Ir al contenido principal

CUENTO Entre dos pancitos

La Señora Gallina y la Señora Zorra

De lo que sucedió en el monte cuando la Señora Zorra se hizo amiga de la Señora Gallina y el Señor Zorro del Señor Gallo

En el bosque de antes, mejor dicho, el de antes de enantes, los animales se llevaban bien, no había problemas entre ellos, todos desayunaban, almorzaban merendaban y cenaban pastito. Cuando el león se cruzaba con la corzuela se saludaban muy bien y si el uturunco veía una perdiz, pasaba de largo. Todos comían yuyos, alfa, mistol, esas cosas.
El hombre no tallaba ahí, Adán estaba del otro lado del mundo, en el Jardín del Edén, alegre por andar todo el día desnudo junto a Eva su mujer, también comiendo frutas: banana, peras, arvejas y otros vegetales. De vez en cuando iba el Viejo a visitarlos, jugaba un rato con ellos, los dejaba contentos y se mandaba a mudar.
Todo estaba bien en la selva santiagueña, los grandes animales hasta trataban de no pisar las filas de hormigas, dejándolas trabajar tranquilas y los gavilanes no andaban davueltando por los nidos de catitas para pillar una. Vea usté, cuando pasaba cerca se saludaban y seguía cada uno en lo suyo.
Un buen día, la señora Gallina se topó con la señora Zorra en el mercado Armonía. No se conocían, pero se pusieron a hablar de las cosas que se conversa en esos lugares, lo cara que está la vida, los precios que suben, los comerciantes que se abusan, bueno. Y se cayeron tan bien, que se hicieron amigas. Iban juntas al mercado, a la peluquería y por las tardes se reunían para tomar mate con chipaco.
En el Jardín del Edén todo estaba bien, ¿no?, pero de repente Eva, la varona de Adán, se empezó a mostrar distinta, como rara, molesta. Al principio a Adán no le llamó la atención, aunque no entendía qué pasaba: “Tiene todo lo que quiere al alcance de la mano, estoy perdidamente enamorado de ella, cuando queremos sombra tenemos sombra, si queremos estar al sol, vamos al sol, el clima es agradable”, pensaba.
En lo profundo de la selva santiagueña, un día la Señora Gallina decidió que ya era tiempo de salir a pasear un sábado a la noche con la Señora Zorra, así que acordaron toparse en un bar de la Roca para tomar unas birras y comer un lomito. Llevaron a sus respectivos maridos, que no se conocían, pero enseguida se llevaron bien, eso que el Señor Zorro era de Central Córdoba y el señor Gallo, de Mitre. Desde esa noche se hicieron inseparables, iban los cuatro juntos a misa, a los casamientos, a cenar y hasta salían de vacaciones las dos parejas y sus hijos.


Un buen día Adán descubrió que Eva lloraba desconsoladamente. “¿Qué te pasa?”, le preguntaba él, ella le decía: “Nada”, como suelen hacer las mujeres cuando les sucede algo. Estuvo así varios días, hasta que una tarde le confesó que quería comer Aquello. Él se horrorizó: “¿Acaso no sabes que es imposible?”, le dijo. Ella le respondió que eso les había dicho el Viejo, pero qué sabía ese, además no se iba a dar cuenta, había mucho de Aquello por todas partes. Él volvió a decirle que no se podía, pero ella insistía. Pelearon hasta tarde, fue la primera vez que se durmieron enojados.

