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RASGOS Cómo era el mundo

No todo lo que parece es

Una lista de los diez principales rasgos del mundo antiguo y su reemplazo por modernos conceptos: o por qué la naturaleza enfrenta el género

1 Cuentan los viejos que en los tiempos de antes existían brutales conceptos de la vida, como que, si se amaban un hombre y una mujer, debía ser para siempre. Usted se preguntará hasta cuándo duraba ese “para siempre” y, perdone que se lo diga así, de forma tan directa, pero era hasta que uno de los dos se moría. O ambos. Si se separaban, debían someterse a un engorroso trámite que, muchas veces, incluía demostrar que el otro había quebrado el pacto del “para siempre”.
2 Había solamente dos categorías para calificar a alguien, hombre o mujer. Se basaban en el viejo concepto del necesario complemento entre ellos para engendrar una nueva vida. Porque, hay que decirlo también, entre los fines buscados por la gente para unirse en la vieja institución del matrimonio, la principal era la propagación de la especie.
2 La actividad sexual del 99,99 por ciento de la gente no le importaba a nadie y quizás por eso no había un nombre para cientos de miles de posibilidades que presenta el asunto. Con total y absoluta inocencia, los abuelos decían que entre un hombre y una mujer era normal, quizás porque era la ley para el 99,99 por ciento de la población. El resto era considerado raro.
3 La crianza de los hijos era un asunto que solamente competía a esa institución formada por la unión de un hombre y una mujer, llamada familia. Como en ese mundo las drogas eran casi totalmente desconocidas y alcoholismo casi no existía, se sobreentendía que un padre no golpearía a sus hijos hasta provocarles la muerte. Estaba aceptado un castigo físico razonable, decían, sin que un juez tuviera cómo meterse en el medio.
4 Antes del feliz advenimiento de la libertad, proclamando que el hombre y la mujer tienen el mismo derecho a drogarse y emborracharse como les plazca, total, su cuerpo es suyo, si un hombre golpeaba a una mujer, inmediatamente culpaban a que el término físicamente más fuerte de la relación, el hombre, le había pegado, ultrajado, violado o matado porque estaba bajo sus efectos. Ahora, por suerte, se sabe que los hombres aborrecen a las mujeres de manera atávica y les pegan exclusivamente porque están afectados del “odio de género”.
5 Siempre hablando de la relación entre un hombre y una mujer, no se creía que fuera una vinculación de iguales, simplemente porque no los consideraban así. Sostenían que, al estar dotados de caracteres genitales distintos, debían ser complementarios desde la diferencia. No consideraban en absoluto el deseo de unos y otros de tener las mismas características a pesar de las diferencias de constitución física.
6 Para explicar mejor el punto anterior, se debe apuntar que, con total naturalidad, los que llamaban “hombres”, tomaban el papel de hombres y las “mujeres”, el de mujeres. No había ninguna clase de contemplación con quienes pretendían, de un día para el otro, ser tenidos como alguien del otro “género”. Es decir, no había conciencia del mal que se causaba a quien se sentía mujer, pájaro, zombi, sombrero o computadora, al no tratárselo como tal.
7 El perimido concepto de naturaleza, entendido como el fenómeno de la vida, en el que estaban incluidos los humanos, era el que dominaba la relación entre la gente. Las mujeres no habían aprendido a protestar porque una vez al mes sufren el violento episodio de la menstruación y todavía no se habían empezado a investigar métodos sustentables y sostenibles para erradicarla del cuerpo humano apenas mostrara signos de aparición.
8 Esas sociedades antiguas todavía usaban el color n*gro, entre otras cosas para pizarrones, billeteras, teclados de computadora, tinta de biromes, sombreros. Como se sabe, luego de prohibir la palabra y evitar las cosas de ese color, aumentaron los ataques hacia las personas con la piel de color más oscuro, pero el mundo actual, cada vez más hipócrita, quedó tranquilo, pues todo lo que se suprime de los diccionarios deja de existir y aquello que se agrega, nace mágicamente.
9 El hombre como sujeto de derechos, amo de la creación, hijo de Dios, dejó de existir como un todo completo, hecho y derecho. De un tiempo a esta parte hay —como corresponde— hombres, hombr@s, hombras, hombris, mujeres, mujeras, mujer@s, mujeris y 10 mil clases más de tipos de seres humanos distribuidos por el mundo. Hemos creado veinte mil nuevas clases burguesas y hemos multiplicado el individualismo hasta el infinito, pero como lo hicimos en nombre del socialismo y el comunismo, ideologías bendecidas (benditas per sécula seculorum) por la cultura, está todo bien.
10 Hablando de cultura, entre los antiguos había algo llamado moral y era algo más que la costumbre erigida en regla de conducta para todos como quería Manuel Kant, ese pre masón, ídolo del boludaje. Era aquello que estaba bien para una mayoría y agravaba sus sanciones si alguien tenía una religión, como el cristianismo, entre otras. Cuando se terminaron las religiones y nadie supo qué eran, la moral, el bien, el mal, pasaron a ser conceptos mucho más relativos. Hoy hemos terminado con aquellas rémoras del pasado y nos encaminamos a reclamar, en nombre de la libertad, la desnudez de todos, todas, todes, todis, tod@s y todus, en las calles, en las plazas, en las escuelas, en los templos, en las sinagogas, en las mezquitas. Se viene el despiporre general (si es que no llegó) y nos lo merecemos.
©Juan Manuel Aragón





Comentarios

  1. Todavía se puede formar una familia con compromiso de por vida, educar a los hijos con valores y responsabilidades, y tener criterios y principios irrenunciables de ética y moral. También se puede mantener, defender y celebrar criterios claros de las diferencias entre los dos sexos (no géneros).
    Solo hace falta educación, convicción y valentía, y no dejarse llevar por la cómoda posición de "y bueno....viste.....ahora es así......no sé puede ir en contra de todo......"
    Eso es pura mediocridad y comodidad.

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  2. Cristian Ramón Verduc22 de abril de 2023, 19:24

    Muy bueno el artículo y el comentario de Horacio Ibarra.

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  3. Ya lo decía Groucho Marx: Yo tengo mis principios, al que no le gusten, bueno lo lamento...Ahora su Ud. quiere, tengo otros. Por ejemplo , estuvo bien que hayan fusilado a Camila O' Gorman y al cura juntos? Era normal en esa época y si no se los fusilaba, se hubiera considerado una violación, a los sanos principios existentes en esa época, habrase visto !!!!!!

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