Emblemática canción de la autora
El 10 de enero del 2011 murió María Elena Walsh en Buenos Aires. Fue una poetisa, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora, nacida en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, el 1 de febrero de 1930.Era hija de Enrique Walsh, de ascendencia inglesa e irlandesa, y de Lucía Monsalvo, de ascendencia criolla y andaluza. Eran una familia de cuatro varones, mayores, hijos del primer matrimonio de su padre, y una hermana, cinco años mayor que María Elena.Su colegio secundario lo hizo en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Desde los catorce años publicaba poemas en importantes revistas como El Hogar, el diario La Nación, Anales de Buenos Aires, que dirigía Jorge Luis Borges, o Sur, de Victoria Ocampo. Fue una de las voces más intensas y originales de su generación.Su primer libro, Otoño imperdonable, deslumbra por el trágico lirismo –que Eduardo González Lanuza comparó al de Gabriela Mistral– y su destreza en el manejo de las formas de la poesía clásica, por su prodigioso sentido musical. Pablo Neruda fue uno de sus primeros lectores. Juan Ramón Jiménez, la conoció en su visita a Buenos Aires y la invitó a pasar una temporada en Maryland, Estados Unidos, en un gesto de generosidad que nunca repitió. Junto al maestro y su esposa, Zenobia, María Elena Walsh estuvo unos meses decisivos para su formación.
Cuando volvió a Buenos Aires, publicó Baladas con ángel. Tras un período en que dio clases de inglés, abrumada por la situación política y por la idea de un futuro igual a sí mismo, decidió lanzarse a la aventura de emigrar a Europa. Lo hizo junto con una amiga tucumana, Leda Valladares, también poetisa, que vivía en Costa Rica. Se encontraron en Centroamérica y se embarcaron en el carguero Reina del Pacífico. Durante el viaje a Europa formaron el dúo vocal Leda y María, dedicado a cantar canciones tradicionales del Norte argentino.
Estuvieron en los clubes nocturnos de París, las caves intelectuales, el Crazy Horse, la universidad de la Sorbona y se convirtieron en una de las propuestas artísticas más originales de esos años.
Hacia 1954 comenzó a escribir sus primeros poemas “para niños”, que musicalizaba casi naturalmente. El lirismo, la perfección rítmica de estas primeras canciones (que reuniría años más tarde en el libro Tutú Marambá) son los mismos de Otoño imperdonable.
Como ninguna otra obra en castellano, sus canciones infantiles remiten al recuerdo de las nursery rhymes y de los limericks, poemas disparatados que su padre le cantaba antes de que María Elena aprendiera a leer. En 1956 volvieron a la Argentina.
Después de unos meses de viaje, actuación y recopilación de canciones en el norte, se instalaron en Buenos Aires, actuaron en teatro y televisión y grabaron sus tres mejores discos, el último un perpetuo best seller dedicado al folclore español: Canciones del tiempo de Maricastaña.
En 1958 María Herminia Avellaneda, la impulsó a escribir sus primeros libretos para teleteatro o para programas infantiles. La felicidad de ver a los personajes de sus canciones –“Doña Disparate” o el “Rey Bombo”– fue el motor del nuevo éxito: el “varieté” para niños.
Nunca un proyecto, un producto artístico le había permitido expresar sus múltiples talentos. Canciones para mirar es una serie de cuadros musicales, tan variados como los personajes de Niní Marshall, hilvanados por monólogos o pasos de comedia que muestran cuánto había aprendido del arte de la mímica, del malabarismo. Doña Disparate y Bambuco, de 1963, es una obra de teatro con canciones incidentales, una pieza por completo revolucionaria y vanguardista, como un sueño escenificado muy cercano a la Alicia de Lewis Carroll.
El éxito de los dos espectáculos, que empezaron a llevar a escena compañías de otros países, supuso su consagración. Las grandes compañías grabadoras que habían rechazado sus canciones la llamaron para grabar sus primeros discos como solista: Canciones para mirar, Canciones para mí, El país del Nomeacuerdo y Villancicos.
