Ir al contenido principal

1538 ALMANAQUE MUNDIAL Santo Toribio

Santo Toribio de Mogrovejo

El 16 de noviembre de 1538 nace Santo Toribio de Mogrovejo, sacerdote, arzobispo y misionero que evangelizó en el Virreinato del Perú

El 16 de noviembre de 1538 nació Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, en Mayorga, en la Corona de Castilla. Fue un sacerdote, arzobispo y misionero católico español que se consagró a la organización y evangelización en el Virreinato del Perú. Proveniente de una familia noble, fue hijo de don Luis Alfonso de Mogrovejo Coco, II señor de la casa de Mogrovejo, y de doña Ana de Robledo y Morán de Butrón, perteneciente a la noble casa de los Moran de Butrón de Villaquejida-Mayorga y de Logroño, de los señores de Vela, de la noble y antiquísima casa de Mezeta en Vizcaya, de la casa de Butrón, linaje de la nobleza feudal de la Corona de Castilla.
Desde temprana edad, demostró un gran interés por los estudios, en particular por el Derecho civil y eclesiástico. Esto lo llevó a trasladarse a la Universidad de Salamanca, en la que fue influido por su tío, Juan de Mogrovejo, profesor respetado en esa institución. Posteriormente, ambos se trasladaron a Coímbra, Portugal, donde Juan fue invitado a enseñar, y residieron allí algunos años. A su regreso a Salamanca, Toribio decidió seguir los pasos de su tío y pronto se convirtió en un reconocido profesor de derecho. Su erudición y dedicación le valieron el nombramiento de inquisidor general de Granada, uno de los cargos más prestigiosos de la época.
Su vida dio un giro inesperado cuando el rey Felipe II de España lo propuso al Papa Gregorio XIII para el cargo de Arzobispo de Lima. Aunque no era sacerdote en ese momento, su reputación de hombre justo y sabio fue suficiente para que el Papa lo nombrara el 16 de mayo de 1579. En lugar de recibir todas las órdenes menores de inmediato, prefirió recibir cada una con un intervalo de tiempo, demostrando su devoción y seriedad en su preparación para el sacerdocio. Finalmente, fue ordenado sacerdote en 1578 por el Arzobispo de Granada, y en agosto de 1580 fue consagrado como Arzobispo en la Catedral de Sevilla.
Partió hacia el Perú en septiembre de 1580, acompañado de su hermana Grimanesa, su cuñado Francisco Quiñones y tres sobrinos. Tras un arduo viaje, llegó a Lima el 11 de mayo de 1581, y rápidamente comenzó su labor pastoral. La ciudad había estado sin arzobispo durante seis años y estaba sumida en la decadencia espiritual. La intervención del poder secular en los asuntos eclesiásticos había generado una situación de abuso y corrupción, la que enfrentó con determinación. Se hizo famoso por su máxima "Cristo es verdad, no costumbre", y su lucha contra los vicios y escándalos lo convirtió en un blanco de persecuciones y calumnias. A pesar de ello, continuó su misión con humildad, afirmando que su único objetivo era agradar a Dios.
Una de sus características más notables fue su incansable dedicación al trabajo pastoral. Se levantaba al amanecer y solía decir: "Nuestro gran tesoro es el momento presente", exhortando a aprovechar cada instante para el bien espiritual. Su generosidad no conocía límites, ya que daba todo lo que poseía a los pobres. Su caridad era tan profunda que, en una ocasión, regaló sus propias camisas a un necesitado, pidiéndole que se apresurara antes de que su hermana lo impidiera. Además, ante cualquier documento que requería su firma, solía escribir la palabra "gratis", indicando su total desinterés por lo material.
Durante su tiempo como Arzobispo de Lima, se enfrentó a muchos desafíos, incluida una terrible peste que asoló la ciudad, y ordenó a su cuñado Francisco Quiñones, alcalde de Lima, que gastara todo el dinero necesario para socorrer a los enfermos. En otro episodio memorable, intercedió para evitar la ejecución de un noble limeño, llegando incluso a arrodillarse ante el ofendido para suplicar su perdón.
Además de su labor caritativa, Toribio de Mogrovejo fue un firme opositor de las corridas de toros, una práctica común en su tiempo. Prohibió a su familia asistir a estos eventos y cerraba las ventanas de su casa cuando había corridas en la plaza. Su desaprobación no solo se basaba en los peligros físicos, sino también en la inmoralidad y la promiscuidad que, según él, ocurrían durante estos espectáculos.
También destacó por su compromiso con la evangelización de los pueblos indígenas. Se esforzó por aprender las lenguas nativas y promovió la creación de una facultad de lenguas nativas en la Universidad de San Marcos. Bajo su liderazgo, se imprimieron catecismos en quechua, aimara y castellano, los primeros textos de este tipo en Sudamérica. Su interés por los indígenas no se limitaba a la evangelización, sino que también trabajó arduamente para mejorar sus condiciones de vida y defendió sus derechos frente a los abusos de los colonizadores.
Uno de sus logros más importantes fue la convocatoria del III Concilio Limense en 1582, en el que se establecieron normas clave para la evangelización de los indígenas y la catequesis a los esclavos negros. Asimismo, fundó el primer seminario de formación sacerdotal en América en Lima, en 1591, para capacitar sacerdotes y llevar la fe a todos los rincones del Virreinato.
Las visitas pastorales que realizó a lo largo de su arzobispado fueron cruciales para la organización de la Iglesia en el Perú. Recorrió vastas regiones a pie, enfrentando peligros y dificultades para atender a los fieles. Bautizó y confirmó a más de medio millón de personas, entre ellas a futuros santos como Santa Rosa de Lima, San Francisco Solano y San Martín de Porres.
En 1606, a los 68 años, cayó gravemente enfermo durante una de sus visitas pastorales. Murió en Zaña el 23 de marzo de ese año, dejando un legado de santidad, servicio y profunda dedicación a los más necesitados. Fue canonizado en 1726 y hoy es venerado como uno de los grandes santos de la Iglesia Católica. Sus restos reposan en la Catedral de Lima, para seguir siendo un símbolo de la fe y la justicia en América Hispana.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS Del 8 de julio

