Mujeres saudíes |
Se hacen los de no saber de violaciones, torturas, castigos, muerte, discriminación a mujeres y malos tratos a trabajadores extranjeros
Otra vez el fútbol se olvidará de la tortura, los castigos corporales, la pena de muerte y la discriminación sistemática hacia las mujeres y los trabajadores migrantes de Arabia Saudita, cuando la pelota comience a correr por el verde césped de sus estadios, en la que es considerada la fiesta más linda del mundo, exactamente dentro de diez años.Millones de aficionados al redondo mundo de la pelota de fútbol, en algunos casos militantes extremos de los derechos humanos, se harán los estúpidos, al menos durante el tiempo que dure la Copa Mundial de Arabia Saudita, que aún no tiene una fecha segura del 2034.El gobierno saudí viene justificando sistemáticamente su violencia en nombre de la sharía y sus “tradiciones legales”, a la vez que la comunidad internacional, con organizaciones como Amnistía Internacional, denuncian las violaciones a las libertades personales y a la integridad corporal y exigiendo reformas para garantizar el respeto de por los derechos fundamentales de la gente en aquel reino.
Pero, ya se sabe, el fútbol es otra cosa, ¿no?, un deporte que fomenta la igualdad entre los hombres, el juego en el que nunca está garantizado el resultado, la dinámica de lo impensado, la diversión más allá de la política y algunas otras palabras grandilocuentes que se reservan para describir una actividad cuyos integrantes pueden hacer rodar la pelota, incluso sobre decenas de miles de cadáveres, sólo porque su trabajo es sudar una camiseta y nada más.
Es fútbol, no política, ¿entiende?
Y al fútbol no le importan los gobiernos, los parlamentos, los congresos, los presidentes, los reyes, los diputados, los senadores. Ni cuantos muertos tengan en su conciencia. Allá ellos con sus desquicios, con sus derechos, con sus leyes, pareciera que dice el “Mundo Fútbol”, nosotros solamente nos ponemos pantalones cortitos y nos divertimos jugando a la pelota.
¿Sólo los futbolistas son futbolistas?
No amigo, también juegan los dirigentes, (directores, presidentes de clubes, miembros de diversos comités ejecutivos) los representantes, las ligas, los directores técnicos, los preparadores físicos, los hinchas (barras bravas, hooligans, ultras, torcida, fanaticada o comoquiera que los llamen en el mundo) las empresas auspiciantes, los asesores, los simpatizantes, y las botineras.
Eso es el llamado “Mundo fútbol” y cada tanto, uno que otro periodista recuerda que tiene sus “códigos propios”, que ahí no valen las leyes que se idearon para mantener la convivencia armónica o para morigerar los efectos de la interferencia intersubjetiva en la sociedad. Es una órbita aparte, un universo separado del resto, un espacio sin límites ni tiempo, apartado del resto y con características que son únicas, valen en todo el mundo y no están escritas, no figuran como corpus legal, en ninguna parte.
En un infinito tal, es posible pasar por encima del asco mundial que ocasionan las actitudes de la familia Saúd para con sus propios ciudadanos—si es que los consideran tales—para organizar un campeonato de selecciones nacionales a orillas de sus famosas arenas. Y de su petróleo, si se va a decir todo.
Las solícitas agencias de viaje, aconsejarán prudencia a los viajeros al Campeonato Mundial de Fútbol de Arabia Saudita del año 2034, entre sus recomendaciones figurarán no llevar camisetas con la estrella de David, tampoco crucifijos o con inscripciones cristianas, vestir recatadamente a las mujeres, no persignarse, no preguntar dónde quedan los templos católicos y si va con amigos de su mismo sexo, dejar bien en claro que no son homosexuales.
Todo aquello que se exige a algunos países para ser considerados parte del primer mundo, aceptados y considerados civilizados, allí está suspendido en la nube de gases nauseabundos en que los países centrales colocan a sus mejores sirvientes. Porque, ¡vamos!, el petróleo de Arabia Saudita es el elemento que mueve sus economías.
Y no va a ser el fútbol, justamente, el que vaya a aguar la fiesta de países como Estados Unidos, que, además de sus intereses tiene importantes puestos militares en Arabia Saudita, como Eskan Village Compound y la base aérea Príncipe Sultán, en la ciudad cerrada de Al Kharj (acérquese y sabrá lo que es morir de un certero balazo).
Nosotros nos ponemos los pantalones cortitos, zapatillas y con eso y una pelota somos felices, dicen los jugadores con una inocencia que, a esta altura del tiempo de descuento, nadie se cree. Porque todos sabían de antemano lo que sucedía durante el Mundial del 78 y en el de Qatar en el 2022. Pero muy pocos abrieron la boca, salvo el holandés Johan Cruyff, y el alemán Paul Breitner, que se negaron a jugar el de la Argentina, por las violaciones a los derechos de la gente, el resto jugó feliz y tranquilo. En el de Qatar no se levantó una sola voz del Universo de la Redonda para protestar por la situación de las mujeres, los trabajadores migrantes, los cristianos, los judíos, los homosexuales.
