Indios |
En muy poco tiempo los indios progresaron mil años con tres simples adelantos que llegaron de Europa
Tres inventos trajeron los españoles a América, que la hicieron adelantar al menos mil años en muy poco tiempo. La siempre útil escritura, la fundamental rueda y el básico anzuelo, que los modernistas de siempre confunden con espejitos de colores.Imaginad vosotros, queridos lectores, lo que podrían haber hecho los mayas si hubieran sabido desplegar sus conocimientos en algún escrito, América habría estado repleta de pirámides escalonadas, de Alaska a Tierra del Fuego y la arquitectura, la ingeniería, las matemáticas habrían sido, a la llegada del hombre blanco, ciencias y prácticas monumentales.Es cierto que esas construcciones colosales tenían funciones rituales más que nada, para usarse como escenario de los asesinatos que practicaban sus sacerdotes, extirpando el corazón a las víctimas… mientras vivían. Pero es un detalle. Quizás si no eran descubiertos por España en 1492, para este tiempo los indios ya habrían dejado de comerse unos a otros porque sí nomás, porque eran enemigos o porque era la forma más fácil de proveerse de proteínas.
Algunos aseguran que el imperio inca llegaba hasta Santiago del Estero. Bien por los incas. Su cultura no se desplegó con fuerza porque debía llegar, necesariamente, a lomo de llamas o traído en la espalda por los propios indios. ¿Se imaginan a Santiago hablando quichua desde mucho antes del arribo de los españoles si llegaban a conocer la rueda para llegar más rápido a cualquier parte? Es posible que hubieran construido un carrito para ser llevado por las llamas, en vez de ponerle una alforja en el lomo. Lo cierto es que una cultura que no conoce la rueda está cerca de la barbarie que llama al “comeos los unos a los otros” y a años luz de la computadora y el internet, digamos.
Y el espejito llamado anzuelo, que los indios no conocían. Oiga, la comida estaba ahí, en los ríos, nadando tranquila sin que la molesten, porque quienes podían pescarla usaban unos métodos por demás ineficientes para sacarla: una especie de lanza que debían tirar todo el día para sacar un triste bagre, unas redes que dejaban pasar todo. Con el anzuelo, cualquier indio daba de comer a su familia todos los días, sentado tranquilo, a la orilla del agua, como quien mirar la correntada. Cuando llegaba un español, lógico, le pedía que le entregue uno de esos espejitos y a cambio le daba oro, pongalé. Pero el oro no se comía y con el espejito/anzuelo, tenía cómo llevar el almuerzo a su casa.
Ahora imaginaos, amigos, lo que hubiera sucedido si en vez de Colón era un inglés el primero en llegar a América. Hoy íbamos a ser como Canadá o Estados Unidos, ¡sí señor! Pero, espere un momento, no íbamos a estar nosotros, porque nos hubieran pasado a degüello uno por uno, como lo hicieron con los nativos en América del Norte.
Ahí son ricos, fuertes, eficientes, desarrollados, pero la mayoría son rubios, blancos, lindos, descendientes de ingleses. También hay muchos negros, los que sobrevivieron a las penosas situaciones de hambre, maltrato y odio con que los sometieron en sus plantaciones de algodón hasta bien entrado el siglo XX.
Ah, ¿usted dice que después se arrepintieron de haber tratado tan mal a los indios?, sí, pero los siguieron segregando, mandándolos a unas “reservaciones” en que los encerraron de manera cruel e ignominiosa. En cuando a los negros recién en tiempos de John Kennedy los dejaron sentarse al lado de los blancos en los ómnibus o asistir a las mismas escuelas o universidades.
A Santiago al menos, las primeras mujeres españolas llegaron un siglo después de fundada la ciudad. Los changos aquí se casaban con las indias, tenían hijos, los hacían cristianos, eran familia y así se trataban. Allá en el Norte de América, qué horror, era casi un pecado. Los ingleses masacraron a pueblos enteros reduciendo a muchos de ellos a un puñado de sobrevivientes a los que después, por las dudas, maltrataron durante varios siglos (hasta bien entrado el siglo XX, en la cultura del cine norteamericano los malos siempre eran los indios y los soldados blancos y linditos, obviamente los buenos).
Dentro de unos días hemos de festejar en América el Día de la Raza, instituido durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen, líder de un partido político argentino que, en sus dos vertientes principales, radicales y justicialistas, figura como prócer casi indiscutido. Desde Santiago, ese día muchos lo recordarán a él, a Cristóbal Colón (que llegó a América porque la reina Isabel de Castilla lo ayudó, aunque no con sus joyas porque ya las había empeñado para la Reconquista de España), y a todo el resto, que forjó la identidad americana que hoy se sufre, se goza, se tolera y se saborea en la América al sur del Río Bravo. Si para usted es un día de luto y llanto, por favor, no haga el intento de comer a su vecino, puede ir preso.
Juan Manuel Aragón
A 26 de septiembre del 2024, en Urutaú. Juntando pocotos.
Ramírez de Velasco®
siempre me haces reir...... en serio, jajajjajajakajja
ResponderEliminarTengo algo que objetar: Hay que dejar tranquilos a los pocotos.
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ResponderEliminarConsidero que los fundamentos propuestos por el artículo como base comparativa de los impacto que tuvo la colonización europea en América del Norte y Sur no hacen justicia a la realidad y están descontextualizados en gran medida.
En primer lugar, al tiempo de la llegada de los colonos ingleses (cuya motivación era la de iniciar una nueva vida y profesar su fe fuera de la imposición anglicana de de Enrique VIII y no la de conquistar tierras, obtener títulos reales, conseguir todas las riquezas posibles y regresar a Europa como nobles con poder y fama), ya había en el sur de USA colonias españolas y francesas haciendo de las suyas en lo que hoy son, en su mayoría, los territorios menos desarrollados de ese país....curiosamente.
En segundo lugar, la esclavitud, que ha sido una práctica común y hasta necesaria por toda la historia de la humanidad, era practicada por los indígenas americanos de todo el continente y difundida por la colonia española también por todo el continente. No creerá el autor que los miles de toneladas de plata extraidas del cerro Potosí fueron a costa de españoles arremangándose y cavando. Además fue abolida en USA antes que en centro y Sudamérica.
En cuanto al trato a los indígenas, no parece haberles ido muy bien a los de la patagonia durante la conquista del desierto....no tan desierto. Allí no quedaron ni para reservaciones. Por otro lado, las reservaciones fueron el resultado de querer ciertas tribus mantenernos estilo de vida y cultura, como perdedores de una posterior colonización de todo el territorio americano, algo que es tan antiguo como la humanidad misma y que se practicó hasta hace 300 años en el occidente y sigue practicándose en muchos lugares de África y el oriente.
Para tocar el tema de los resultados de las colonizaciones es necesario hilar bastante más fino, y amerita artículos dedicados que manejen todas las variables con más sofisticación. Es un tema apasionante y vale la pena considerarlo.
Finalmente.....los adelantos tecnológicos que las propias colonias del norte pasaron a las etnias locales (desde elementos de labranza en 1600 hasta celulares en el presente), fueron de su provecho y beneficio mucho antes que los indígenas de nuestros pagos.