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MASSOT Repetidor de letanías monocordes

Vicente Massot

Pasó de las filas de un pensamiento a las de su contrario para convertirse en el repetidor de las palabras hueras, las consignas vacías de los canales del régimen


Desde que dejó el nacionalismo para convertirse, ahora sí, en un liberal convencido, Vicente Massot, otrora un pensador profundo, cuyas notas editoriales y comentarios rezumaban inteligencia, enjundia, profundas convicciones, se convirtió en un comentarista anodino, inofensivo, un repetidor de las consignas que propalan —letanía monocorde —los canales de televisión y las radios del régimen.
Ya no es Dios, ni siquiera la Patria o la Tradición lo que justifica o está detrás de sus pobres comentarios, sino, mire usté, el liberalismo del pobre Juan Santiago Rousseau. Sin salirse del libreto, porque es pecado, describe el momento actual de la Argentina con las frías palabras que retratan el drama prefabricado los canales del diario La Nación, Clarín, TN, radio Mitre y los demás aplaudidores del actual sistema.
Pasó de apoyar el gobierno de Mauricio Macri a mostrarse favorable al de Milei, como si fueran lo mismo. Y, salvo por el odio que sienten quienes lo sustentan en el poder por todo lo que huela a lo que llaman populismo, el ex Presidente y el actual no tienen nada
que ver y es posible que dentro de unas semanas ni siquiera se puedan ver, tirria mediante.
Cualquiera se cansa o se harta del peronismo, del radicalismo, del socialismo, del nacionalismo y hasta abjura de sus antiguas creencias. Casos se han dado de pensadores que evolucionaron en sus ideas, fueron cambiando progresivamente y al cabo de un tiempo sus canoas los dejaron amarrados en la otra orilla. El caso más paradigmático sería Leopoldo Lugones, que recorrió gran parte del espinel del pensamiento posible en aquellos tiempos en la Argentina. Pero, por Dios, lo peor que puede hacer cualquiera, es pasarse a los buques enemigos al día siguiente de arriar la bandera de una nave insignia de este lado del combate.
En este último caso, el paradigma era Bernardo Neustadt, que pasó en muy poco tiempo, de peronista convencido, a proxeneta del liberalismo más rancio de la Argentina. Pero cuanto Neustadt lo hizo, era joven y llegó tan lejos, que hasta se dio el lujo de instalar a Alfonsín como el candidato más potable para los votantes del 83 y luego se convirtió en chupamedias, olfa y gustoso caficho de las ideas del menemismo más acérrimo.
También se volvió comentarista personal y alter ego de Carlos Menem y principal divulgador de las pobres ideas que dejaba caer el riojano sobre la cabeza de los argentinos. Adecentaba un poco ideas como la convertibilidad o el regalo que hizo la Argentina de sus viejas joyas, vestía con un traje no tan chabacano actos deplorables del gobierno y les daba una forma más comprensible como para que las entendieran en las unidades básicas, los peronistas del barrio, Los Cacho, los Lito, los Juanca. La mersada, digamos.
Este no llega a tanto, su pasado lo condena, según el pensamiento políticamente correcto y craquelé del presente. Empero algunos medios alternativos, cada tanto, le dan cabida para que repita las consignas hueras del anarco—liberalismo. Entusiasmado como está, con su nuevo traje de ´mileísta´, ni siquiera se da cuenta del contrasentido intrínseco de los términos. Si por esas casualidades algún conocido lee estas líneas, bien haría en recomendarle el “Diccionario Político” de Aníbal D´Angelo Rodríguez, así se entera bien qué significan anarquismo, liberalismo, ilustración, democracia y otros términos.
Chicanas aparte, cada vez que aparece una nota suya en cualquier medio, todavía hoy muchos nacionalistas confiesan que las leen con fruición, intentando hallar, aunque sea, un rastro del pensamiento del viejo cuño del que procede. Siempre se desilusionan, pero insisten, tienen la seguridad de que no debe ser fácil renegar de las ideas de toda la vida, cuando se las sostuvo en tantas y tan memorables batallas, casi todas perdidas, lo que las vuelve más románticas en el recuerdo.
Porque cualquiera entiende a un Alfredo Leuco, que renegó del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Movimiento Todos por la Patria que tanto mal hicieron a los argentinos, quizás porque tenía que seguir comiendo todos los días, o a algún otro que una tarde era entusiasta de los Estos y a la madrugada siguiente se hizo de los Aquellos, sólo porque les ofrecieron unas buenas rupias por el cambio de camiseta, algo que, por otra parte, han hecho muchas veces los diarios de la Argentina. Pero Massot no pasaba necesidad, no tenía por qué, él no era un periodista de morondanga al que convencen con unos mangos bajo la mesa.
Por lo pronto, cabe que uno de estos días vuelva a ser el pensador lúcido que fue antaño y —aunque sea en nombre del liberalismo —sus comentarios vuelvan a ser inteligentes, perspicaces, mordientes. Que no repita como pobre loro de pueblo, lo que indican los Jonathan Viale, los Jorge Lanata o cualquiera de esos otros pobres convencidos de que el poder reside en la democracia, la república, la división de poderes, las elecciones periódicas, los porcentajes de las primeras y segundas vueltas, la majestad de la justicia, la libertad de expresión.
Y coso.
Juan Manuel Aragón
A 18 de marzo del 2024, en la plaza Libertad. Dando migas a las palomas
©Ramírez de Velasco

Comentarios

  1. Etcétera, etcétera.

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  2. Largo y aburrido tu artìculo . Hubieras elegido otro personaje .
    Es una exelente persona . No estoy de acuerdo c vos en ningún punto de este artículo. Sos la única persona q lo descalifica.
    Saludos : tu hermana.

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  3. Aclaro y completo : María Josefina Aragón de Chebaia

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  4. sos hermano de esa tilinga??? la conoci en la finca q tiene el esposo en trancas, tucuman... qerian q trabaje p ellos... p/ pagan centavos..... jajjajajajajaj vos tan inteligente... ella t tonta...

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  5. Siguen siendo tan poco ilustrados los Jefes de redactores de sus imprentas que ya se ensimisman en vergüenzas ajenas antes de hacerse la autocriticas concerniente a su desapego logico de la mayoria de los bonaerenses, que por viajar a esas apariencias de democracias que cultivan asimilar pierden objetivos de grandezas propios. Como diría Facundo Cabral más que adultos se reciclan adúlteros.

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  6. Massot dejo de ser un termo

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  7. Cuando entendes algo de economía dejas de ser zurdo o "nacionalista" de carton, que la cuenten como quieran.

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