El hijo de la Vicepresidente |
Cuando a uno lo eligen diputado nacional o senador por alguna provincia, la primera vez al menos, anda perdido en Buenos Aires
A veces los padres hacen —hacemos— bromas pesadas a los hijos, nada grave. Es como si quisiéramos dejar una marca en sus recuerdos para cuando ya no estemos, y en ese afán se nos va un poco la mano, o no. Máximo Kirchner contó en una entrevista que su padre, Néstor, si lo veía jugando con soldaditos, al pasar se los pateaba y debía acomodarlos de nuevo. Como se ve, nada grave.
Hubiera pasado como una anécdota más, un minuto para contarla, palo y a la bolsa, si no fuera porque un día, el periodista del diario La Nación, Pablo Sirvén, no tenía de qué escribir e hizo toda una historia con ella. La tituló: “Máximo y el trauma no resuelto de un juego infantil”. Luego, en la bajada se pregunta si incide eso en su forma de hacer política.Dicen por ahí que se trata de una “sobre interpretación” de los hechos, puede ser. Pero se parece más a una enfermedad patológica que obliga a los periodistas de La Nación y Clarín, a hablar todos los días de los Kirchner. Como si no hubiera en el ancho mundo de la política nacional, que se cuece a pocas cuadras de la redacción de esos periódicos, nada más que los Kirchner como tema de análisis.Cuando a uno lo eligen diputado nacional o senador por alguna provincia, la primera vez al menos, anda perdido en Buenos Aires. Dicen que le lleva al menos dos años entender cómo funciona la cosa y recién empieza el tiempo de hacerse valer, mostrar sus proyectos y hacerlos triunfar. Entre todos los legisladores nacionales, muchas veces son electas personas con muchas cualidades: en sus provincias fueron eficientes funcionarios, empresarios exitosos, profesionales dedicados, dirigentes de fuste.
Algunos diputados o senadores de las provincias, llevan al Congreso ideas más que interesantes, distintas de las que se cuecen en Buenos Aires o al menos superadoras de la realidad. Algunos son tan o más leídos que sus pares más conocidos y más de uno, en un mano a mano con los consagrados, es posible que les gane una discusión.
Pero ninguno merece la atención de los diarios grandes de Buenos Aires, los ignoran, quizás por una falla de la oficina de prensa de los legisladores, si es que la tienen, o tal vez porque los redactores de los grandes medios porteños tienen la fijación continua del monotema: Cristina Fernández a toda hora.
La realidad política argentina tiene mil aristas para tocar, ochenta millones de vericuetos de los que un buen periodista puede tomarse para escribir un buen análisis político de sábado o domingo. Los lectores agradecerían que se hable de asuntos mucho más prácticos que los juguetitos de Máximo Kirchner cuando era chico.
Tal vez garpe hablar de Cristina Kirchner y aquello que la rodea, aunque sea en el amplio, pero necesariamente acotado universo de quienes la odian. Hay otro mundo esperando ser descubierto y puede ser más interesante que hablar todo el día de la Vicepresidente y tres o cuatro personajes más de la política argentina.
Si no quieren entrevistar a políticos de las provincias, podrían hacerlo con grandes pensadores porteños, profesores de filosofía, ingenieros, escritores, dirigentes de barrios, bailarines, kiosqueros, que por ahí tienen una idea distinta de lo que se hace o se debería hacer en la política. En una de esas hallan gente valiosa, deseosa de dar a conocer sus ideas, pero a la que nadie nunca se acercó con el afán de preguntarle.
Todos los días los periódicos argentinos pierden lectores, en un vaciamiento constante contra el que nada pueden hacer. La Nación halló un lugarcito en el cable para competir en la tele con Los Simpson o Canal 26. Dejó de ser el señero diario argentino que todos los días daba lecciones de periodismo, para convertirse en el tacho de basura en el que dos o tres periodistas, obsedidos por el odio a Cristina, dan rienda suelta a su imaginación.
Voy terminando la nota, la comento a un amigo, que me avisa: “Ojo, puede ser también que se trate de una línea editorial para desgastarla con el constante comentario negativo”. Pero, si es así, entonces estamos en un grave problema, el de un periódico que se quiere suicidar hablando pestes de alguien. O hay alguien en el directorio que necesita un psicólogo de manera urgente.
Debieran probar, en los dos diarios de circulación masiva en Buenos Aires, porque a Santiago, al menos en papel ya no llegan, con hacer la gimnasia de no nombrar a Cristina Fernández al menos por un día, luego, al día siguiente volver a hacerse la misma promesa, al día siguiente lo mismo, tal como acostumbran los adictos.
Así como vuelven invisibles a tantos valiosos legisladores que envían las provincias cada dos años, es posible que también desintegren en la ignorancia a la Vicepresidente, a quien aborrecen con tanta saña como para ocuparse de los soldaditos pateados del hijo.
En serio, ¿no tienen otro asunto de qué ocuparse?
Ya está, po.
©Juan Manuel Aragón
Vilmer, 1 de noviembre del 2022
Muy bueno y cierto 👍 es tal cual.
ResponderEliminarUna política que se aleja del pueblo
Y cambio de valores. Un placer leerte amigo
Arq Maria lopez ramos
Y lo mismo con los periodistas del canal de televisión de La Nación. A excepción de Pagni, todos los demás están obsesionados con los Kirchner.
ResponderEliminarCon el mayor respeto, es una ingenuidad decir "que los periodistas de Clarín y La Nación están obsesionados con la Kirchner..." NOOOOOOOOO...! POR FAVOR.....NO HAY OBSESION...! HAY ORDENES ....! AMIGO Aragón, Ud. lo sabe , Magnetto y Cía quieren destruir el kirchnerismo, ellos no van a caer aunque no vendan porque son dueños de un montón de negocios asociados...hasta pool de siembra tienen...Te podría nombrar la lista de sicarios que a su vez son replicados por El Liberal...vos lo sabes...bueno, bueno la nota es buena como casi todas, pero dudo que realmente creas en la obsesión de los muchachos...al que no escriba así lo hecha a patadas en salva sea la parte !! Creo les pagan muy bien, amén de su vocación genuina de auténticos hijos de p......Viva el cuento de los amores perros!! ( Esto es pa q sepas quién soy)
ResponderEliminar