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PROGRES Perfecto discurso

¿Compartiendo riqueza?

Cómo hablar frente a un público que adhiere a los postulados de la modernidad: qué palabras y frases no deben faltar


Cómo encarar una alocución de características progresistas, aunque se tenga poco para decir, y no salir dañado del intento. A continuación, van algunas frases y palabras que no deben faltar so pena de pasar por un retrógrado y tirabombas pasado de moda.
“Sustentable y sostenible”, “empatía”, “contención”, “inclusión” son palabras que no deben faltar en cualquier discurso, entre el “señoras y señores” y el “eso es todo”, no importa de lo que se hable, un proyecto de paz para Ucrania y Rusia, el cultivo de rabanitos, qué hacer con los fósforos usados, lo que sea.
Sin esas expresiones su perorata tendrá menos peso específico que el punto final de esta nota. Si el orador no sabe qué quieren decir, no importa, es lo de menos, a nadie le importará, pero todos saldrán reconfortados porque han oído un discurso ecológico, referido al medio ambiente, con referencia a la huella de carbono & coso.
Lo mismo en una tomada con los changos a la orilla de la cancha, después de un partido de fútbol o en un sarao en la embajada de París, siempre que pueda diga: “Estoy muy preocupado por la tala indiscriminada de bosques en el Brasil”. La frase mejorará aún más, si en vez de Brasil dice “Amazonía”, que es como la nombramos los que estamos preocupados por la ecología, la muerte de las ballenas, el derretimiento de los polos y todo ese sarasa, sarasa, sarasa.
En su idioma no debe faltar la palabra “imperio” para referirse a Estados Unidos y “hermanos socialistas” para hablar del gobierno de Cuba. Por favor, no olvide el lenguaje de género y cada dos o tres frases encajar las palabras “poplín”, “seda”, “sarga”, “algodón” y “poliéster”, entre otras que jamás deben faltar (ah, ¿el lenguaje de género no es eso?, disculpe, mi alocución era en la otra sala).
La “otredad” suele funcionar como una palanca que haga ver que usted ha leído modernos pensadores como Jacques Derrida, Giorgio Agamben o Jean Baudrillard. Si puede nómbrelos con confianza, atribúyales lo que sea, total muy pocos han leído sus libros, al menos por estos pagos. Una buena frase puede empezar diciendo: “La otredad y la mismidad para la pensadora francesa Catherine Malabou es…” y después diga lo que quiera. Si alguno la guglea, verá que sí existe, pero cuando sepan que la nombraba al tuntún, sólo para darse dique de léido y escribido, usted estará muy lejos.
No olvide de echar todas las culpas de lo que sucede al “sistema de creencias impuesto a la fuerza por la Iglesia Católica”. No falla, aunque sea un párrafo marginal de su discurso, es posible que coseche algún aplauso o, al menos, una sonrisa complacida de gran parte del público, que sabrá que está en el lugar correcto.

Leer también aquí: por qué nos gusta tanto hablar en un idioma que no es el nuestro; qué significan exactamente algunos términos que usamos todos los días

Permítase de vez en cuando un insulto progre, califique de “psicópata” a cualquiera, como si a todos los que no están de su lado les importara muy poco el dolor que causan cuando hacen daño al prójimo. Perdón, tache la palabra prójimo, es muy católica como para usarla en un discurso en el que se tratará, por dar un caso, el espinoso asunto de cómo fabricar una economía naturista, que ignore las reglas y leyes del mercado y ponga su eje en el otro y no en el propio beneficio (con techito por si llueve).
Y los clásicos, ¿no?, en vez de escuela diga “establecimiento educacional”, en vez de abogado “letrado”, en vez de médico “profesional del arte de curar”, en vez de agua “líquido elemento” o “elemento hídrico”, en vez de Buenos Aires “Caba”, en vez de pobre “persona en situación de carencia elemental”, en vez de hambre “desnutrición”, en vez de policía “agente del orden”, en vez de casa “unidad habitacional”, en vez de árbol “especie arbórea”, en vez de motocicleta “motovehículo”, en vez de mujer “individuo del sexo femenino”, en de telefonito “instrumento comunicacional portable”, en vez de barrio “complejo habitacional”, en vez de pedrada “piedrazo”, en vez de apriete “aprete”. Y todas las demás que usted bien conoce.
Eso es todo, amigo.
©Juan Manuel Aragón
A 11 de octubre del 2023, en el esquinero del Guapo. Verguiando en un carro


Comentarios

  1. De diez, Juan Manuel. Si le agregas "Equidad",, "diversidad", e "inclusividad", ya el artículo se vuelve un manual para el perfecto postmodernista políticamente correcto.

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  2. Jaaja Muyyy bueno Juan, me encantooo este art!!

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