Los bueyes mansos |
Cómo fue que llevaron a España a uno de los apóstoles de Nuestro Señor
El 30 de diciembre la Iglesia Católica recuerda la traslación del apóstol Santiago. Es sabido que al apóstol Santiago le cortaron la cabeza en Jerusalén, por orden del rey Agripa y aunque hubiera lógico que lo enterraran en esa tierra, no quedó memoria de su sepultura en el lugar.
Cerca del año 860 el martirologio de Floro de Lyón cuenta que sus restos fueron llevados a España. Hay varios textos de los siglos IX y X, que lo confirman y son reflejo de otros más antiguos que desaparecieron. Muchas afirmaciones fueron confirmadas en los hallazgos arqueológicos y epigráficos de los siglos XIX y XX.
Pero, cómo sucedió la traslación. Cando lo decapitaron a Santiago, su cadáver fue colgado en el desierto de Judá, para que fuese devorado por los animales. Pero sus discípulos robaron el cuerpo, lo llevaron a Joppe o Jafa, que hoy es un barrio de Tel Aviv, y lo embalsamaron.
Pero, cómo sucedió la traslación. Cando lo decapitaron a Santiago, su cadáver fue colgado en el desierto de Judá, para que fuese devorado por los animales. Pero sus discípulos robaron el cuerpo, lo llevaron a Joppe o Jafa, que hoy es un barrio de Tel Aviv, y lo embalsamaron.
Luego se embarcaron en una embarcación y llegaron al puerto de Iria, en el actual Pontecesures. En el camino cambiaron de nave, obviamente.
Una vez en España fueron adonde estaba la señora del lugar y le pidieron permiso y un sitio para dar sepultura a su maestro. Ella los remitió al Prefecto romano que estaba en Dugium (Duyo). Pero el Prefecto los metió presos creyendo que eran asesinos o algo. Los relatos dicen que “manos angélicas los liberaron de la prisión”. Y quienes los perseguían murieron al caerse un puente cuando lo cruzaban.
La señora del lugar seguía pensando en deshacerse de los discípulos de Santiago y los mandó al monte Ilicinio a buscar un carro y bueyes. Los bueyes eran toros bravos, pero se dejaron uncir al carro, mansitos.
La mujer, que se llamaba Lupa o Atia, al ver ese portento se hizo bautizar y compartió con el Apóstol su propio sepulcro. Siete discípulos volvieron a Jerusalén, menos Anastasio y Teodoro, los dos primeros obispos de Santiago, que quedaron al cuidado de la tumba.
El sepulcro fue cuidado. Estaba oculto y tenía acceso restringido, pero suministró reliquias a otras iglesias hasta el siglo VIII, cuando el lugar queda desierto y se pierde su memoria por la invasión de los musulmanes.
En el 829, el obispo de Iria, Teodomiro, buscó la tumba perdida. La halló y llamó al Rey Alfonso II que apoya la construcción de un santuario y un monasterio. El Obispo de Iria lleva allí su residencia y 30 años después Floro testifica que su sepulcro era celebérrimo.
Más evocaciones
En la Argentina es el Día de los Comandos Navales, en la India es el Día Internacional del Cine Indio.
Los católicos recuerdan a los santos Félix I, Papa, Hermetes de Bononia, Anisio de Tesalónica, Perpetuo de Tours, Jocundo de Aosta, Geremaro de Flay, Egvino de Worcester, Rainerio de Furcone, Rogerio de Canne, Lorenzo de Fraxanone y los beatos Margarita Colonna,Eugenia Rivasco y Juan María Boccardo.
©Juan Manuel Aragón
Una vez en España fueron adonde estaba la señora del lugar y le pidieron permiso y un sitio para dar sepultura a su maestro. Ella los remitió al Prefecto romano que estaba en Dugium (Duyo). Pero el Prefecto los metió presos creyendo que eran asesinos o algo. Los relatos dicen que “manos angélicas los liberaron de la prisión”. Y quienes los perseguían murieron al caerse un puente cuando lo cruzaban.
La señora del lugar seguía pensando en deshacerse de los discípulos de Santiago y los mandó al monte Ilicinio a buscar un carro y bueyes. Los bueyes eran toros bravos, pero se dejaron uncir al carro, mansitos.
La mujer, que se llamaba Lupa o Atia, al ver ese portento se hizo bautizar y compartió con el Apóstol su propio sepulcro. Siete discípulos volvieron a Jerusalén, menos Anastasio y Teodoro, los dos primeros obispos de Santiago, que quedaron al cuidado de la tumba.
El sepulcro fue cuidado. Estaba oculto y tenía acceso restringido, pero suministró reliquias a otras iglesias hasta el siglo VIII, cuando el lugar queda desierto y se pierde su memoria por la invasión de los musulmanes.
En el 829, el obispo de Iria, Teodomiro, buscó la tumba perdida. La halló y llamó al Rey Alfonso II que apoya la construcción de un santuario y un monasterio. El Obispo de Iria lleva allí su residencia y 30 años después Floro testifica que su sepulcro era celebérrimo.
Más evocaciones
En la Argentina es el Día de los Comandos Navales, en la India es el Día Internacional del Cine Indio.
Los católicos recuerdan a los santos Félix I, Papa, Hermetes de Bononia, Anisio de Tesalónica, Perpetuo de Tours, Jocundo de Aosta, Geremaro de Flay, Egvino de Worcester, Rainerio de Furcone, Rogerio de Canne, Lorenzo de Fraxanone y los beatos Margarita Colonna,Eugenia Rivasco y Juan María Boccardo.
©Juan Manuel Aragón
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