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BOSQUE Luna de plástico

La Radiosol

Qué sucede cuando un buen día se camina por lo que antes era un ambiente natural y se ha convertido en algo artificial

Esa mañana que salí a caminar por una finca cercana, recordé la nochecita en que una fila de sapos se apiñaba contra la pared de la casa buscando algo para comer. Entre galletitas Criollitas con picadillo en lata, mi abuelo se acordó de que, si por un acto de magia se mataba a todos los sapos del mundo, los insectos taparían el sol hasta que el día se hiciera de noche.
Mi abuela dijo que también había otros animales que comían insectos. Como los murciélagos, algunos pájaros, las gallinas. También supe que los animales más grandes se comían a los más chicos y a los más débiles y esos débiles se comían a otros más pequeños, esos a su vez a otros más diminutos y así hasta llegar a los microbios, que comían a todos, incluidos los más grandes y vuelta a empezar.
Esa vez, sentado en la sillita azul que luego fue pasando a mis hermanos menores, me quise percatar, aunque oscuramente de que el caos del bosque cercano, en realidad era un orden: los desechos de un animal o una planta le servían a otro: el zorro que se moría abonaba la tierra con sus huesos, el resto era comido por los bichos que gustan de las osamentas. Y todos actuaban de cierta y determinada manera como defensa y ataque. Hasta la humilde acatanca, el elusivo ututu, el molesto mosquito, el suave pilpinto, la negra charata, tenían su función propia e ineludible.
Mi abuela recordó esa noche en que las estrellas se derrumbaban sobre el pago, la ley de Antonio Lavoisier: “Nada se gana, nada se pierde, todo se transforma”, principio físico de conservación de la energía que, para este caso venía como anillo al dedo. Pero estos recuerdos eran del mundo de antes de todos los antes, cuando todavía quedaban vestigios de aquella vida que suponíamos que no cambiaría jamás.
Pocos años más tarde, pasaron las topadoras en grandes carretones y fuimos a ver cómo tumbaban el bosque maravilloso con unas cadenas atadas entre ellas, con inmensos eslabones con los que podrían haber tirado abajo una casa bien construida si querían. Los gringos que las manejaban anunciaron que dentro de poco el mundo moderno llegaría al pago y dijeron que no debíamos temer al progreso, que se venían tiempos mejores, que ya veríamos lo que sucedería cuando llegaran la electricidad, la televisión, el gas.
Hubo conchabos para la despalada, que es sacar los palos que quedan luego de que pasan la topadora y las cadenas, pero cuando esa tarea acabó no hubo trabajo para nadie más. Y el bosque que antes habitaban millones de animalitos y plantas de todo porte, se transformó en humo de aire de recuerdos viejos.

Leer más: qué sucede cuando alguien ceba mate, acompañado con chipacos, pero hechos con margarina y sin chicharrón

Se terminaron los senderos de vacas y cabras, las plantas de algarrobo negro, las balas de abejas, las cáscaras de víboras que solíamos hallar, el quenti, las urpilas, los nidos de pequeñas ramitas que tan prolijamente construían las aves, el camino que iba al pueblo, curva contracurva y guayacán, el viejo esquinero de un alambrado que se había ido desgajando con el tiempo, el rastro de chanchos del monte, el desprolijo y gutural canto de las chuñas. Para qué seguir contando, nada quedó en pie.
Mientras paseaba por la orilla de aquel mar verde de soja, en prolijas hileras verdes que tocaban el infinito, me acordé de mi abuelo, de mi abuela, de la sillita azul y de la lámpara “Radiosol” que atraía los bichos, que a su vez llamaban a los sapos. En el bosquecito que habían dejado de muestra no cantaba una sola ave. Pronto pasaría el mosquito fumigador borrando la persistencia de la naturaleza ante los productos químicos que intentaban volverla nada.
Una luna menguante brillaba en el cielo del pago aquel que alguna vez había sido nuestro. Quizás fuera de plástico.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. La soja transgénica ni siquiera permite que se asienten los pájaros. Le pusieron algo que los repele. Hay un silencio de muerte en esos cultivos. Solo se escucha el crepitar de la hierba que crece para hacer los dólares que harán más rico a su dueño y pagarán las deudas del Estado.

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  2. La sociedad tiene que entender que todo en la vida son intercambios que nos ponen en la disyuntiva de decidir entre medidas que son beneficiosas pero que al mismo tiempo implican un perjuicio, . Y que es muy difícil determinar cuál debe ser el balance adecuado entre ambos. Mirar esos fenómenos con ojos de ciudadano nostálgico dificulta el poder emitir un juicio justo sobre cuál debería ser ese balance.
    El hambre y desnutrición mundial se ha reducido de 45% a 12% en los últimos 50 años, gracias al aumento de la producción de alimentos y a la tecnología de fertilizantes, transgénicos y pesticidas. Y volvió a subir un poco desde el 2020 debido a las lamentables medidas de encierro por la inventada pandemia, que fundió a millones de empresas y dejó sin trabajo a otros millones de personas. Esas medidas ya han matado a casi el doble de las víctimas de COVID.
    Que alguien le explique a una madre con hijos hambrientos que se le tienen que morir porque hay que eliminar sembrados y producir solo orgánicos para cuidar el ambiente y porque en la ciudad hay demasiados gordos.
    Los avances en la producción y en la alimentación han contribuido a sacar de la.pobreza a millones de personas y también están haciendo posible que los países desarrollados reduzcan las supeficies sembradas y puedan reforestar.
    Y todo ese esfuerzo y desarrollo genera riqueza y los que arriesgan se vuelven millonarios. Es parte de la ecuación, y no creo conveniente recurrir al resentimiento para juzgar ese aspecto.

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  3. Crei que iba a hacer hoy un comentario descarnado de los otros postulantes a la presidencia de la nación. Juancho?

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  4. Excelente post. Una detallada descripción de lo que se perdió detrás del "progreso". Un "detalle" más de la larga lista de los resultados de las malas políticas implementadas por pésimos gobernantes desde hace décadas. Así está el medio ambiente, y por eso se viene lo que se viene

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  5. Q triste es ver q el único extraterrestre es el hombre,destruye,extermina y daña todo a su paso

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  6. Muy buen resumen de nuestra actualidad, Juan.
    El Mercado se preocupa que los Mercaderes obtengan sus ganancias.

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