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Es cierto que, en los últimos años, los diarios, las radios, la televisión perdieron lectores, oyentes y espectadores
La grieta y su folklore inescrupuloso, alentado, financiado y sostenido por los diarios, las radios, la televisión de Buenos Aires, han hecho un negocio fenomenal: en vez de alimentar sus páginas o su aire con periodistas que salgan a la calle o vengan a las provincias a ver qué pasa, prefieren anotarse en las tristes peleas de Twitter, los lamentables posteos de Instagram o la cloaca de avisos clasificados y noticias falsas que hoy es Facebook.En el pasado remoto, los diarios de Buenos Aires cimentaron una justa fama haciendo gala de una imaginación sin límites, sus periodistas buscaban todo tipo de noticias, principalmente políticas como corresponde, pero no temían entrevistar o publicar las ideas de todos y dejarlas jugando en la sociedad. Lo mismo en todas sus secciones.Si bien es cierto que cada uno tenía su corazoncito puesto en un determinado candidato, en ideas más o menos firmes, al menos intentaban disimularlo, dando espacio en su propio plantel de periodistas, a gente de los más disímiles pensamientos. Un diario como “Crítica”, vilipendiado en su tiempo, por haber hecho del ´hijoputismo´ una norma invariable de sus páginas, hoy pasaría por ultra republicano, representativo, federal y la yapa.Hoy tienen cinco o seis asuntos o gente, sobre los que dan vueltas y revueltas todos los días, sin dejar jamás de mencionarlos en sus portadas o en sus páginas de comentarios. A saber:
a) Cristina
b) Inflación
c) Cristina
d) Alberto
e) Cristina
f) Dólar
g) Cristina
Mire hoy la portada de un diario y verá que tiene una o todas estas palabras, no importa qué día sea.
Si no cree, amigo, agarre cualquier diario de lo que otrora fue la Capital Federal de los argentinos, y verá que esas palabras figuran todos los días en sus portadas, de Pagina 12 a Clarín, pasando por La Nación, La Prensa, Ámbito Financiero y, en menor medida, Crónica y Diario Popular. Los portales de internet repiten el monotema, lo mismo que las radios y los canales de la televisión en sus noticiarios.
Es cierto que, en los últimos años, los diarios, las radios, la televisión perdieron lectores, oyentes y espectadores, y vieron esfumarse a sus avisantes. Hoy rinde más hacer publicidad en la red que, para mejor, lleva los avisos a los posibles consumidores de manera directa, que pagar la página de un diario que será leído, con suerte, por un millar de compradores cada día más viejos o directamente decrépitos.
Pero algo debieron haber inventado durante este tiempo para no seguir perdiendo lectores frente a quién sabe qué. Prefirieron llevar al mínimo su plantilla de periodistas y hacerlos trabajar desde sus escritorios repitiendo todos los días la misma historia. Hasta el hartazgo. Por si fuera poco, siempre entrevistan al que entrevistaron anteayer, la semana pasada y la anterior también. Como si fueran los únicos que piensan en la Argentina, en sus problemas, en sus posibles soluciones.
Por eso esta página tiene abiertos sus comentarios al mundo. Para que entre nosotros vayamos pensando en alternativas a los dramas y que entreguen soluciones a quienes las necesiten. Para que entre todos veamos cómo hacemos para mover el mundo de las ideas, en el que son necesarias otras alternativas y no sea como siempre: “Si no piensas como yo, estás en la vereda de enfrente”.
Si la historia fuera la sucesión de hechos uniformes producidos por gente que piensa igual, todavía andaríamos cubiertos con pieles, matándonos a garrotazos. En la pelea por la supervivencia, cuando los de aquí atacaban a los de allá para quitarles un animal recién cazado, hubo uno al que se le ocurrió el fuego para hacer que la carne alcance para todos y luego otro salió de una disyuntiva ideando la rueda y llegó el que forjó el hierro. Y aquí estamos.
Si quiere evitar la vuelta al tiempo de las cavernas, podría empezar opinando distinto, aquí abajo o donde se le ocurra. Olvide las falsas disyuntivas que nos pretenden imponer tres o cuatro avivados dueños de medios de comunicación de Buenos Aires, para quienes la verdad es un chicle que deforman a voluntad en la boca de sus trabajadores. Demostremos que tenemos ideas superadoras, inventemos de nuevo el fuego, la rueda, el hierro, la máquina de vapor. No nos quedamos en sus falaces disyuntivas de porteños avivados.
¡Vamos!, ¡qué esperamos!
