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1997 ALMANAQUE MUNDIAL Diana

Diana Spencer

El 31 de agosto de 1997 muere "Lady Di", icono internacional por su activismo y su glamor y con una popularidad que continúa


El 31 de agosto de 1997 murió Diana Frances Spencer. Fue conocida en el mundo como la Princesa Diana, o más simplemente “Lady Di”, luego de casarse con el príncipe Carlos de Inglaterra. Nació el 1 de julio de 1961 en Park House, Sandringham, Norfolk, Inglaterra. Su activismo y glamour, que la convirtieron en un icono internacional y le valieron una popularidad que continúa.
Fue la cuarta de los cinco hijos de John Spencer, Vizconde Althorp, y Frances Roche. Su familia era de la aristocracia británica con conexiones cercanas a la familia real. La infancia de Diana estuvo marcada por el divorcio de sus padres en 1969, hecho que la afectó profundamente.
Asistió a diversas escuelas de prestigio, como Riddlesworth Hall y West Heath School, aunque no destacó académicamente. Sin embargo, su habilidad para los deportes y su carácter empático la hicieron popular entre sus compañeros. Tras completar su educación en Suiza, regresó a Londres, donde trabajó como asistente de un jardín de infantes en Young England Kindergarten.
El 29 de julio de 1981, contrajo matrimonio con el Príncipe Carlos, entonces heredero al trono británico, en la Catedral de San Pablo. La boda, transmitida en vivo a todo el mundo, fue vista por millones de personas y marcó el inicio de su papel como Princesa de Gales. De su unión nacieron dos hijos, los príncipes William en 1982 y Harry en 1984.
Como Princesa de Gales, se convirtió en una de las figuras más queridas y admiradas del mundo. Su estilo y elegancia, combinados con un genuino interés por ayudar a los menos afortunados, la diferenciaron de otros miembros de la realeza. Se involucró en numerosas causas benéficas, con un enfoque particular en temas como el sida, la lepra y contra el uso de minas antipersonales.
Su trabajo en el ámbito del sida fue particularmente notable. A finales de la década de 1980 y principios de los 90, cuando el estigma y la desinformación sobre la enfermedad eran rampantes, ella se dedicó a desmitificar el contagio del sida. Fue fotografiada estrechando la mano de pacientes con ese mal sin guantes, un acto simple pero poderoso que ayudó a cambiar la percepción pública de la enfermedad.
Otra causa cercana a su corazón fue la lucha contra las minas terrestres. En enero de 1997, visitó Angola con la Cruz Roja Internacional, recorriendo campos minados y reuniéndose con víctimas. Sus esfuerzos atrajeron una atención global significativa, influyendo en el Tratado de Ottawa de 1997, que prohibió el uso de minas antipersonales.
A pesar de su carisma público y sus logros humanitarios, su vida personal fue tumultuosa. Su matrimonio con el Príncipe Carlos se deterioró debido a infidelidades y diferencias irreconciliables. En 1992, la separación de la pareja se hizo pública y el divorcio terminó en 1996. A pesar de perder el título de "Su Alteza Real", mantuvo su título de Princesa de Gales y continuó con su trabajo benéfico.
Su vida posterior al divorcio fue objeto de intenso escrutinio de la prensa. Su relación con el cirujano cardíaco Hasnat Khan y, posteriormente, con Dodi Fayed, hijo del magnate egipcio Mohamed Al-Fayed, fue seguida de cerca por la prensa. La constante atención de los paparazzi y la cobertura sensacionalista afectaron su bienestar y privacidad.
El 31 de agosto de 1997 murió trágicamente en un accidente automovilístico en el túnel del Pont de l'Alma en París, mientras era perseguida por fotógrafos paparazzi. Su muerte conmovió al mundo. La reacción pública fue de una inmensa ola de dolor y tributo. Millones de personas en todo el mundo expresaron su pesar y dejaron flores, cartas y otros homenajes frente al Palacio de Kensington.
El funeral, celebrado el 6 de septiembre de 1997, fue televisado globalmente, visto por cerca de 2.5 mil millones de personas. Sus hijos, los príncipes William y Harry, caminaron detrás de su ataúd junto al Príncipe Carlos, el Duque de Edimburgo y su hermano, Charles Spencer, quien pronunció un conmovedor elogio.
En el 2007, se inauguró una fuente conmemorativa en su honor en Hyde Park, Londres. Sus hijos, especialmente, han continuado su labor humanitaria, manteniendo viva la memoria y el impacto de su madre.
Diana es recordada como un símbolo de compasión y caridad. Su capacidad para conectar con las personas, independientemente de su origen, y su dedicación a causas mundiales, la establecieron como una figura imitable que sigue inspirando a la gente alrededor del mundo.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

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