Al día siguiente, fueron a la parte del Jardín en que creía Aquello, entonces Adán cortó uno y se lo dio a ella, después él también comió. Era muy sabroso, aunque al final tenía un regusto medio amargo. Después volvieron a la casa y les pasó algo muy curioso, empezaron a sentir vergüenza de estar desnudos. No querían que el otro les viera las partes. Al día siguiente el Viejo fue a visitarlos y de entrada no los halló. “¿Por qué se esconden?”, les preguntó. Adán y Eva estaban ocultos detrás de unas plantas y le dijeron que no querían que los viera sin ropa, porque les daba vergüenza. “No será que han comido Aquello, ¿no?”, los atacó. Y ellos confesaron que sí. Entonces el Viejo, los expulsó del Jardín del Edén, chau.
Endemientras, al otro lado del mundo, era de siestita y era invierno y las dos parejas habían ido al Dulce a pescar en la costanera. Los hombres sostenían las cañas, las mujeres conversaban cerca y, de cuando en cuando en cuando les traían unos mates. De repente se levantó un viento medio raro, al Zorro y a la Zorra les dio hambre y se comieron al Señor Gallo y a la Señora Gallina respectivamente. Fue rápido y no se arrepintieron. Cuando enfilaban por la Alsina para volver a la casa, se dieron cuenta de que todo había cambiado, el león perseguía a la corzuela, el quetuví degustaba gusanitos y el uturunco los andaba buscando a ellos para almorzarlos entre dos pancitos.
El Señor Zorro y el Señor Gallo pescando
El silencio que los envolvía se hizo denso, y los sonidos familiares del bosque, aquellos que siempre habían acompañado sus caminatas, eran ahora un eco distante y desconcertante. Al cruzar un claro del monte, vieron cómo el león acechaba a la corzuela. Por un instante, el mundo se detuvo. La corzuela, alerta, logró escapar, pero el brillo en los ojos del león dejó en claro que ya nada sería igual. Los zorros intercambiaron una mirada furtiva, ambos conscientes de que habían cruzado un umbral por el que jamás volverían sus pasos.
Siguieron caminando hacia sus cuevas, pero las miradas que antes eran de confianza y camaradería entre los animales habían cambiado. Ahora, en los ojos de cada criatura, y hasta los de ellos mismos, había un brillo extraño, una chispa sugería pensamientos que ninguno estaba dispuesto a reconocer. Incluso el aire parecía distinto, como si el monte mismo estuviera observando, guardando el desenlace de esta nueva vida.
Esa noche Adán y Eva miraron el cielo nocturno con desconcierto. Habían salido del Jardín del Edén y, al hacerlo, habían descubierto lo que había más allá: un mundo extenso y vibrante, pero también lleno de sombras y de desafíos que no habían imaginado. Envueltos en pieles de animales para cubrir su desnudez, reflexionaban sobre lo perdido, quejándose por el castigo recibido, pues el Viejo se había vengado. El sabor de Aquello aún estaba en sus labios, dulce y amargo a la vez, como una verdad que no puede deshacerse.
El monte santiagueño recuperaba su forma, su ritmo y su misterio. Los días continuaron llegando con su luz y las noches con su oscuridad. Sin embargo, algo intangible había cambiado. Ahora el zorro perseguía al gallo, el gavilán rondaba los nidos de las catitas para desayunarse con ellas, y el uturunco ​​acechaba desde las sombras con hambre insaciable.
Los ciclos de vida y muerte se habían establecido, y aunque nadie hablaba de lo que había ocurrido en la costanera, todos sabían que el equilibrio antiguo había quedado atrás para siempre.
Si al final la vida siguió su curso, en los pliegues del tiempo y en los rincones del monte, quedaba el eco de lo que alguna vez fue un mundo diferente, un mundo en que todo podría haber sido de otra manera.
El bosque santiagueño guarda el secreto, no como una advertencia, ni como un lamento, sino como una recordación de que, a veces, el cambio llega sin avisar, y lo único que queda es seguir adelante, porque el tiempo no espera.
Te pasa por encima.
Juan Manuel Aragón
A 3 de diciembre del 2024, en la Santa Fe. Mirando por el balcón.
Ramírez de Velasco

Comentarios

  1. A VECES CONVERSO CON MIS PERROS....Y TENGO MIEDO DE QUE ME CONTESTEN

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

¡URGENTE! Se agravó la salud de Musha

Musha y Alfredo Peláez, autor de esta nota Está internado desde hace un tiempo, ya iba a salir de alta, pero su estado desmejoró Por Alfredo Peláez “Fredy” En las últimas ahora se agravó la salud de "Musha" Carabajal, que desde hace tiempo lucha con una penosa enfermedad. Hacía tiempo que estaba internado y estaba próximo al alta, pero lamentablemente hubo un retroceso en su salud. Hace poco había sido separado del conjunto Los Carabajal, precisamente por su salud, lo que provocó indignación entre los seguidores del afamado grupo. Su hermano Kali posteó en las redes: " Hola amigos, los invito a unirnos en oración, para rogar a nuestro señor Jesucristo y a nuestra madre Virgen María por la salud de mi hermano Mario "Musha" Carabajal. Los abrazo con el corazón a todos". Mario Carabajal, apodado “Musha”, nacido en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero, es miembro de la legendaria familia con apellido icónico en la música. Durante su carrera compartió con...

