Ir al contenido principal

1978 ALMANAQUE MUNDIAL León XIII

El autor de importantes
encíclicas

En esta fecha fue elegido jefe de los católicos de todo el mundo Gioacchino Vicenzo Raffaele Luigi Pecci


El 20 de febrero de 1878 fue elegido Papa León XIII. Lo bautizaron como Gioacchino Vicenzo Raffaele Luigi Pecci y nació en Carpineto Romano, el 2 de marzo de 1810.Murió en Roma el 20 de julio de 1903.
Se inspiró en su obra de renovación de la Iglesia en el pensamiento de santo Tomás de Aquino y es recordado como el pontífice que creó la actividad pastoral en el campo sociopolítico. Si con él no hubo promulgación de más dogmas después del de la infalibilidad papal, proclamado solemnemente por el Papa Pío IX durante el Concilio Vaticano I, se lo recuerda como el primer Papa de las encíclicas. Escribió ochenta y seis de ellos, con el fin de superar el aislamiento en el que estaba la Santa Sede tras el fin de los Estados Pontificios con la pérdida del poder temporal tras la toma de Roma (el 20 de septiembre de 1870) y la Unificación de Italia.
Su encíclica más famosa fue Rerum Novarum con la que marcó un antes y un después en la Iglesia Católica, ahora lista para enfrentar los desafíos de la modernidad como guía espiritual internacional. Se le dio el nombre de "Papa de los trabajadores": de hecho, escribió la primera encíclica explícitamente social en la historia de la Iglesia Católica y por lo tanto formuló los fundamentos de la doctrina social de la Iglesia, extrayendo sus principios sobre todo del pensamiento de santo Tomás de Aquino.
En su labor a favor de la Iglesia fue ayudado por su hermano Giuseppe, creado cardenal por el mismo León XIII en 1879.
También es conocido por ser el primer Papa, después de casi mil años de historia, en dejar de ejercer el poder temporal activo, a excepción del área de la Ciudad Leonina, hasta la solución de la Cuestión Romana sancionada con el Pactos de Letrán el 11 de febrero de 1929.
Nació el 2 de marzo de 1810 en Carpineto Romano de Ludovico Pecci y Anna Prosperi Buzzi. Su familia pertenecía a la pequeña nobleza rural. Su padre fue comisionado de guerra y coronel.
En su juventud se destacó como un niño dotado con una particular predilección por el estudio del latín. Fue alumno del colegio jesuita de Viterbo y, de 1824 a 1832, estudió teología en el Collegium Romanum.
La formación para el servicio diplomático y administrativo papal en la Accademia dei Nobili de Roma lo ocupó desde 1832 hasta 1837, cuando fue ordenado sacerdote. En 1838 fue enviado como delegado papal a Benevento, ciudad del Estado Pontificio. Más tarde, con la misma función, fue enviado a Perugia. En 1843 Gregorio XVI lo nombró obispo titular en San Lorenzo in Panisperna. Tras ser enviado en 1843 como nuncio a Bélgica fue nombrado arzobispo de Perugia.
Estuvo en Umbría de 1846 a 1877, más de treinta años, se dice porque fue considerado un rebelde por el poderoso cardenal secretario de Estado Giacomo Antonelli. En estos años, a pesar de las difíciles relaciones con el nuevo estado italiano, construyó más de cincuenta iglesias y otros edificios en el territorio diocesano. Fue nombrado cardenal en el consistorio del 19 de diciembre de 1853 y posteriormente camarlengo del colegio cardenalicio, tras la muerte del cardenal secretario de Estado Antonelli. El 20 de febrero de 1878 fue elegido Papa como sucesor del Papa Pío IX, al final de un cónclave de dos días, el primero después del fin del poder temporal de los Papas.
Su coronación fue en la Capilla Sixtina el 3 de marzo de 1878. Su mala salud presagiaba un pontificado de transición. Pero resultó ser el tercero más duradero en ese momento considerando también a San Pedro. Fue superado por el del Papa Juan Pablo II.
La elección del nombre "Leo", en homenaje al Papa León XII, a quien admiró mucho en su juventud, fue la primera señal de que pretendía perseguir un cambio en la configuración del papado con respecto a su predecesor.
Su pontificado entró en una era de progresiva secularización de la sociedad lo que provocó tensiones entre el Vaticano y varios gobiernos. Empero supo mediar entre las exigencias de la modernidad y la posición intransigente de su antecesor, Pío IX. En Italia siguió su firme oposición al Reino de Italia, manteniendo el Non Expedit e impidiendo así la participación de los católicos italianos en las elecciones y, en general, en la vida política del Estado.
En Alemania, sin embargo, con una serie de concesiones a Bismarck, León XIII puso fin a la Guerra Cultural. En Francia invitó a los católicos a hacer las paces con la Tercera República, a pesar de ser gobernada por mayorías radicales y anticlericales, lanzando un programa de secularización progresiva de las instituciones, empezando por las escuelas. Esto despertó el descontento de los sectores católicos más conservadores de Francia. La evolución desembocó, en 1905, tras la muerte de León XIII, en la separación entre Estado e Iglesia.