Ni unita.
Ellos ponen cara de nada, dicen: “De eso no sabemos nada”. Y juegan, se divierten, ganan millones de dólares por sonreír a las cámaras. Son una ínfima parte de la mayor explotación deportiva del mundo, manejados por leyes extraterritoriales, que están por encima de repúblicas, señoríos, regímenes, administraciones, autoridades, monarquías, estados, imperios, dictaduras, jurisdicciones, mandos, gobiernos. Mire si se van a afligir por los argentinos torturados en cárceles clandestinas o por trabajadores extranjeros apaleados en el desierto qatarí, tratados peor que camellos, galgos o mujeres o porque en Arabia Saudita no se preocuparán por cambiar el trato a los disidentes a raíz de la llegada del Campeonato Mundial de Fútbol.
Haga el favor, ¿quiere?
Juan Manuel Aragón
A 19 de diciembre del 2024, en la cancha de Piquito. Tirando un pase.
Ramírez de Velasco®
Y no va a ser el fútbol, justamente, el que vaya a aguar la fiesta de países como Estados Unidos, que, además de sus intereses tiene importantes puestos militares en Arabia Saudita, como Eskan Village Compound y la base aérea Príncipe Sultán, en la ciudad cerrada de Al Kharj (acérquese y sabrá lo que es morir de un certero balazo).
Nosotros nos ponemos los pantalones cortitos, zapatillas y con eso y una pelota somos felices, dicen los jugadores con una inocencia que, a esta altura del tiempo de descuento, nadie se cree. Porque todos sabían de antemano lo que sucedía durante el Mundial del 78 y en el de Qatar en el 2022. Pero muy pocos abrieron la boca, salvo el holandés Johan Cruyff, y el alemán Paul Breitner, que se negaron a jugar el de la Argentina, por las violaciones a los derechos de la gente, el resto jugó feliz y tranquilo. En el de Qatar no se levantó una sola voz del Universo de la Redonda para protestar por la situación de las mujeres, los trabajadores migrantes, los cristianos, los judíos, los homosexuales.
Ni unita.
Ellos ponen cara de nada, dicen: “De eso no sabemos nada”. Y juegan, se divierten, ganan millones de dólares por sonreír a las cámaras. Son una ínfima parte de la mayor explotación deportiva del mundo, manejados por leyes extraterritoriales, que están por encima de repúblicas, señoríos, regímenes, administraciones, autoridades, monarquías, estados, imperios, dictaduras, jurisdicciones, mandos, gobiernos. Mire si se van a afligir por los argentinos torturados en cárceles clandestinas o por trabajadores extranjeros apaleados en el desierto qatarí, tratados peor que camellos, galgos o mujeres o porque en Arabia Saudita no se preocuparán por cambiar el trato a los disidentes a raíz de la llegada del Campeonato Mundial de Fútbol.
Haga el favor, ¿quiere?
Juan Manuel Aragón
A 19 de diciembre del 2024, en la cancha de Piquito. Tirando un pase.
Ramírez de Velasco®
Todos lavan sus miserias con otros sistemas que no tratan bien a las mujeres,en Argentina no se destaca nadie en especial en el buen trato hacia las muejeres,hasta presidentes "fajadores hay".No es cuestion de tratar de cambiar otras culturas a nuestro placer,empecemos por casa......como la Caridad
ResponderEliminarEl futbol? es popular porque la estupidez es popular
ResponderEliminarFutbol? es el mayor crimen contra la humanidad inventado por los inlgeses
Vení a Tribunales, ...vas a pedir por favor el velo para las mujeres....te vuelven loco...no se si los cotur no tienen razón...
ResponderEliminar¿que? tienen bigotes ? y la voz aguardientosa,como de wisky barato? y ventanas entre los dientes?,me pareces que hablas para el culo como loro de inodoro
EliminarExcelente artículo, desde mi punto de vista. Describe la cruda realidad en torno al fútbol internacional y los intereses que hacen mirar para otro lado cuando se violan todos los valores morales del occidente.
ResponderEliminarSe puede argumentar que son su cultura, sus costumbres, su religión y sus valores, y que por ende hay que aceptar que sean distintos a los de occidente. Pero el punto del artículo es precisamente que occidente no tiene por qué validar o condonar esas costumbres y prácticas participando en el evento deportivo.
Horacio,la paja en el ojo ajeno,tienes a la vera de tu hermoso Rio Dulce un Estadio de futbol que costo a tus comprovincianos la bonita suma de!!! 1000.000.000 de dolares ¡¡¡¡,no tienes que ir al lejano oriente para validar nada¡¡,ni vanagloriarte de tus o nuestras como quieras costumbres occidentales,que no son muy diferentes a la de los salvajes orientales.(ademas tu apellido es arabe ,puestos que ellos leian de derecha a izquierda por lo tanto te llamás Horacio Arrabi(mas arabe que el turbante y el camello)
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