Ir al contenido principal

1886 CALENDARIO NACIONAL Hipotecario

Sucursal del Banco Hipotecario en Santiago

El 14 de septiembre de 1886 se crea el Banco Hipotecario Nacional; su función era otorgar préstamos para la construcción de viviendas

El 14 de septiembre de 1886 se creó el Banco Hipotecario Nacional, durante la presidencia de Julio Argentino Roca. Su principal función era otorgar préstamos para la construcción de viviendas.
Al principio tuvo su sede en un sector del antiguo Cabildo, pero en 1894 se trasladó a un edificio especialmente diseñado por Carlos Altgelt, donde hoy está instalada la Cámara Nacional Electoral. Ese arquitecto también había levantado el palacio Sarmiento, conocido como Palacio Pizzurno.
Se trata de una entidad financiera, que presta dinero con garantía real. Fue fundado para resolver, desde el Estado, el problema de la vivienda que ya aquejaba a la Argentina. En la década de 1970 dejó de lado su función social y fue privatizado en 1997. Ante la perspectiva de una quiebra, en el 2005, el Estado se convirtió en su 
accionista mayoritario.
Es una sociedad anónima, con participación estatal mayoritaria, pero administración privada que se dedica a préstamos y otras actividades financieras.
La carta orgánica del banco decía que: “Cuando el deudor faltare al servicio de un trimestre ó semestre, según el caso, y pasasen sesenta días más sin que cumpla su obligación y pague los intereses penales, el Banco podrá proceder a la venta del bien o bienes hipotecados, en la forma determinada por esta Ley”.
En 1896, un agente del banco en Mendoza pidió al juzgado competente el auxilio de la fuerza pública para tomar posesión de una finca hipotecada de Ricardo Galigniana, que había salido a remate sin que hubiera postores.
El juez federal reconoció la facultad legislativa para que el banco obrase por si y sin forma de juicio a la venta de los bienes hipotecados en caso de falta de pago, pero declaró improcedente el pedido. Dijo que el procedimiento que impulsaba el banco era administrativo y, por ende, no podía aplicarse la intervención de los tribunales.
Agregó el juez: “El uso de la fuerza pública no puede autorizarse por los tribunales sino cuando se trata del cumplimiento de resoluciones judiciales”. Consideró que, frente a la resistencia del deudor, el uso de la fuerza que el banco le solicitaba al juez hubiese requerido una audiencia previa con el demandado. Y aclaró que para los tribunales el banco solo puede ser considerado como una parte litigante, a cuyo cargo está cumplir con todos los requisitos de la ley procesal en caso de controversia judicial.
Frente al recorte de facultades, el banco recurrió ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación que, con los votos de Benjamín Paz, Abel Bazán, Octavio Bunge y Juan E. Torrent, revocó la sentencia.
La Corte señaló que estaba reconocida la existencia del crédito hipotecario a favor del Banco Hipotecario y la deuda que motivó su acción. Y agregó que, desde el punto de vista normativo, la ley de creación del banco lo autorizaba a tomar posesión del bien hipotecado en caso de falta de cumplimiento de las obligaciones asumidas por el tomador del crédito. También reparó que el contrato había replicado esa previsión legislativa.
A diferencia de lo expuesto por el juez federal, la Corte consideró que la autorización legislativa otorgada al banco para que, ante al incumplimiento, tomara posesión del bien hipotecado "...lleva en sí la facultad de solicitar de la autoridad competente el auxilio de la fuerza pública para que ella pueda ejercitarse sin entorpecimiento”.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.