandro se sometió a un doble trasplante de corazón y pulmones en el 2009, un procedimiento que le dio esperanza tanto a él como a sus seguidores. Sin embargo, las complicaciones postoperatorias lo llevaron a su caída el 4 de enero de 2010, a los 64 años. Su partida dejó un vacío en la música argentina, pero su historia sigue viva.
Fue más que un cantante: fue un fenómeno cultural que supo conectar con la gente a través de su autenticidad y su pasión. Su herencia gitana, combinada con su talento y carisma, le permitió trascender las barreras del tiempo y el espacio. Hoy, su música continúa siendo celebrada por nuevas generaciones, mientras que su figura permanece como un símbolo de libertad y romanticismo.
La influencia que dejó en la música y la cultura popular argentina es incalculable. Su vida y obra son un testimonio del poder de la música para expresar lo más profundo del alma humana, y su legado sigue inspirando a artistas y fanáticos.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
Y surgió una gran cantidad de imitadores, que participaban en concursos de televisión, como si fuese una versión local de Elvis Presley. También hubo imitadores, disimulados o sin disimulo, en otros países, algunos con un poco de éxito.
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