¿Mengele o Ascher? En 1985, el juez del crimen de La Banda empieza un expediente para dilucidar si un criminal nazi había vivido en esa ciudad El 8 de julio de 1985, el juez del crimen de La Banda Andrés Francisco Miotti inicia una investigación para saber si Gualterio o Walter Ascher era el criminal de guerra nazi José Mengele. Unos días antes, el diario El Liberal había publicado una sensacional historia, casi una confirmación de la leyenda urbana que sostenía que un criminal de guerra nazi, había vivido en La Banda con un nombre supuesto. Walter o Gualterio Ascher había vivido en La Banda entre fines de la década del 40 y principios del 50 y se sospechaba que podría haber sido un nazi prófugo de los tribunales de Núremberg. Para iniciar su investigación, el fotoperiodista Jesús del Carmen Martínez, conocido como “Chito”, amplió una fotografía de Mengele, tomada de un libro sobre la II Guerra Mundial y la mostró a quienes decían haber conocido a Ascher. Les preguntaba si sabían ...

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

FURIA Marcianos del micrófono y la banca

Comedor del Hotel de Inmigrantes, Buenos Aires, 1910 Creen saber lo que piensa el pueblo sólo porque lo nombran una y otra vez desde su atril, lejos del barro en que vive el resto Desde las olímpicas alturas de un micrófono hablan de “la gente”, como si fueran seres superiores, extraterrestres tal vez, reyes o princesas de sangre azul. Cualquier cosa que les pregunten, salen con que “la gente de aquí”, “la gente de allá”, “la gente esto”, “la gente estotro”. ¿Quiénes se creen para arrogarse la calidad de intérpretes de “la gente”? Periodistas y políticos, unos y otros, al parecer suponen que tienen una condición distinta, un estado tan sumo que, uf, quién osará tocarles el culo con una caña tacuara, si ni siquiera les alcanza. Usted, que está leyendo esto, es “la gente”. Su vecino es “la gente”. La señora de la otra cuadra es “la gente”. Y así podría nombrarse a todos y cada uno de los que forman parte de esa casta inferior a ellos, supuestamente abyecta y vil, hasta dar la vuelta al m...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...

CONTEXTO La inteligencia del mal negada por comodidad

Hitler hace el saludo romano Presentar a Hitler como enfermo es una fácil excusa que impide comprender cómo una visión organizada del mundo movió a millones hacia un proyecto criminal De vez en cuando aparecen noticias, cada una más estrafalaria que la anterior, que intentan explicar los horrores cometidos por Adolfo Hitler mediante alguna enfermedad, una supuesta adicción a drogas o un trastorno psicológico o psiquiátrico. Sus autores suelen presentarse como bien intencionados: buscan razones biológicas o mentales para comprender el origen del mal. Sin embargo, esas razones funcionan, en cierta forma, como un mecanismo involuntario o voluntario quizás, de exculpación. Si hubiese actuado bajo el dominio de una enfermedad que alteraba su discernimiento, los crímenes quedarían desplazados hacia la patología y ya no hacia la voluntad que los decidió y la convicción que los sostuvo. En el fondo, ese gesto recuerda otros, cotidianos y comprensibles. Ocurre con algunas madres cuando descubre...