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Mustafa Barzani |
El 1 de junio de 1962, en Nueva York, una delegación kurda presenta un pedido de independencia ante las Naciones Unidas
El 1 de junio de 1962, en Nueva York, una delegación kurda presentó un pedido formal ante las Naciones Unidas para reivindicar su derecho a la independencia.Fue durante una sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, cuando representantes del Partido Democrático Kurdo de Irak, liderados por Mustafa Barzani, buscaron apoyo internacional para su causa.La delegación solicitó el reconocimiento de los derechos del pueblo kurdo a la autodeterminación, argumentando que eran una nación distinta con una identidad cultural, lingüística e histórica propia, y que habían sido divididos entre varios estados tras el colapso del Imperio Otomano. El pedido no derivó en una resolución concreta de la Organización, pero marcó un intento significativo de internacionalizar la cuestión kurda.
Los kurdos son un grupo étnico nativo de la región montañosa del suroeste de Asia, conocida como Kurdistán, que abarca partes de los actuales Turquía, Irak, Irán y Siria, con comunidades más pequeñas en Armenia y Azerbaiyán. Se estima que su población en 1962 era de unos 10 o 15 millones de personas, siendo uno de los grupos étnicos más grandes sin un estado soberano. Hablan kurdo, una lengua indo-europea con varios dialectos, como el kurmanji y el sorani. La mayoría son musulmanes sunitas, aunque hay minorías chiitas, yazidíes, cristianos y seguidores de otras religiones. Su cultura incluye tradiciones orales, música, danza y fiestas como el Nowruz, el Año Nuevo persa.
En el momento de la presentación, los kurdos de Irak estaban en conflicto con el gobierno central de Bagdad. Desde septiembre de 1961, el Partido Democrático Kurdo, bajo el liderazgo de Barzani, había iniciado una rebelión armada contra el régimen de Abd al-Karim Qasim, exigiendo autonomía dentro de Irak.
La revuelta fue motivada por promesas incumplidas de derechos culturales y políticos para los kurdos, así como por la represión gubernamental. La delegación en Nueva York buscaba visibilizar esta lucha y obtener apoyo de la comunidad internacional, aunque la Organización de las Naciones Unidas no tomó medidas específicas en respuesta al pedido.
Este acontecimiento se inscribe en una historia más amplia de esfuerzos por lograr reconocimiento. Previamente, el Tratado de Sèvres de 1920 había contemplado la posibilidad de un estado kurdo, pero fue reemplazado por el Tratado de Lausana de 1923, que dividió el Kurdistán entre Turquía, Irak, Irán y Siria, dejándolos como minorías en estos países. En 1962, los kurdos enfrentaban represión en Turquía, pues su idioma y cultura estaban prohibidos, y en Siria, cuando 120.000 kurdos fueron despojados de su ciudadanía en un censo de ese año.
La presentación ante las Naciones Unidas fue un intento de revertir esta fragmentación y abogar por un futuro de autodeterminación para este sufrido pueblo.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
¿Son unos turcos en pedo?
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