Jaime Dávalos |
El 3 de diciembre de 1981 muere Jaime Dávalos, una de las voces más importantes de la poesía en Sudamérica
El 3 de diciembre de 1981 murió Jaime Dávalos. Fue una de las voces más importantes de la poesía en Sudamérica. Hijo del renombrado poeta salteño Juan Carlos Dávalos, heredó el amor por la belleza, la música, la amistad y el vino. "Del viejo heredé el amor por lo bello, el canto, la amistad y el vino. ¿Qué mejor herencia pudo dejarme el tata?", dijo. Había nacido en San Lorenzo, Salta, el 20 de enero de 1921.Después de completar sus estudios, recorrió el territorio argentino de punta a punta, construyéndose a sí mismo como un adelantado y precursor. Sus audacias poéticas, con ciertos aires nerudianos, estaban profundamente arraigadas en su tierra salteña, utilizando metáforas innovadoras y un idioma elaborado que reflejaba su origen.En algún momento de su vida, trabajó como minero, según contó en su programa semanal de televisión "El patio de Jaime Dávalos" en Canal 7 de Buenos Aires a fines de la década del 60. Además, se tenía a sí mismo como ceramista y titiritero. Tuvo siete hijos: Julia Elena, Luz María, Jaime Arturo y Constanza de su primer matrimonio con Rosa; y Marcelo, Valeria y Florencia de su segundo matrimonio con María Rosa. Todos mantuvieron de alguna manera una conexión con la música y el arte, continuando así la tradición familiar.
Comenzó a ganar reconocimiento a los 39 años, aunque había comenzado a publicar a los 26. A partir de 1960, publicó libros, poesías y cancioneros, recibiendo varios premios y reconocimientos. En un momento de ruptura personal, abandonó las frases pintorescas del folklore para reinventar la metáfora en la música popular, introduciendo imágenes conmovedoras y elementos poéticos de calidad en sus canciones. Como menciona en su obra "El nombrador", "le puso palabras al silencio de su pueblo".
La Nochera
Esta metáfora refleja cómo Dávalos dejó atrás el estereotipo de un pueblo en eterno carnaval y narró las vidas reales, los pesares y las humildes glorias cotidianas de la gente. Este enfoque se puede ver en trabajos como "El Jangadero", "Zamba de los mineros" y "Zamba de un triste". Tal vez por este enfoque, la cultura oficial no le reconoce la estatura de poeta que merece. Lo mismo que Manuel J. Castilla, la asociación de su poesía con la música popular ha sido un prejuicio valorativo. Sin embargo, Jaime Dávalos fue un poeta exquisito y un creador exaltado, en constante estado profético. Inauguró un estilo seguido por poetas como Hamlet Lima Quintana. Formó parte de una de las sociedades más fecundas de la música popular argentina junto a Eduardo Falú, Cuchi Leguizamón y Manuel Castilla.
Se dice que tocaba de oído la guitarra y el charango y que, como buen poeta, nunca pudo estar mucho tiempo quieto. Salió a explorar el país como dibujante, alfarero y titiritero. Durante esas travesías nacieron obras maestras como "Río de tigres", "Zamba de la Candelaria" y "Las Golondrinas".
A pesar de sufrir una larga enfermedad, mantuvo su firme convicción frente al miedo y la traición: "El hambre, la violencia, la injusticia, la voluntad del pueblo traicionada, no harán más que aumentar su rebeldía, no harán más que apurar en sus entrañas una revolución que viene a unirnos en una sola espiga esperanzada, porque América, tierra del futuro, igual que la mujer vence de echada", decía.
Su obra poética y musical sigue viva, resonando con fuerza en la cultura argentina y más allá.
Juan Manuel Aragón
Santiago del Estero®
. Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existe ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos.
ResponderEliminar