El satélite artificial, antes de ser lanzado |
El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanza el Sputnik 1, primer satélite artificial de la historia
El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanzó el Sputnik 1. Fue el primer satélite artificial de la historia. Era el primero de varios satélites lanzados por ese país en su programa Sputnik, casi todos de manera exitosa. Le siguió el Sputnik 2, como el segundo satélite en órbita y también el primero en llevar a un animal a bordo, la perra Laika. El diseño original del Sputnik 1, conocido como Objeto D, estaba previsto para llevar una gran cantidad de instrumentos científicos. Sin embargo, las dificultades técnicas llevaron a que se optara por una versión más sencilla, conocida como Objeto PS, que se lanzaría antes del inicio del Año Geofísico. La versión final del Sputnik 1 fue más ligera, con una masa de aproximadamente 83 kilos y equipada únicamente con transmisores de radio para enviar señales desde el espacio.El cohete R-7 fue clave para el éxito del Sputnik 1. Inicialmente concebido como un misil balístico, su diseño permitió lanzamiento espacial. El primer intento de lanzamiento falló debido a problemas técnicos, pero finalmente, en agosto de 1957, el R-7 logró completar con éxito un vuelo de prueba. Con este resultado, se autorizó el uso del cohete para el lanzamiento del Sputnik 1.
Fue lanzado el 4 de octubre de 1957 y se convirtió en el primer objeto hecho por el ser humano en orbitar la Tierra. Su trayectoria fue seguida desde diferentes estaciones de seguimiento en la Unión Soviética y en otros países. Los operadores de radioaficionados también captaron las señales emitidas por el satélite. A pesar de que su misión primaria era demostrar la viabilidad de poner un objeto en órbita, también permitió obtener información sobre la densidad de las capas superiores de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera.
Tenía una forma esférica de aluminio con un diámetro de 58 centímetros, y estaba equipado con cuatro antenas largas que transmitían señales de radio. Aunque no llevaba a bordo instrumentos científicos complejos, los datos que transmitió permitieron a los científicos soviéticos estudiar la temperatura y presión dentro de la nave, y comprobar que no había sido dañado por meteoritos en el espacio.
El éxito del Sputnik 1 tuvo un gran impacto internacional, tanto en la comunidad científica como en el ámbito político. Los transmisores del satélite funcionaron durante tres semanas antes de que fallaran las baterías a bordo, pero su órbita fue observada durante 92 días, completando unas 1440 vueltas alrededor de la Tierra. Finalmente se desintegró al reentrar en la atmósfera terrestre el 4 de enero de 1958, habiendo recorrido una distancia de aproximadamente 70 millones de kilómetros.
Este lanzamiento marcó el inicio de la carrera espacial y colocó a la Unión Soviética en la vanguardia de la exploración espacial. No solo demostró la capacidad técnica de los soviéticos, sino que también supuso un desafío para Estados Unidos, que hasta entonces había liderado en avances científicos y tecnológicos.
El Sputnik 1 sigue siendo un símbolo de la era espacial y su éxito inspiró tanto a la competencia entre las dos superpotencias como al desarrollo de nuevas tecnologías en la exploración del espacio.
Hay réplicas del Sputnik en varios museos alrededor del mundo, hasta en el Museo Nacional del Aire y del Espacio en Washington DC, y otra cerca de la embajada rusa en Madrid. En el 2003, un modelo de reserva del Sputnik 1 fue vendido en eBay, demostrando el valor simbólico y coleccionista de esta pieza histórica.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
Fue lanzado el 4 de octubre de 1957 y se convirtió en el primer objeto hecho por el ser humano en orbitar la Tierra. Su trayectoria fue seguida desde diferentes estaciones de seguimiento en la Unión Soviética y en otros países. Los operadores de radioaficionados también captaron las señales emitidas por el satélite. A pesar de que su misión primaria era demostrar la viabilidad de poner un objeto en órbita, también permitió obtener información sobre la densidad de las capas superiores de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera.
Tenía una forma esférica de aluminio con un diámetro de 58 centímetros, y estaba equipado con cuatro antenas largas que transmitían señales de radio. Aunque no llevaba a bordo instrumentos científicos complejos, los datos que transmitió permitieron a los científicos soviéticos estudiar la temperatura y presión dentro de la nave, y comprobar que no había sido dañado por meteoritos en el espacio.
El éxito del Sputnik 1 tuvo un gran impacto internacional, tanto en la comunidad científica como en el ámbito político. Los transmisores del satélite funcionaron durante tres semanas antes de que fallaran las baterías a bordo, pero su órbita fue observada durante 92 días, completando unas 1440 vueltas alrededor de la Tierra. Finalmente se desintegró al reentrar en la atmósfera terrestre el 4 de enero de 1958, habiendo recorrido una distancia de aproximadamente 70 millones de kilómetros.
Este lanzamiento marcó el inicio de la carrera espacial y colocó a la Unión Soviética en la vanguardia de la exploración espacial. No solo demostró la capacidad técnica de los soviéticos, sino que también supuso un desafío para Estados Unidos, que hasta entonces había liderado en avances científicos y tecnológicos.
El Sputnik 1 sigue siendo un símbolo de la era espacial y su éxito inspiró tanto a la competencia entre las dos superpotencias como al desarrollo de nuevas tecnologías en la exploración del espacio.
Hay réplicas del Sputnik en varios museos alrededor del mundo, hasta en el Museo Nacional del Aire y del Espacio en Washington DC, y otra cerca de la embajada rusa en Madrid. En el 2003, un modelo de reserva del Sputnik 1 fue vendido en eBay, demostrando el valor simbólico y coleccionista de esta pieza histórica.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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