©Juan Manuel Aragón
Barrio Parque Aguirre, 21 de noviembre del 2022
Si no cree, amigo, agarre cualquier diario de lo que otrora fue la Capital Federal de los argentinos, y verá que esas palabras figuran todos los días en sus portadas, de Pagina 12 a Clarín, pasando por La Nación, La Prensa, Ámbito Financiero y, en menor medida, Crónica y Diario Popular. Los portales de internet repiten el monotema, lo mismo que las radios y los canales de la televisión en sus noticiarios.
Es cierto que, en los últimos años, los diarios, las radios, la televisión perdieron lectores, oyentes y espectadores, y vieron esfumarse a sus avisantes. Hoy rinde más hacer publicidad en la red que, para mejor, lleva los avisos a los posibles consumidores de manera directa, que pagar la página de un diario que será leído, con suerte, por un millar de compradores cada día más viejos o directamente decrépitos.
Pero algo debieron haber inventado durante este tiempo para no seguir perdiendo lectores frente a quién sabe qué. Prefirieron llevar al mínimo su plantilla de periodistas y hacerlos trabajar desde sus escritorios repitiendo todos los días la misma historia. Hasta el hartazgo. Por si fuera poco, siempre entrevistan al que entrevistaron anteayer, la semana pasada y la anterior también. Como si fueran los únicos que piensan en la Argentina, en sus problemas, en sus posibles soluciones.
Por eso esta página tiene abiertos sus comentarios al mundo. Para que entre nosotros vayamos pensando en alternativas a los dramas y que entreguen soluciones a quienes las necesiten. Para que entre todos veamos cómo hacemos para mover el mundo de las ideas, en el que son necesarias otras alternativas y no sea como siempre: “Si no piensas como yo, estás en la vereda de enfrente”.
Si la historia fuera la sucesión de hechos uniformes producidos por gente que piensa igual, todavía andaríamos cubiertos con pieles, matándonos a garrotazos. En la pelea por la supervivencia, cuando los de aquí atacaban a los de allá para quitarles un animal recién cazado, hubo uno al que se le ocurrió el fuego para hacer que la carne alcance para todos y luego otro salió de una disyuntiva ideando la rueda y llegó el que forjó el hierro. Y aquí estamos.
Si quiere evitar la vuelta al tiempo de las cavernas, podría empezar opinando distinto, aquí abajo o donde se le ocurra. Olvide las falsas disyuntivas que nos pretenden imponer tres o cuatro avivados dueños de medios de comunicación de Buenos Aires, para quienes la verdad es un chicle que deforman a voluntad en la boca de sus trabajadores. Demostremos que tenemos ideas superadoras, inventemos de nuevo el fuego, la rueda, el hierro, la máquina de vapor. No nos quedamos en sus falaces disyuntivas de porteños avivados.
¡Vamos!, ¡qué esperamos!
©Juan Manuel Aragón
Barrio Parque Aguirre, 21 de noviembre del 2022
Pienso que has planteado el tema con total claridad y en su justa dimensión.
ResponderEliminarPor un lado la tecnología digital y las redes sociales han transformado la dinámica de transmitir y recibir información. Por otro lado la prensa está dando sus últimos estertores, recurriendo al sensacionalismo y a los títulos de impacto para transmitir solo conventillo político.
En el medio está la ciudadanía, a quién considero el principal responsable por su tremenda falta de juicio crítico para identificar el problema y dejarse arrastrar al barro.
En casa la regla ha sido bien clara y simple; " menos Fase y más Book".
A eso se suma en Santiago la actitud de "mejor me callo", en los adultos, y de "no tengo idea del tema y además no sé articular 4 palabras en una oración coherente", en los jóvenes.
Veo difícil que la cosa vaya a cambiar en nuestro medio, en el que históricamente ha sido "insalubre" opinar sobre temas trascendentes, que hacen a la realidad socio-política de los ciudadanos, ante las consecuencias de parte del poder. Y eso es lamentable y debe cambiar. Como bien lo expresara Martín Luther King "La mayor tragedia no es la crueldad ni opresión de la gente mala, sino el silencio sobre ello de la gente buena"
👏👏👏muy bien expresado, con total claridad. Adhiero a tus palabras y al comentario realizado por el señor Ibarra.
ResponderEliminarYo lo veo difícil falta educación.!! Leer poca gente lo hace ..
ResponderEliminarInformación..la mayoría no quiere,
La juventud habla en un lenguaje básico!!
Y son 3 generaraciones sin cultura de trabajo...y del éxito inmediato!!! Suma una sociedad enferma sin valores .es muy difícil Juan Manuel.
Es mi opinión personal
Arq lopez ramos