Antonio Berni |
El 13 de octubre de 1981 muere Delesio Antonio Berni, pintor, grabador y muralista que deja una huella importante en el arte hispanoamericano
El 13 de octubre de 1981 murió Delesio Antonio Berni. Fue un pintor, grabador y muralista que dejó una huella importante en el arte hispanoamericano. Provenía de una familia de inmigrantes italianos, y desde joven mostró interés por la pintura. A los 15 años, expuso sus primeras obras, influidas por el impresionismo y el paisajismo, en el Salón "Mari" de su ciudad. Poco después, su talento fue reconocido en Buenos Aires, y comenzó su obra. Había nacido en Rosario el 14 de mayo de 1905.Formó parte de un grupo de artistas y escritores conocido como el grupo de Florida, lo que marcó el inicio de su incursión en círculos artísticos influyentes. En 1925, gracias a una beca gestionada por su mecenas, el médico Lelio Zeno, viajó a Europa. Allí, vivió en Madrid y luego en París, donde estudió con pintores como André Lhote y Othon Friesz, y comenzó a explorar el surrealismo, influido por figuras como Louis Aragon y André Breton. Aunque su estancia en Europa fue breve, el surrealismo dejó una marca profunda en su obra.En 1930, tras el golpe de Estado en Argentina regresó a su país, donde experimentó un cambio en su enfoque artístico. Basado en las difíciles condiciones sociales de la época, se alejó del surrealismo y se inclinó hacia el "realismo social". Comenzó a retratar la vida de los marginados y oprimidos, reflejando la pobreza, la miseria y la lucha obrera en obras como Desocupados y Manifestación.
Durante la década de 1930 también experimentó con el muralismo y fundó el grupo "Nuevo Realismo". Su estilo lo llevó a retratar tanto la vida cotidiana de las clases populares como la situación política y social de Argentina. Su obra Primeros pasos ganó el Premio del Salón Nacional de Artes Plásticas en 1940, lo que consolidó su posición en el panorama artístico argentino.
En los años 40, Antonio Berni continuó explorando el retrato, una de las formas más importantes del realismo humanista. Ganó varios premios importantes con obras como Figura (1940) y Lily (1943), que destacaban su dominio técnico y su compromiso con la realidad social. Además, participó en la creación de murales, como Ejercicio plástico.
La década de 1950 marcó un punto de inflexión en su carrera con la creación de dos personajes icónicos: Juanito Laguna y Ramona Montiel. Estos personajes, que se convirtieron en representantes de los marginados y pobres de la sociedad, fueron una parte fundamental de su obra a partir de entonces. Juanito, en particular, representaba a un niño de origen humilde que vivía en una villa miseria, mientras Ramona simbolizaba la mujer atrapada en un entorno de explotación y pobreza. A través de ellos, Berni hizo una crítica social aguda y expresó su preocupación por las desigualdades de la época.
Durante la década del 60 alcanzó reconocimiento internacional, gracias en parte a la promoción de su obra que hizo Rafael Squirru, que desempeñaba un papel clave en la cultura argentina y en la Organización de los Estados Americanos. Sus grabados y obras fueron presentados en importantes exposiciones, como la Bienal de Venecia, en la que recibió el Primer Premio. Este reconocimiento consolidó su prestigio a nivel mundial y reforzó su papel como uno de los artistas más influyentes de América Latina.
En la década del 70 continuó produciendo obras con una marcada crítica social. En Nueva York, durante una estancia en 1976, observó la opulencia y el consumismo de la sociedad norteamericana, lo que lo llevó a crear obras irónicas que reflejaban la pobreza espiritual en contraste con la riqueza material. Algunas de las obras más representativas de este período son Aeropuerto, Los hippies y Calles de Nueva York.
A lo largo de su vida mantuvo un fuerte compromiso con las causas sociales y políticas. Se preocupaba por las condiciones de vida de los más desfavorecidos, algo que reflexionó no solo en su obra sino también en sus acciones. En la década de 1950, recorrió provincias argentinas como Santiago del Estero, en la que documentó la explotación de los trabajadores rurales y la depredación de los recursos naturales. Sus experiencias allí dieron lugar a obras como Los hacheros y La marcha de los cosecheros, que mostraron la dureza de la vida rural y la lucha de los trabajadores por mejores condiciones.
En 1981, poco antes de su muerte, Berni inauguró "La casa de Antonio Berni", una galería de arte en Buenos Aires en la que se realizaron exposiciones y subastas de arte, algunas a beneficio de la Fundación Favaloro. Ese mismo año, presentó su obra Cristo en el garaje, una reflexión sobre el destino del hombre y una alusión a las torturas y matanzas que ocurrían en el mundo. Su obra finalizó con una profunda reflexión sobre la vida y el arte, señalando que ser artista es asumir una forma de vida riesgosa y libre.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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