Durante unos años escribió nuevos libros para chicos, como Zoo loco en 1965, una colección de limericks que es tal vez su obra maestra; pero también libros de ficción como la novela Dailan Kifki, o los Cuentopos de Gulubú o los Cuentopos para el recreo, que también llevó al disco, medio en que mostró otra nueva faceta: la de excelente narradora oral.
En 1965 publicó Hecho a mano, un libro de poemas que se convirtió en un boom por la actualidad y su calidad poética.
En 1968, estrenó su primer espectáculo de canciones para adultos –Juguemos en el mundo. Recital para ejecutivos– en el Teatro Regina, con gran repercusión y éxito de público y crítica. Tenía un repertorio imbuido del aire contestatario de los tiempos –pacifismo, feminismo, “protesta” contra la injusticia social– pero mostrando un talento poético único y asuntos personales y desconcertantes que cantan al Pequeño Larousse Ilustrado, a las tejedoras del norte, al escribano de la Casa de Gobierno y a los angelotes de piedra de la catedral de Notre Dame de París.
Un filme de María Herminia Avellaneda, de 1971, y seis discos de larga duración quedan como testimonio de este tramo de su carrera de juglar terminado en 1978, en plena dictadura militar, cuando dejó las presentaciones teatrales, harta de la censura.
Refugiada en el periodismo escrito, escribió artículos como el célebre Desventuras en el País-Jardín-de-Infantes, que le ganó la admiración de la ciudadanía por su coraje cívico, y varias crónicas de viajes por Europa y América junto con la fotógrafa Sara Facio, compañera en muchos otros proyectos.
En 1981 enfermó de cáncer, pero hacia 1983, estaba curada y dispuesta encarar la rehabilitación. Comprometida con la restauración de la democracia en los ámbitos más diversos, participó en proyectos políticos, para recalar finalmente en la transformación de su gremio, la Sociedad Argentina de Autores y Compositores.
En el 2008 publicó en forma de libro, por primera vez, la versión teatral original de Canciones para mirar y Doña Disparate y Bambuco. Ese año también apareció su último libro, Fantasmas en el parque, original mezcla de novela y autobiografía, en el que confiesa pesadillas, sueños y secretos con su inconfundible estilo lúcido, irónico, honesto y bello.
Fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, obtuvo el Premio Konex de Platino y de Honor en Letras, el Highly Commended del Premio Hans Christian Andersen de la International Board on Books for Young People y el Premio de Honor del Fondo Nacional de las Artes. Muchas escuelas, bibliotecas, plazas y salas culturales de todo el país que llevan su nombre o el de sus personajes.
Murió un día como hoy del 2011, y sus restos reposan en el Panteón de SADAIC en el cementerio de Chacarita, Buenos Aires.
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
Nada el pajaro y vuela el pez
Que los gatos no hacen miau y dicen yes
Porque estudian mucho inglés
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
Nadie baila con los pies
Que un ladrón es vigilante y otro es juez
Y que dos y dos son tres
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
Cabe un oso en una nuez
Que usan barbas y bigotes los bebés
Y que un año dura un mes
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
Hay un perro pekinés
Que se cae para arriba y una vez
No pudo bajar después
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
Un señor llamado Andrés
Tiene mil quinientos treinta chimpancés
Que si miras, no los ves
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Me dijeron que en el Reino del Revés
Una araña y un ciempiés
Van montados al palacio del marqués
En caballos de ajedrez
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
Vamos a ver cómo es
El Reino del Revés
©Juan Manuel Aragón
Desde chico aprendi a valorar su talento. Tuve todos sus LP de entonces y me di el lujo de estar sentado en palco del teatro 25 de mayo cuando nos visitó con un quinteto terminando la decada del 60. Recuerdo que no asistió ni la mitad de la platea. El espectaculo fue gratis.
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