EXCLUSIVO Kali, el que faltaba hablar

Kali Carabajal La voz que faltaba para completar la historia de los Carabajal dijo su verdad en una entrevista que brindó al corresponsal en Mar del Plata Alfredo Peláez, Fredy En el periodismo aprendí a moverme con cautela. A no ir más allá de lo que la circunstancia merece, y no pasar jamás sobre los otros. Nobleza obliga. No podía darle voz al querido amigo Musha y silenciar al otro querido hermano de la vida, Kali, el eterno Carabajal, como alguna vez supe bautizarlo. es el más antiguo del grupo, de la época del mítico Agustín, el fundador. Ya estaba en el baile y no quedaba otra que bailar. Con más dudas que certezas lo llamé a Kali. Al teléfono me respondió: —Hola hermano querido. A vos no te puedo mentir. Musha, mi querido hermano, no se portó bien con el grupo. Mas que Mario, su esposa Miriam. Después de actuar en Cosquín, fuimos a Recreo, Musha ya estaba enfermo y no viajó. Al retornar le dimos su parte. Como correspondía. Como por su enfermedad no podía hablar, nos comunicamo...

RELIGIÓN Por qué la masonería no es una inocente asociación

Masones (imagen de ilustración) A veces se debe recordar conceptos simples que están en la base de una creencia, pues hay gente que deliberada o inadvertidamente los olvida o los ignora Para quien crea que no hay nada malo en la masonería, que muchos próceres fueron sus afiliados, cabe hacer una lista de los presidentes y vice que fueron masones o hermanos tres puntos, como también los llaman. Presidentes, Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento (presidente de 1868 a1874 que renunció a la masonería antes de asumir, porque era incompatible con el juramento católico que debía formular y que en ese tiempo era obligatorio), Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen y Agustín Pedro Justo. Vicepresidentes argentinos afiliados a la masonería fueron Salvador María del Carril, Juan Esteban Pedernera, Marcos Pa...

1998 AGENDA PROVINCIAL Tragedia

El Tabycast El 10 de abril de 1998, se desata una tragedia en un departamento del TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató a la niña, se tiró por el balcón y murió El 10 de abril de 1998, se desató una tragedia en un departamento del edificio TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató de dos disparos la niña y se tiró por el balcón, muriendo casi al instante. A las 8 y 10 de la noche, Diego José Zaín, que tenía 24 años, llegó al departamento en que la joven, Ana Lugones Castiglione, de 19 años, vivía con la hija de ambos, Dolores de 4, y su abuela Carmen Garay. Estaban separados, su abuela no estaba en Santiago y una amiga que debía visitarla a esa hora, se había demorado. La niña había nacido el 8 de marzo de 1995 y el padre la llevó de vuelta al departamento del cuarto piso del TabyCast, frente a la plaza Libertad. Cuando Zaín tocó el portero eléctrico, la joven sintió miedo, porque él ya la había amenazado y en ese moment...

PELIGRO Los musulmanes invaden en cualquier momento

Cena de ruptura del ayuno islámico en un templo católico de Bruselas La moda del islam también llegará a Santiago y se irá imponiendo de a poco, como lo hizo en Europa para tapar a las mujeres de la cabeza a los pies Llegará la moda del islam también a Santiago, más temprano que tarde, pongalé la firma y apueste lo que quiera, porque así será. En cualquier momento se verán por la Avellaneda, la Libertad, la Tucumán, mujeres tapadas de la cabeza a los pies, cubiertas completamente, porque así lo manda el Profeta. No será de golpe, primero serán esos pañuelos que dejan solamente el rostro al descubierto y los vestidos hasta el suelo. Luego, de a poquito, seguirán cubriendo todo el cuerpo, hasta dejar solamente una rejilla en los ojos. Se los dejará hacer, total, qué mal puede provocar una mujer con todo el cuerpo cubierto. Además, aquí hay libertad para que cada uno se vista como quiera, ¿no? Aquí se ha hecho un culto de la libertad que tiene cada uno de profesar la religión que más le g...