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1992 ALMANAQUE MUNDIAL Pravda

Pravda

El 13 de marzo de 1992 deja de salir el diario Pravda, la voz de la revolución de la clase trabajadora de la Unión Soviética

El 13 de marzo de 1992, dejó de salir el diario "Pravda" (Verdad, en ruso). la voz estruendosa de la revolución de la clase trabajadora de Rusia durante más de tres cuartos de siglo, suspendió su publicación nacional debido a que la marcha del país hacia el capitalismo lo ha sumido profundamente en deudas, dijo su editor.
Sacudido por las fuerzas del mercado que durante mucho tiempo fueron su anatema ideológico, el antiguo órgano del Partido Comunista soviético se vio obligado a cerrar, dijo Gennady Seleznev, el editor en jefe. Acusó al gobierno del presidente ruso Boris Yeltsin de aprovechar los problemas de flujo de caja de Pravda para silenciar una publicación crítica.
"Es un cierre político, usando un pretexto económico", acusó el editor durante una entrevista.
Uno de los periódicos más conocidos del mundo, Pravda, como prácticamente todas las publicaciones rusas, fue duramente golpeado por el rápido aumento de los costos del papel de periódico y las comunicaciones, mientras sigue atado a tarifas de suscripción que cuestan a los lectores el equivalente a unos centavos al año.
Pravda, que ahora pretende llevar una línea política "centrista" e independiente, acumuló una deuda de 20 millones de rublos (unos 200.000 dólares). Una carta de la casa editorial Pressa informó a Seleznev que las prensas no volverían a rodar hasta que se pagara la deuda, dijo el editor.
Seleznev acusó directamente al gobierno ruso, y especialmente al viceprimer ministro Yegor Gaidar, de no hacer nada para poner en marcha un decreto de Boris Yeltsin que implantaba exenciones fiscales por miles de millones de rublos para la prensa rusa.
"No creo que sea una coincidencia que hayamos recibido esta noticia en vísperas del 17 de marzo, cuando las fuerzas pro-soviéticas planean un congreso en Moscú", dijo Seleznev. "Ahora, nuestro periódico no podrá informar sobre estos acontecimientos".
Una de las últimas voces con poder dentro del socialismo mundial terminó callándose simplemente porque no había quién la quisiera oir, sometida a unas reglas y leyes de las que abjura, las del mercado, que le dieron la espalda.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

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