La política del Papa en polémicas abiertas con Suiza y con los países de América Hispana tuvo más éxito. Se produjeron los primeros contactos con Estados Unidos y Rusia y también mejoraron las relaciones con Reino Unido y España. La talla internacional del Papa, si bien no alcanzó el nivel de implicación política e influencia que pretendía León XIII, también aumentó gracias a la mediación que ejerció tanto en el conflicto de las Islas Carolinas como en la guerra de Cuba de 1898.
En su encíclica Immortale Dei de 1885 abordó el problema del papel de los católicos en los estados modernos, negando el conflicto entre ciencia y religión en la Aeterni Patris de 1879.
Su encíclica Rerum Novarum, de 1891, es considerada el texto fundacional de la doctrina social cristiana moderna. Aborda el problema de los derechos y deberes del capital y del trabajo, no tanto intentando mediar entre posiciones de orientación socialista y revolucionaria y las del liberalismo económico de impronta capitalista, sino recuperando las doctrinas de santo Tomás de Aquino e inaugurando una reflexión sobre los problemas del trabajo en el mundo moderno retomada y profundizada posteriormente en 1931 por la Quadragesimo Anno de Pío XI, en la Mater et Magistra de Juan XXIII de 1961 y, más recientemente en 1991, por la Centesimus Annus de Juan Pablo II y la Caritas in Veritate, del 2009, de Benedicto XVI.
Fue activo en la educación, fundando institutos de filosofía y universidades católicas en varias ciudades (Lovaina, Washington) y abrió a los estudiosos parte de los archivos secretos del Vaticano.
Cuando restableció relaciones diplomáticas con potencias europeas y extracontinentales, se preocupó por dar a la Iglesia otro papel en el mundo moderno, instando a los católicos, no ya al austero aislamiento, sino al compromiso concreto en su tiempo de permear con el espíritu cristiano todas las actividades humanas.
Grande fue el compromiso del Papa León XIII por la unidad de las Iglesias separadas y durante el solemne Jubileo de 1900 consagró a todo el género humano al Sagrado Corazón de Jesús
En la década del 1890, continuó el estudio del latín, en el que fue un profundo pensador y un elegante poeta, como lo demuestra el gusto por el clasicismo y el valor literario poco común de sus encíclicas.
Su vida era simple: dormía poco, ahorraba alimentos y le encantaba pasear por el jardín. No fumaba.
Su memoria era muy desarrollada: recordaba los incidentes más pequeños de su juventud y adolescencia y las lecturas que había hecho recientemente y en un pasado lejano. Era un lector habitual de periódicos. Su gran placer era conversar con personas mayores que él, a quienes indagaba con vivo interés sobre sus estilos de vida.
Su vejez lo obligaba a usar un bastón para caminar, sobre el cual apoyaba su cuerpo sobre el lado derecho; pero cuando veía a lo lejos a una persona que no pertenecía a la familia pontificia, hacía todo lo posible por caminar sin la ayuda de su bastón, pasándoselo casualmente de una mano a la otra.
Fue el primer pontífice en ser filmado por una cámara de cine.
En los insomnios de su vejez, a veces formaba una copla latina en su mente. Entonces se levantaba de la cama y se acercaba a la mesa sin hacer ruido para no despertar a su fiel ayuda de cámara Pio Centra que dormía en la antecámara y a la tenue luz de la lámpara de noche escribía los versos que había pensado.
Tenía una vista excepcional y no usaba anteojos para leer o escribir.
A veces lo atrapaban resfriados que luego, cuando se hicieron de conocimiento público, se confundieron con enfermedades reales. No quería saber de estufas y radiadores, solo quería el brasero de Ciociaria en medio de la habitación.
Tras una larguísima agonía, murió el 20 de julio de 1903 a las 4 de la tarde.
Unos meses antes de su muerte, grabó en un disco algunas oraciones y la bendición apostólica: su palabra llegó a los católicos de todo el mundo.
Su pontificado duró 25 años, a pesar de que en su elección ya aparecía viejo, cansado, enfermizo. En aquella ocasión alguien sugirió: "Habrá que hacer pronto un nuevo cónclave". Se dice que, más tarde, circuló un chiste entre sus colaboradores: “Creíamos que elegíamos un Santo Padre, hemos elegido un Padre Eterno”.
Está enterrado en la Basílica de San Giovanni in Laterano.
El cónclave a su muerte fue más corto de lo esperado: comenzó en la noche del 31 de julio y terminó el 4 de agosto. Entre los 62 cardenales presentes, había dos tendencias: continuar la política del difunto pontífice, eligiendo como secretario de Estado al que había estado junto al Papa, Mariano Rampolla del Tindaro, o cambiar de rumbo. Pero resultó elegido el cardenal Giuseppe Sarto, patriarca de Venecia, quien tomaría el nombre de Pío X.
Pero es otra efeméride.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.